Contra la disciplina de voto

Como "obediencia": son palabras que detesto desde peque?o, cuando a¨²n se les daba un valor meliorativo. Algo m¨¢s tarde aprend¨ª que la raz¨®n estaba sobre la fe, y la l¨®gica sobre el instinto. Comprendo que debe haber un cierto orden, y un comportamiento c¨ªvico: en libertad. Y pensando. Cuando, como ayer, me hablan de "disciplina de voto", me parece mal. Es una de las grandes se?ales de la izquierda: la pluralidad, y la explicaci¨®n y el an¨¢lisis de la verdad de cada cual. No quiero decir que todos los que votaron ayer contra la guerra fuesen la izquierda, ni mucho menos: pero ten¨ªan un sentido democr¨¢tico que les permit¨ªa, dentro de las diferencias que suponen once partidos, llegar a un acuerdo, sea por una raz¨®n moral -que se invocaba-, sea por la opini¨®n de sus votantes, como es su obligaci¨®n. La disciplina del PP, sin embargo, no me parece ajena a lo que representa: la derecha es materialista, obediente y autoritaria. Celebr¨® durante cuarenta a?os la Fiesta de la Unificaci¨®n. No quiero negar la capacidad de conciencia y de pensamiento de la derecha, sino subrayar que todos piensan lo mismo, y aunque me pueda referir a Aznar por facilidad de lenguaje -como digo "Franco", y eran cien mil pistolas las que le representaban y ejecutaban-, es un partido un¨¢nime en su declaraci¨®n de guerra, y est¨¢ seguro de que en el Consejo de Seguridad se va a hacer esa declaraci¨®n; por encima del veto ruso, del franc¨¦s y quiz¨¢ del chino. Y por encima de su Papa, al que superan en catolicismo: terminar¨ªa siendo una religi¨®n de Estado, como lo es la Iglesia anglicana, con la reina como cabeza visible. Puede que sea ¨¦se uno de los cambios de la ¨¦poca, si los vaticanistas persisten; como podr¨ªa ser otro s¨ªntoma la desaparici¨®n de la ONU; o, como es costumbre en tiempos de nueva institucionalidad, su mantenimiento en contra de su fundaci¨®n.

Lo que llamaremos Aznar se reproduce en cada uno de los suyos. Supongo que ahora, cuando se empieza a votar las listas municipales o auton¨®micas, todo el que vote al PP sabr¨¢ que est¨¢ votando al partido de la guerra; y al del chapapote, y al del decretazo. Seguramente obtendr¨¢ una mayor¨ªa otra vez, porque muchos espa?oles prefieren tambi¨¦n estos sistemas. No vale demasiado que digan "?Nunca m¨¢is!" los que siempre votaron a Fraga, cuya biograf¨ªa es conocida: no vale decir "?Basta ya!" si se ha votado a Aznar y a Mayor Oreja.