La ca¨ªda del imperio sueco
La familia Wallenberg pierde la mitad de su fortuna en el 'holding' Investor
"Hemos tenido un a?o muy turbulento que ha influido en el resultado negativo que presentamos. Ca¨ªda de la confianza en la actividad de los negocios, debilidad del d¨®lar, aumento del precio del petr¨®leo" fueron algunos de los factores mencionados por Marcus Wallenberg, presidente de Investor el holding del imperio familiar, en la asamblea en la que anunciaba el balance de 2002.
La historia de la familia Wallenberg como pionera de actividades industriales y financieras comenz¨® a mediados del siglo XIX
El pasado a?o no ha sido nada favorable para los intereses financieros de la familia Wallenberg, a la que muchos consideran los Agnelli suecos. Y es que los resultados del holding familiar, donde agrupan sus diferentes participaciones accionariales de las mayores empresas de Suecia, muestran que en 2002 el activo del grupo disminuy¨® casi un 50%, pasando desde los 118.284 millones de coronas a 62.869 millones (desde 12.775 millones de euros a 6.790 millones de euros). El desplome de los valores en la Bolsa, que afect¨® principalmente a la joya de la corona, Ericsson, m¨¢s los problemas de Asea Brwon Boveri (ABB) y Astra-Zeneca, fueron las causas principales de este golpe a la solidez del grupo. Seg¨²n los analistas, los problemas de conjunto no se agotan con la enumeraci¨®n anterior.
El 'esc¨¢ndalo Barnevik'
La referencia a problemas de "credibilidad" mencionados en forma general por el presidente de Investor alud¨ªan , sin mencionarlo, al esc¨¢ndalo suscitado por la pretensi¨®n de Percy Barnevik, director ejecutivo de ABB y una estrella de primera magnitud entre los hombres de negocios de Suecia, de retirarse con una pensi¨®n de 900 millones de coronas (97,2 millones de euros). El asunto provoc¨® tales reacciones que Barnevik se vio obligado a devolver parte de la jubilaci¨®n que se hab¨ªa adjudicado.
Aparte de las consecuencias directas, el malestar de los peque?os accionistas, que vieron esfumarse sus ahorros con la ca¨ªda en picada del valor de las acciones en la Bolsa, y el desaliento de nuevas inversiones, el episodio mostr¨® signos evidentes de un deterioro ¨¦tico en el mundo econ¨®mico y pol¨ªtico de un pa¨ªs que se preciaba de ser distinto.
En el caso de ABB los problemas no terminaron ah¨ª, ya que su filial en Estados Unidos, Combustion Engineering, se enfrenta a una serie de demandas por da?os en la salud de los trabajadores causados por la utilizaci¨®n de asbesto, un material aislante actualmente prohibido. Hasta ahora la filial norteamericana ha pagado por concepto de indemnizaciones m¨¢s de siete millones de euros, pero esa suma podr¨ªa multiplicarse.
El consorcio de las telecomunicaciones del grupo Wallenberg, Ericsson, ha sido el otro agujero negro por el que se esfumaron el a?o pasado, aproximadamente 20.000 millones de coronas 2.160 millones de euros). El resultado presentado hace unos d¨ªas correspondiente al cuarto trimestre del a?o fue decepcionante y las p¨¦rdidas del a?o fueron de aproximadamente 22.000 millones de coronas (2.376 millones de euros). Pese a varios paquetes de ajuste que redujeron a casi la mitad una plantilla de cerca de 120.000 empleados en todo el mundo, de traslado de f¨¢bricas desde Suecia a pa¨ªses de mano de obra barata, como M¨¦xico y Chequia, a una nueva emisi¨®n de 30.000 millones de coronas (3.240 millones de euros) concretada el pasado a?o.
El director ejecutivo, Kurt Hellstr?m, prometi¨® vagamente invertir la curva negativa para el ¨²ltimo trimestre del a?o en curso, pero pocos le creyeron, menos que nadie los Wallenberg, que a mediados de esta semana le sustituyeron por Carl Henric Svanberg, con experiencia en cerraduras ya que viene de Assa Abloy, pero no en telecomunicaciones. Las acciones de Ericsson, cuyo valor en la Bolsa ha oscilado alrededor de siete coronas en los ¨²ltimos meses y que hab¨ªan ca¨ªdo tras conocerse los resultados del ¨²ltimo trimestre, subieron un 14% al anunciarse la sustituci¨®n de Hellstr?m. D¨ªas antes, analistas deMorgan Stanley, hab¨ªan valorado en 2,50 coronas cada acci¨®n. La no tan lejana ¨¦poca en que las acciones del consorcio se cotizaban a 200 coronas es s¨®lo un recuerdo y nadie cree que pueda volver alguna vez.
Saga familiar
La historia de la familia Wallenberg como pioneros de actividades industriales y financieras que le despejaron el camino hacia la posici¨®n de poder que alcanzaron m¨¢s tarde en la sociedad sueca, comenz¨® a mediados del siglo XIX. Est¨¢ estrechamente ligada al banco Skandinaviska Enskilda Banken que fue la piedra angular a partir de la que la familia fue asumiendo el control de las principales empresas del pa¨ªs y ampliando ese poder internacionalmente a trav¨¦s de ramificaciones financieras.
El primer financiero de la familia fue Andr¨¦ Oscar Wallenberg (1816-1886), que en su juventud mostr¨® su esp¨ªritu aventurero y un rasgo com¨²n a la familia, la afici¨®n por el mar y por conocer mundo. Tras un periplo de a?os en barcos mercantes y de la marina sueca, regres¨® a casa y, en 1856, fund¨® el Stockholm Enskilda Banken del que fue copropietario y director-gerente. La crisis mundial de 1870 afect¨® la estabilidad del banco y, cuando los rumores de insolvencia amenazaron su credibilidad, la noticia publicada en un diario de la ¨¦poca, de que el rey Oscar II hab¨ªa efectuado un importante ingreso personal en el SEB restableci¨® la confianza. Este hecho marcar¨ªa el comienzo de una larga y nunca interrumpida colaboraci¨®n entre la familia Wallenberg y los sucesivos Gobiernos, en su mayor¨ªa socialdem¨®cratas, del pa¨ªs.
El m¨¢s relevante de los directivos posteriores fue Marcus I (1864-1943). Fue miembro del Comit¨¦ Financiero de la Sociedad de Naciones y asesor del Gobierno alem¨¢n en la reconstrucci¨®n de la banca. Cre¨® las empresas Asea Brown Boveri y Atlas Copco, entre otras. Luego vendr¨ªan las siguientes generaciones, hasta la actual, la que tiene que hacer frente a una situaci¨®n m¨¢s que delicada.
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