La prehistoria de Dad¨¢
Como Cioran, Eliade o Ionesco, Tristan Tzara era rumano de origen. Un rumano jud¨ªo cuyo verdadero nombre era Samuel Rosenstock. Nada de particular habr¨ª0a en este hecho si no fuera porque ¨¦l no lo divulg¨® y s¨®lo acept¨® ser un escritor revolucionario en la lengua de adopci¨®n: el franc¨¦s. Sin embargo, antes de que su vida cambiara de rumbo al ser enviado por sus padres a la Suiza neutral para salvarlo de la Primera Guerra Mundial, hab¨ªa dejado en Bucarest toda una estela importante de sus primeros lances literarios que, fundamentalmente, tuvieron como campo de batalla a la revista Simbolul. Tzara, por tanto, era un poeta y un agitador antes de que, en el a?o 1916, sacara a la luz a Dad¨¢: "Una palabra que lleva a cazar las ideas". Un poeta cuya formaci¨®n se hab¨ªa llevado a cabo dentro de la tradici¨®n literaria de su pa¨ªs, muy en contacto con la gran poes¨ªa francesa del siglo XIX. Tzara no naci¨® de la nada, como a ¨¦l le gustaba, sino de una vieja tradici¨®n que luego se encarg¨® de demoler y reconstruir a su manera. Dar¨ªe Nov¨¢ceanu (el autor de esta edici¨®n) insiste en remarcar estos aspectos y aporta datos muy interesantes y novedosos como, por ejemplo, sobre el origen de la palabra Dad¨¢. Tzara naci¨® un 16 de abril, y ese d¨ªa en el santoral local cristiano-ortodoxo aparecen nombradas las santas m¨¢rtires v¨ªrgenes: Agapia, Hionia e Irina; mientras que m¨¢s arriba, el d¨ªa 13, estaban los santos m¨¢rtires Cvintilian y Dada. "Decapitado como los otros dos, Dada tal vez le pareci¨® a Tzara m¨¢s significativo por su soledad y olvido terrenal: nadie lleva su nombre. Su piedad lo memoriz¨®", escribe Nov¨¢ceanu.
LOS PRIMEROS POEMAS
Tristan Tzara
Edici¨®n de Dar¨ªe Nov¨¢ceanu
Prensas Universitarias de Zaragoza. Zaragoza, 2002
204 p¨¢ginas. 21,15 euros
El autor de estos poemas,
escritos en rumano, impidi¨® en vida su publicaci¨®n, incorporando alguno de ellos al resto de su obra en franc¨¦s. S¨®lo aparecieron en 1971 (Tzara muri¨® en el 1964) y luego fueron traducidos al franc¨¦s e incorporados a sus obras completas. El autor de esta nueva edici¨®n, que ahora ve la luz en espa?ol, adelant¨® una selecci¨®n de los mismos en la antolog¨ªa, Poes¨ªa rumana contempor¨¢nea (Barral, 1972). Estos casi cuarenta poemas son fundamentales para entender la obra posterior y descubrir los g¨¦rmenes revolucionarios que en ella exist¨ªan. Fueron escritos entre los a?os 1912 y 1915 (el dada¨ªsmo dur¨® del 1916 al 1922), bajo la sombra simbolista y la de otros importantes poetas locales como Ion Minulesco, Mihai Eminescu (del que Mircea Eliade dijo que era uno de los mayores poetas del siglo XIX), G. Bacovia y, sobre todo, Urmuz. Nov¨¢ceanu insiste en este ¨²ltimo autor prevanguardista al que compara con Poe y Kafka. Y mientras Ionesco reconoci¨® su magisterio y colabor¨® en difundir la obra de su compatriota -alguno de cuyos fragmentos podemos leer en este volumen-, Tzara lo ocult¨®. Como escribe en el poema titulado Por el r¨ªo de la vida, en aquel entonces andaba "hacia mares quim¨¦ricos". La nostalgia, el spleen, el tedio, las reflexiones filos¨®ficas, la muerte, la pasi¨®n amorosa y el erotismo, el paisaje campesino, la guerra, la vida de provincia, los hospitales y jardines y cementerios, la locura y el suicidio son algunos de sus temas favoritos. Las im¨¢genes y met¨¢foras tienen la fuerza y, a veces, la ingenuidad del principiante.
?Qu¨¦ hubiera sido de Tzara si no hubiera dejado de ser Rosenstock? Dar¨ªe lo sit¨²a en un lugar de privilegio junto a otros poetas rumanos contempor¨¢neos como Bacovia, Blaga y Barbu. Pero Tzara fue Tzara y Dad¨¢ y el surrealismo al cual se pas¨® de la mano de Breton, en Par¨ªs, en 1920; existieron. El nuevo "Papa" coment¨® de su antecesor: "Tzara no era como nosotros hab¨ªamos imaginado, pero ciertamente era un poeta, incluso, en algunos momentos, un gran poeta. Pero el ruido que se hizo a su alrededor en Par¨ªs pareci¨® haberle drogado".
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