?Ah, los turcos!
Por lo menos, los turcos van a cobrar un dineral por dejar su pasillo para la "guerra", o agresi¨®n a Irak. Y por quitar de en medio a los kurdos, que son los vascos de all¨ª. Y, adem¨¢s, lo van pasando, cap¨ªtulo por cap¨ªtulo, ante el Parlamento. No les importa ser musulmanes: y la verdad es que no lo son aunque lo sean, porque Kemal Atat¨¹rk ("Padre de los turcos", uno m¨¢s entre los t¨ªtulos de los s¨¢trapas; por cierto, el alem¨¢n Grass ha llamado s¨¢trapa a Aznar, qu¨¦ risa) cambi¨® su alfabeto por el latino, prohibi¨® las vestimentas ¨¢rabes, dio el voto a las mujeres y convirti¨® en capital de verano a Constantinopla (Estambul) para fingir una geograf¨ªa de Europa: han pasado casi ochenta a?os y Europa no acepta el pa¨ªs en su comunidad, aunque se le acepta como atl¨¢ntico, que, para ellos, es un mar lejano.
Pero entonces, y hasta la crisis de Kennedy y Jruschov, Adana era una base militar contra la URSS, que entonces era el pa¨ªs del diablo; menos mal que lo liberaron un borrach¨ªn que bailaba solo y toqueteaba el trasero de las secretarias y un antiguo agente secreto de la polic¨ªa pol¨ªtica. Aun as¨ª, Rusia (el antiguo esp¨ªa, Putin) no quiere que los turcos se rearmen, ni que Irak est¨¦ en manos de los americanos, ni que los musulmanes y los kurdos de su propio territorio se indignen.
Es posible que tenga raz¨®n Bush, y sus halcones -Rumsfeld, Powell, la Condoleezza: qu¨¦ bien ha sabido escoger dos negros para su barbaridad-, al creer que todos estos detalles y estas delicadezas dan lo mismo: se deshace Irak, y ya est¨¢. No es que sean personajes de talento, porque si lo tuvieran no hubieran esperado hasta ahora ni hubieran contado con nadie: habr¨ªan ca¨ªdo sobre el desgraciado pa¨ªs, que pasa de un dictador a los proyectiles, y las adhesiones hubieran venido despu¨¦s, como siempre. No tienen por qu¨¦ crear la legalidad antes de actuar; se crea cuando se ha ganado, como siempre, y me gustar¨ªa que lo leyeran bien los que hablan de art¨ªculos, resoluciones y votaciones, aqu¨ª o all¨¢. La legalidad es una relaci¨®n de fuerzas. Dif¨ªcilmente pod¨ªan pensar que los antiguos aliados del "mundo libre" (?recuerdan los historiadores y aficionados?) en Corea o Vietnam iban a andar con peque?eces: la "antigua Europa", como grita asombrado el Rumsfeld de las narices.
?Se los puede comprar? A Turqu¨ªa, s¨ª: veremos (o no) d¨®nde va el dinero. ?A Espa?a? Se ha ido vendiendo desde que Eisenhower abraz¨® a Franco, desde que Solana bombarde¨® Belgrado. Es verdad: el dinero se nota. Algo m¨¢s ganaremos matando iraqu¨ªes y alg¨²n kurdo. Si ganamos la guerra.
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