"El color est¨¢ muy presente en mi poes¨ªa, y tambi¨¦n la luz"
Albert R¨¤fols Casamada cumpli¨® 80 a?os el pasado 2 de febrero y, como dec¨ªa un conocido anuncio, sigue tan campante. Para los pr¨®ximos meses prepara exposiciones en Santo Domingo de Silos, Gij¨®n, Pamplona y Par¨ªs, mientras piensa que alg¨²n d¨ªa tendr¨¢ que ordenar sus dietarios y contempla con satisfacci¨®n la antolog¨ªa en castellano de su poes¨ªa, escrita originalmente en catal¨¢n, que bajo el t¨ªtulo El color de las piedras acaba de publicar Rosa C¨²bica. Aunque considera que "poes¨ªa y pintura son lenguajes diferentes", admite que las dos facetas de su obra tienen en com¨²n la sensibilidad del autor, lo que provoca en algunos casos confluencias de concepto.
"Siempre he escrito poes¨ªa", explica R¨¤fols Casamada en su estudio del barcelon¨¦s barrio del Putxet, "aunque no publiqu¨¦ mi primer libro en catal¨¢n hasta 1976. Me iba bien como pintor y pensaba que era complicado intentar lidiar en dos campos art¨ªsticos. Un d¨ªa, sin embargo, le ense?¨¦ mis poemas a Ram¨®n Balasch, editor de Llibres del Mall, y me anim¨® a publicarlos. Despu¨¦s siguieron otros libros y acabaron conviviendo pintura y poes¨ªa".
"Salvat-Papasseit y Garc¨ªa Lorca me abrieron los ojos a la l¨ªrica moderna"
"Sigo escribiendo en diatarios porque, para m¨ª, captan el instante"
R¨¤fols Casamada se interes¨® por la poes¨ªa desde muy joven, desde el momento en que descubri¨® a Salvat-Papasseit y a Federico Garc¨ªa Lorca. "Fue al final de la guerra civil", cuenta. "Los conoc¨ª a trav¨¦s de unas antolog¨ªas que publicaba Josep Jan¨¦s y me abrieron los ojos a la poes¨ªa como concepto moderno. Me encantaron los poemas experimentales de Salvat-Papasseit y los fragmentos que le¨ª de Poeta en Nueva York. M¨¢s adelante le¨ª a poetas como Mallarm¨¦, Aleixandre, Neruda... Residencia en la tierra fue tambi¨¦n un libro importante para m¨ª. De los catalanes, aparte de Salvat-Papasseit, me gustaban Mari¨¤ Manent, Josep Carner y Carles Riba, aunque hac¨ªan una poes¨ªa distinta a la m¨ªa".
Cita tambi¨¦n R¨¤fols Casamada a poetas como Ungaretti y Montale, y subraya el descubrimiento que supuso para ¨¦l la poes¨ªa oriental, sobre todo por la depuraci¨®n de los haik¨²s.
Aunque insiste en se?alar que poes¨ªa y pintura son dos campos art¨ªsticos muy distintos, vale la pena recordar que en 1946 ya form¨® parte del grupo Els Vuit, en el que, adem¨¢s de pintores como ¨¦l mismo y la que ser¨ªa su esposa, Maria Girona, figuraban poetas como Jordi Sarsanedas y m¨²sicos como Joan Comellas. "Entonces ya me atra¨ªa la interacci¨®n de la creatividad, y escrib¨ªa poemas, pero sin pensar en publicarlos, ya que yo iba para pintor".
Una beca en Par¨ªs, en los primeros a?os cincuenta, fue decisiva para la formaci¨®n de R¨¤fols Casamada, que pintaba al principio una figuraci¨®n influenciada por el Noucentisme, y especialmente por Torres Garc¨ªa, artista al que admiraba sin concesiones.
Fue, sin embargo, a finales de los sesenta cuando tuvo una especie de "revelaci¨®n" que le confirm¨® su atracci¨®n por el arte abstracto. "Fue en 1958", recuerda. "Yo regresaba de una exposici¨®n m¨ªa en Santander, y en Madrid vi una exposici¨®n de arte moderno norteamericano, con obras de Rothko, Motherwell, Pollock, etc¨¦tera. Yo ya estaba inclin¨¢ndome hacia lo abstracto y aquella exposici¨®n me confirm¨® que iba por el buen camino y que ten¨ªa que avanzar sin prejuicios".
A partir de aquel momento, R¨¤fols Casamada pas¨® a pintar la abstracci¨®n l¨ªrica que caracteriza su obra actual y que le ha convertido en un pintor valorado por la cr¨ªtica de todo el mundo.
Es curioso observar que en su otra faceta, la de poeta, se encuentran homenajes a algunos de los maestros que ha admirado. A Vel¨¢zquez, por ejemplo, a quien asocia con el color gris; a Rothko, con el violeta; a Van Gogh, con el amarillo; a Mondrian, con el blanco; a L¨¦ger, con el rojo... "No est¨¢n todos, pero s¨ª algunos de los que admiro", se?ala. "El color est¨¢ muy presente en mi poes¨ªa, y tambi¨¦n la luz, ya que considero que un poema es como un instante de luz".
En las paredes de su estudio se superponen, en estudiado desorden, fotos de otros artistas admirados, desde Baudelaire hasta Matylin, pasando por Manent, Camus, Joyce... Tambi¨¦n hay postales que reproducen cuadros de C¨¦zanne, de Mir¨®, de Picasso, de Torres Garc¨ªa, junto con una amplia biblioteca en la que se alternan el arte y la literatura. Tambi¨¦n hay alguna muestra de la poes¨ªa visual, que practic¨® sobre todo en los sesenta y que le permiti¨® "unir poes¨ªa y pintura". Cuando pinta, confiesa que le gusta escuchar m¨²sica de Bach, aunque de vez en cuando se regala a s¨ª mismo "un disco divertido de Josephine Baker".
Al repasar sus muchos a?os de dedicaci¨®n, comenta R¨¤fols Casamada que fue importante el hecho de haber dirigido, a partir de 1967, la escuela de arte Eina. "Ejercer de profesor hizo que me planteara muchos aspectos del arte para poderlos explicar", afirma. "Aprend¨ª ense?ando y pude profundizar a fondo con los colores". Tambi¨¦n en sus dietarios (de los que hay una muestra en castellano en Hu¨¦sped del d¨ªa) ha reflexionado R¨¤fols Casamada sobre su oficio.
"Sigo escribiendo dietarios, aunque no s¨¦ cu¨¢ndo podr¨¦ ordenarlos", comenta con pesar. "Para m¨ª, son pr¨®ximos a la poes¨ªa, ya que captan el instante. En ellos puedo explicar lo que pienso cuando preparo una pintura y reflexionar sobre el arte en general".
Una caracter¨ªstica que sorprende enseguida en la poes¨ªa de R¨¤fols Casamada es que no tiene puntuaci¨®n. "A partir de los a?os cincuenta decid¨ª hacerlo as¨ª", explica. "De este modo queda claro que las palabras fluyen de manera distinta, sin obst¨¢culos. A menudo sustituyo la puntuaci¨®n con el cambio de l¨ªnea y juego con los espacios en blanco, que acaban formando parte del poema. Esto los acerca de alg¨²n modo a la pintura".
Y a partir de aqu¨ª, esa obsesi¨®n por el paisaje, por los colores, por la luz. Esa po¨¦tica que pretende atrapar el instante, fijar la luz.
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