Gimeno revela la ubicaci¨®n de la casa para mujeres maltratadas
Trasladada a la fiscal¨ªa la documentaci¨®n sobre el estado de la instituci¨®n en Castell¨®n
El alcalde de Castell¨®n, Jos¨¦ Luis Gimeno, no tuvo ayer reparo en posar en la casa de acogida de mujeres maltratadas de la Consejer¨ªa de Bienestar Social. Ni ¨¦l ni la directora territorial de Servicios Sociales, Marisol Linares, que tambi¨¦n es concejal, advirtieron de la confidencialidad del local y permitieron la toma de im¨¢genes del edificio despu¨¦s de remitir una convocatoria con la direcci¨®n en la que se encuentran las mujeres que se han atrevido a huir de sus agresores. Una comisi¨®n de seguimiento de la casa, por su parte, ha remitido a la fiscal¨ªa documentos sobre su estado y funcionamiento.
Una vez dentro, Gimeno se limit¨® a comentar lo "aseado" del local e incluso su sorpresa por la pulcritud con la que las "usuarias", tal como dijo, mantienen sus habitaciones. Habl¨® de que "la pintura est¨¢ bien conservada, el ba?o, muy cuidado" y resalt¨® el "precioso y antiguo pavimento". El alcalde de Castell¨®n se par¨® a hablar con una de las mujeres acogidas y le pregunt¨® por su procedencia. Al conocerla, coment¨® su estancia en un gran hotel de la ciudad en donde, casualmente, la chica hab¨ªa trabajado como camarera.
Jos¨¦ Luis Gimeno y Marisol Linares visitaron ayer la casa de acogida de mujeres maltratadas justo a la misma hora en la que, en la Universidad Jaume I, se presentaba el informe realizado por la comisi¨®n de seguimiento de la casa que se form¨® cuando, el pasado mes de diciembre, estall¨® la pol¨¦mica a ra¨ªz de las denuncias de algunas de las mujeres. La comisi¨®n, formada por los sindicatos, el PSPV y el Bloc, ONG y la Fundaci¨®n Isonom¨ªa de la Jaume I, ha decidido trasladar a la fiscal¨ªa la informaci¨®n recogida. ?sta ser¨¢ remitida tambi¨¦n al S¨ªndic de Greuges, a la presidencia de la Generalitat, al Ayuntamiento y a las Cortes y al Instituto de la Mujer. "Ha sido una coincidencia", asegur¨® Linares, quien acus¨® a los miembros de la comisi¨®n de crear una "alarma social innecesaria". La directora territorial present¨® las conclusiones de las inspecciones del propio departamento que no han encontrado motivo alguno de mal funcionamiento, ni indicios "que nos hagan pensar que exista un trato vejatorio hacia las mujeres", hecho que algunas de las habitantes denunciaron.
Los pa?ales para los ni?os de las mujeres que se encuentran en la casa se dan uno a uno, motivo por el que, cada vez que una madre ha de cambiar a su hijo, ha de pedir un pa?al. La casa no tiene calefacci¨®n, aunque Linares dijo que se instalar¨¢ pr¨®ximamente y ha registrado problemas la caldera de agua caliente. En cualquier caso, los integrantes de la comisi¨®n de seguimiento de la casa de acogida, cuya gesti¨®n est¨¢ adjudicada a una empresa privada, se?alaron ayer que el estado material del centro no lo es todo. La necesidad de una asistencia emocional y afectiva es una de las cuestiones que echan en falta. As¨ª, relataron casos de la ayuda que no han encontrado algunas de estas mujeres, m¨¢s all¨¢ del techo bajo el que se cobijan, como, por ejemplo, el de acudir solas a los juicios contra sus agresores, con ¨¦stos presentes.
La portavoz de la comisi¨®n, Alicia Gil, afirm¨® que el reglamento interno del centro "se asemeja m¨¢s a un tercer grado" que a unas normas que faciliten la convivencia de un colectivo que ha padecido malos tratos.
"Prefiero volver con mi marido"
La crisis en la casa de acogida de mujeres maltratadas de Castell¨®n se desat¨® el pasado mes de diciembre cuando varias de sus habitantes denunciaron el trato vejatorio que se les dispensaba en el centro. La tensi¨®n llev¨® al enfrentamiento entre las propias mujeres y con las trabajadoras. Cinco fueron las chicas que, en mayor medida, protagonizaron esta crisis. Seg¨²n el informe de la comisi¨®n de seguimiento de la situaci¨®n de la casa de acogida, ninguna de ellas permanece en el centro. Tal como explic¨® ayer la portavoz, Alicia Gil, una ha sido destinada a otro centro, en otra comunidad, a otra se le ha cedido un piso y una tercera "desapareci¨®", y finalmente comunic¨® que hab¨ªa decidido vivir con unas amigas. Sin embargo, el caso m¨¢s grave es el de una de estas mujeres que volvi¨® con su marido. Seg¨²n explic¨® Gil, la mujer dijo que "prefer¨ªa estar con su marido que, aunque le pegaba, pod¨ªa controlar, que esto (en referencia a la casa) que no lo pod¨ªa soportar".
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