Por qu¨¦ EE UU no conquist¨® Bagdad en 1991
El temor a una partici¨®n de Irak y la falta de autorizaci¨®n de la ONU disuadieron a Bush padre de tomar la capital en 1991
"Unidades de la 101 Divisi¨®n Aerotransportada han llegado a s¨®lo 240 kil¨®metros de Bagdad. Entre nosotros y la capital no hay nada. Si nuestra intenci¨®n hubiera sido tomar Irak, apoderarnos del pa¨ªs y destruirlo, pod¨ªamos haberlo hecho perfectamente desde esa posici¨®n sin encontrar la m¨¢s m¨ªnima oposici¨®n". Estas palabras del general Norman Schwarzkopf, pronunciadas el 28 de febrero de 1991, el d¨ªa del fin de la guerra del Golfo, causaron sorpresa entonces y m¨¢s de un reproche durante los ¨²ltimos 12 a?os.
Por qu¨¦ el Gobierno de EE UU orden¨® que la 101 girase al oeste en lugar de conquistar Bagdad con la sarta de problemas que podr¨ªan haberse evitado es un debate abierto desde hace una d¨¦cada, y m¨¢s a¨²n ahora cuando la Administraci¨®n de Bush hijo se prepara para "terminar el trabajo".
"El mandato de la ONU estaba claro: el objetivo se limitaba a expulsar a Irak de Kuwait"
El propio Schwarzkopf, entrevistado el pasado 28 de enero por The Washington Post, insist¨ªa en que ¨¦l s¨®lo cumpli¨® ¨®rdenes. "El mandato de la ONU estaba claro: el objetivo se limitaba a expulsar a los iraqu¨ªes de Kuwait". Adem¨¢s, a?ad¨ªa, "Estados Unidos estaba a¨²n bajo el s¨ªndrome de Vietnam". Es decir, que ni el Gobierno ni la opini¨®n p¨²blica norteamericana estaban dispuestas a asumir muchas bajas.
Al oso del desierto, como se le conoc¨ªa entonces, no le falta raz¨®n en cuanto a la ONU se refiere. La resoluci¨®n 678 de Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1990 se?alaba expresamente: "El Consejo de Seguridad autoriza a la coalici¨®n a usar todos los medios necesarios para hacer respetar las anteriores resoluciones si el 15 de enero no se retira Irak de Kuwait".
El profesor Manuel Coma, del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estrat¨¦gicos, recuerda que "en aquel momento se viv¨ªa un periodo de exaltaci¨®n en Estados Unidos, muy en la tradici¨®n del idealismo americano. Tras la guerra fr¨ªa se hab¨ªa superado el primer obst¨¢culo y se quer¨ªa ir hacia un nuevo orden internacional. No de ir m¨¢s all¨¢ de la ONU".
Adem¨¢s, afirma Coma, "exist¨ªa una enorme preocupaci¨®n de que se rompiese una coalici¨®n integrada por tantos pa¨ªses, muchos de ellos ¨¢rabes". Tambi¨¦n, contin¨²a, "hab¨ªa una consideraci¨®n geopol¨ªtica: el temor a una fragmentaci¨®n de Irak". Las aspiraciones de los kurdos al norte y de los shi¨ªes al sur eran "una tentaci¨®n y una preocupaci¨®n para los vecinos. Lo ¨²ltimo que quer¨ªa Estados Unidos era desestabilizar Turqu¨ªa, que entonces como ahora jam¨¢s admitir¨¢ un Kurdist¨¢n independiente".
Coma a?ade otra raz¨®n de fondo: "La convicci¨®n por parte del Gobierno de EE UU de que ning¨²n r¨¦gimen resiste una derrota semejante". De hecho, el presidente Bush padre declar¨® nada m¨¢s anunciarse el alto el fuego que la paz en la regi¨®n "no ser¨ªa americana", y anim¨® a los iraqu¨ªes a rebelarse contra Sadam, a hacer la segunda parte del trabajo. La rebeli¨®n se inici¨® muy pronto. El 3 de marzo comenzaron las protestas en el sur y poco despu¨¦s se extendi¨® al norte. El problema surgi¨® cuando el d¨ªa 5 de ese mes el portavoz de la Casa Blanca entonces, Martin Fitzwater, declar¨®: "No pretendemos inmiscuirnos en asuntos internos de Irak".
Aquellas palabras sellaron la suerte del pueblo iraqu¨ª. Sadam ahog¨® en sangre la revuelta en 48 horas. Bush padre no reaccion¨® p¨²blicamente hasta el 14 de marzo para expresar su "preocupaci¨®n" por el uso de helic¨®pteros por parte de Sadam y su "violaci¨®n del alto el fuego". M¨¢s tarde vendr¨ªan las sanciones econ¨®micas de la comunidad internacional, el establecimiento de las zonas de exclusi¨®n a¨¦rea del norte y el sur del pa¨ªs por EE UU y Reino Unido, sin el aval de la ONU, y la catarata de resoluciones de Naciones Unidas exigiendo su desarme.
Manuel Coma apunta otra raz¨®n para el frenazo de las fuerzas norteamericanas en 1991. "Entonces no se ten¨ªa idea de la magnitud del programa nuclear iraqu¨ª. No se conoci¨® lo cerca que hab¨ªa estado Sadam de la bomba hasta la huida de sus yernos en 1995. Si lo hubieran sabido se lo habr¨ªan pensado dos veces".
Todos estos factores pueden alterarse en orden de importancia e incluso a?adir otros mil veces citados, como la ausencia de un recambio pol¨ªtico fiable de Sadam Husein, la prioridad que constitu¨ªa a¨²n para EE UU una Uni¨®n Sovi¨¦tica moribunda -no se olvide el golpe de Mosc¨² de agosto de 1991- o incluso la falta de experiencia internacional en la organizaci¨®n de protectorados multinacionales como se han visto despu¨¦s en los Balcanes.
Sea como fuera, como escribi¨® hace unas semanas en The Washington Post Richard Holbrooke, embajador de EE UU ante la ONU durante la presidencia de Bill Clinton, "el fracaso en acabar con Sadam en 1991 fue uno de los errores m¨¢s importantes de la moderna historia de Estados Unidos, al margen de que un an¨¢lisis racional exigiera limitar la Tormenta del Desierto a la liberaci¨®n de Kuwait".
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