Europa 2023
La cuesti¨®n m¨¢s importante para Europa en 2023 era Irak. La pregunta era: ?deb¨ªa Irak ingresar en la UE? Turqu¨ªa, miembro de la UE desde hac¨ªa m¨¢s de una d¨¦cada, presionaba fuertemente a favor de la candidatura iraqu¨ª. Al fin y al cabo, Irak hab¨ªa sido una democracia, si se le puede llamar as¨ª, durante casi 20 a?os. Su petr¨®leo era vital para la prosperidad europea. A los kurdos en Irak y Turqu¨ªa no les gustaba la idea de ser divididos por lo que amargamente denominaban el muro de Bruselas de la UE. Mohammed Ademi, secretario general de la poderosa Asociaci¨®n de Musulmanes de Europa (AME), describ¨ªa la inclusi¨®n de Irak como "una necesidad hist¨®rica". Ademi sosten¨ªa que el ejemplo de otro pa¨ªs mayoritariamente isl¨¢mico entrando en la comunidad europea de democracias no podr¨ªa sino ayudar a la modernizaci¨®n en curso en Oriente Pr¨®ximo. E Irak podr¨ªa ser otro puente hacia los todav¨ªa turbulentos miembros asociados de la UE, Israel y Palestina.
Algunas de las pol¨ªticas m¨¢s indignas de la d¨¦cada de 2010 tuvieron que ver con campa?as populistas en contra de los musulmanes que viv¨ªan en la UE
A principios del siglo XXI, Europa se hab¨ªa convertido en uno de los mayores imperios del mundo, pero era un imperio de una nueva especie y sin emperador
Europa en 2023 no era un nuevo modelo triunfante de uni¨®n federal, como alg¨²n padre fundador hab¨ªa esperado, pero se las arreglaba bastante bien
Algunos anticuados cristianodem¨®cratas europeos objetaban que Irak no era un pa¨ªs europeo. "La idea es totalmente rid¨ªcula", declar¨® el profesor Romano Prodi, ex presidente de la Comisi¨®n Europea, de 84 a?os de edad. Pero la Uni¨®n Europea ya hab¨ªa cruzado las fronteras geogr¨¢ficas, hist¨®ricas y culturales tradicionales de Europa que desde el siglo XIV al XX se hab¨ªa identificado como la sucesora de la Cristiandad cuando decidi¨® admitir a Turqu¨ªa.
A principios del siglo XXI, Europa se hab¨ªa convertido en uno de los mayores imperios del mundo. Pero, como todos los imperios del siglo XXI, era un imperio de una nueva especie. Mientras que el imperio estadounidense estaba disperso por todo el mundo en una imponente colecci¨®n de protectorados informales, unidos por rutas a¨¦reas y terrestres, bases militares y fuerte influencia pol¨ªtica y econ¨®mica, el imperio europeo era un ¨²nico espacio unificado de pa¨ªses contiguos territorialmente, formalmente ligados entre s¨ª por un tratado constitucional. Se extend¨ªa desde el Atl¨¢ntico hasta el mar de Azov y desde el cabo Norte hasta las monta?as del Kurdist¨¢n. Con la admisi¨®n de Ucrania y Moldavia, en 2021, contaba con 37 Estados miembros y m¨¢s de 600 millones de habitantes.
Su econom¨ªa, con un volumen de 20 billones de euros, era la mayor del mundo, y superaba holgadamente a la de Estados Unidos. Cada nueva ola de Estados miembros, comenzando por los "tigres eslavos" de Europa Central y del Este, que se unieron en 2004, hab¨ªa tra¨ªdo una nueva inyecci¨®n de dinamismo econ¨®mico, que agit¨® las viejas econom¨ªas estancadas y excesivamente protegidas de Europa Occidental. La eurocrisis de 2007, cuando la eurozona casi se hundi¨® despu¨¦s de que el Reino Unido ingresara en ella, desemboc¨® en una mayor flexibilidad del sistema monetario y en la creaci¨®n de un Fondo Europeo de Solidaridad para las regiones m¨¢s castigadas. La UE se benefici¨® enormemente de ser el pivote entre la Zona Euroasi¨¢tica de Libre Comercio (Eurafta), que, por supuesto, inclu¨ªa a Rusia, y la Zona Transatl¨¢ntica de Libre Comercio (Trafta), con las Am¨¦ricas.
Imperio sin emperador
Sin embargo, ¨¦ste era un imperio sin emperador. No ten¨ªa un mando central ni una ¨²nica hegemon¨ªa. Por tanto, carec¨ªa de varios de los atributos tradicionales del poder imperial. Se parec¨ªa mucho m¨¢s al Primer Reich, el Sacro Imperio Romano medieval, que al segundo (el de Bismarck), y no digamos al tercero (el de Hitler). Algunas personas lo llamaban confederaci¨®n, y quiz¨¢ ese t¨¦rmino era m¨¢s exacto. En el comercio, las ayudas y las negociaciones medioambientales, era un actor formidable. La serbia Gordana Dragovic, una pelirroja muy batalladora con un m¨¢ster en administraci¨®n de empresas por Harvard, era respetada e incluso temida en todo el mundo como comisaria de comercio de la UE. Pero el imperio segu¨ªa sin tener una pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n efectiva. Cuando se trataba de hacer frente a grandes crisis fuera de la UE, especialmente aquellas que podr¨ªan requerir una acci¨®n militar, las negociaciones clave se segu¨ªan llevando entre Washington, Londres, Par¨ªs, Berl¨ªn y otras capitales nacionales, as¨ª como Bruselas. La UE segu¨ªa teniendo tres presidentes distintos: los del Consejo Europeo, la Comisi¨®n Europea y el Parlamento Europeo. Aunque el ingl¨¦s era la lengua de trabajo cotidiana de la UE, la pol¨ªtica democr¨¢tica de la Uni¨®n se llevaba a cabo en m¨¢s de 20 idiomas diferentes.
Podr¨ªa decirse que el gran avance se produjo entre los a?os 2004 y 2009, bajo la c¨¦lebre presidencia de Tony Blair (Consejo), Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (Comisi¨®n) y Bronislaw Geremek (Parlamento). Tras la adopci¨®n de un tratado constitucional de m¨ªnimos en 2004, estos tres estadistas reconocieron que el sello de una uni¨®n todav¨ªa mayor de pueblos de Europa ten¨ªa que seguir siendo la diversidad. El objetivo ya no era crear una especie de Estados Unidos de Europa que rivalizara con los Estados Unidos de Am¨¦rica como una segunda "naci¨®n mundial" (tal como un ex ministro de Asuntos Exteriores franc¨¦s, Hubert V¨¦drine, hab¨ªa sugerido de manera inveros¨ªmil). M¨¢s bien se trataba de mantener la cohesi¨®n y un sentido de prop¨®sito com¨²n en una comunidad tan diversa; resolver lo que las naciones europeas deb¨ªan hacer juntas para poder hacer el resto mejor por su cuenta. Llegado el momento, la diversidad demostr¨® ser, como siempre hab¨ªa sido, la mayor fuerza de Europa, a la vez que su mayor debilidad. La competencia de los diversos modelos nacionales en educaci¨®n, Seguridad Social, atenci¨®n sanitaria, tr¨¢fico y otras ¨¢reas produjo lo que el gur¨² de la administraci¨®n de empresas Torsten Wannamaker denomin¨® "una espiral ascendente de fijaci¨®n de par¨¢metros".
Principales problemas
Los problemas clave siguieron siendo pol¨ªticos y culturales. Las rivalidades nacionales todav¨ªa complicaban el funcionamiento de la Uni¨®n. Los electores se alejaban cada vez m¨¢s de la pol¨ªtica, percibida como una lejana competici¨®n por el poder entre gente que no representaba una alternativa ideol¨®gica m¨¢s profunda. Los partidos pol¨ªticos se parec¨ªan cada vez m¨¢s a equipos de gestores que se alternaban para dirigir una empresa p¨²blica, y a la mayor¨ªa de los accionistas les daba pereza votar. Los grupos extraparlamentarios de todo tipo cobraron fuerza.
Al mismo tiempo, Europa segu¨ªa estando mucho peor que Estados Unidos en lo referente a la integraci¨®n de los inmigrantes, que continuaban afluyendo desde el otro lado del Mediterr¨¢neo, y a los que la envejecida poblaci¨®n nativa de Europa necesitaba para pagar sus pensiones. Algunas de las pol¨ªticas m¨¢s indignas de la d¨¦cada de 2010 tuvieron que ver con campa?as populistas en contra de los musulmanes que viv¨ªan en Europa, especialmente despu¨¦s de que la admisi¨®n de Turqu¨ªa elevara su n¨²mero hasta casi los 100 millones. "?Hay que elegir entre Al¨¢ o Europa!" era el eslogan de Norbert P¨¹tzel, l¨ªder del derechista Partido de la Cultura Alemana (DKP). Afortunadamente, estas tendencias fueron contenidas a la larga, en un contexto de creciente prosperidad y con la llegada de nuevas generaciones de j¨®venes europeos en quienes los prejuicios raciales se hab¨ªan reducido en gran medida gracias a los viajes, las amistades de infancia y la total inmersi¨®n en la cultura popular estadounidense.
Europa en 2023 no era un nuevo modelo triunfante de uni¨®n federal, como algunos de sus padres fundadores hab¨ªan esperado 70 a?os antes. Pero se las hab¨ªa arreglado bastante bien.
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