Psicolog¨ªa para el buen morir
Un manual de intervenci¨®n emocional en cuidados paliativos ense?a a aliviar el sufrimiento de los pacientes terminales
Voy a morir, doctor?" No son pocos los m¨¦dicos que se enfrentan a esta pregunta casi cada d¨ªa durante toda su vida profesional. El caso de los onc¨®logos, los neur¨®logos y los profesionales dedicados a la medicina paliativa resulta sintom¨¢tico. Y no todos ellos est¨¢n preparados para responderla sin causar un da?o emocional al paciente que afronta un acontecimiento tan novedoso como trascendental: su propia muerte. La vida puede ser muy dif¨ªcil en sus momentos finales. A los problemas inherentes al deterioro biol¨®gico se asocian, a menudo, situaciones emocionales de dif¨ªcil manejo. A partir de esta premisa, cuatro psic¨®logos espa?oles han elaborado un manual para orientar a los profesionales sanitarios en la tarea de aliviar el sufrimiento de sus pacientes.
Lo m¨¢s pernicioso para el enfermo grave es la 'conspiraci¨®n del silencio'
Es fundamental considerar al paciente y a su familia como una unidad asistencial
"Una persona sufre cuando acontece algo que percibe como una amenaza importante para su existencia personal y, al mismo tiempo, siente que carece de recursos para hacerle frente", seg¨²n la definici¨®n de los autores. Ese algo no se reduce exclusivamente al dolor f¨ªsico, sino que puede incluir aspectos emocionales como la soledad, el temor, la falta del sentido de la vida, el sentimiento de culpa o el vac¨ªo espiritual.
El objetivo del profesional sanitario es ayudar al paciente a identificar aquello que le preocupa y a encontrar el modo de resolverlo a partir de los recursos de que dispone. "Lo importante no es tanto lo que est¨¢ pasando como la percepci¨®n que el enfermo tiene sobre lo que est¨¢ pasando y la relevancia que le otorga", explica Ram¨®n Bay¨¦s, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa B¨¢sica de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y autor de Intervenci¨®n emocional en cuidados paliativos junto a Pilar Arranz, Javier Barbero y Pilar Barreto.
Y el ¨²nico modo de conocer cu¨¢l es la percepci¨®n del enfermo y la causa de su sufrimiento es a trav¨¦s de una comunicaci¨®n abierta. Algo que contrasta con la actitud real de muchos m¨¦dicos y familiares que, ante su falta de preparaci¨®n en el manejo de estas situaciones, tienden a evitar el di¨¢logo sincero con el paciente, convencidos de que obran en su beneficio.
"La importancia de la comunicaci¨®n y el apoyo emocional no es una cuesti¨®n ret¨®rica. De su calidad puede depender la aparici¨®n, intensificaci¨®n o la prevenci¨®n del sufrimiento", afirma Pilar Arranz, del hospital universitario La Paz de Madrid. "Para ello, se debe generar un contexto en el que la persona no se sienta juzgada ni marginada, sino escuchada, entendida y apoyada en su toma de decisiones y en el reconocimiento de sus temores, preocupaciones y necesidades de tal modo que pueda canalizarlos de la forma que considere m¨¢s adecuada para ella", a?ade Arranz. Las preguntas abiertas personalizadas, la empat¨ªa y la escucha activa del paciente ser¨¢n primordiales para alcanzar estos objetivos.
Pero, por lo general, los m¨¦dicos y las enfermeras no suelen estar preparados para mantener un di¨¢logo con el paciente. "En la actualidad, el hecho de haber pasado por una facultad de medicina o psicolog¨ªa o por una escuela de enfermer¨ªa no garantiza la capacidad de manejo relacional de situaciones tan complejas", explican los autores. Ante esta incapacidad la tendencia natural de los profesionales de la salud es la de eludir la comunicaci¨®n con el enfermo y adoptar una actitud paternalista con la que se le arrebata la autonom¨ªa y la capacidad de decidir en los ¨²ltimos instantes de su existencia.
Si hay un momento en el que es importante el dominio de las t¨¦cnicas de comunicaci¨®n con el enfermo es cuando se le informa de un diagn¨®stico desfavorable. "Una mala noticia es siempre una mala noticia, pero hay muchas formas de darla. Decir la verdad al paciente es un proceso, no es una acci¨®n en la que el m¨¦dico vuelca cierta informaci¨®n en el enfermo. Es un proceso en el que el protagonismo lo tiene el paciente, mientras que el profesional sanitario se limita a explorar hasta d¨®nde quiere conocer", afirma Bay¨¦s. As¨ª, cuando un enfermo le dice a su m¨¦dico: "Me estoy muriendo, ?verdad doctor?", la respuesta no debe ser "s¨ª" o "no", sino otro interrogante: "?Por qu¨¦ me hace esa pregunta?". Esto servir¨¢ para que el paciente explicite sus temores, sobre los que trabajar¨¢n el paciente, el m¨¦dico y la familia con el fin de paliar el sufrimiento del enfermo y alcanzar la aceptaci¨®n de su muerte.
De hecho, el bienestar de la familia del enfermo es un objetivo m¨¢s de la intervenci¨®n emocional en cuidados paliativos, no s¨®lo porque los parientes tambi¨¦n sufren durante el proceso sino porque su estado y actitud repercutir¨¢n en el bienestar del paciente. "La familia es el principal apoyo emocional del enfermo. Es fundamental considerar a la familia y al paciente como una unidad asistencial. La adaptaci¨®n del enfermo a su situaci¨®n depender¨¢ en gran medida de la entereza y serenidad con la que sus allegados afronten los acontecimientos", explica Arranz. No en vano, la mayor¨ªa de las investigaciones se?alan que el factor m¨¢s decisivo en la consecuci¨®n de una muerte en paz es el apoyo de los seres queridos durante todo el proceso.
Uno de los fen¨®menos m¨¢s frecuentes y m¨¢s perniciosos para un enfermo grave es la denominada "conspiraci¨®n del silencio". La familia trata de esconder al paciente informaci¨®n sobre su situaci¨®n real con el fin de evitarle el sufrimiento. El efecto, sin embargo, suele ser el contrario. "La conspiraci¨®n del silencio lleva a la incomunicaci¨®n. La gente deja de visitar al enfermo por temor a que se le note en la cara su preocupaci¨®n, con lo que el paciente se encuentra cada vez m¨¢s aislado", explica Ram¨®n Bay¨¦s.
Para combatirlo, en el caso de enfermos que deben someterse a intervenciones curativas de larga duraci¨®n y resultado incierto, el servicio de hematolog¨ªa y hemoterapia del hospital universitario La Paz de Madrid pone en pr¨¢ctica el m¨¦todo de la acogida. Un equipo interdisciplinar recibe en una misma visita al paciente y a sus allegados para explicarles cu¨¢l es el diagn¨®stico y cu¨¢l ser¨¢ el tratamiento a seguir. De este modo, todos los implicados disponen de toda la informaci¨®n y tienen la oportunidad de formular las preguntas que les preocupan, con lo que resulta mucho m¨¢s dif¨ªcil que se d¨¦ la conspiraci¨®n del silencio.
El objetivo final es que el paciente disponga de la informaci¨®n y el apoyo emocional que le permitan identificar las causas de su sufrimiento y decidir qu¨¦ hacer para afrontarlo con el fin de aceptar la muerte con serenidad. En definitiva, como dicen los autores, el respeto y la promoci¨®n de la autonom¨ªa moral del paciente que se encuentra al final de la vida es una de las obligaciones ¨¦ticas m¨¢s importantes de los equipos de cuidados paliativos. Una manera de reconocer su dignidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.