Bush siembra dudas sobre Blix
La Administraci¨®n de EE UU trata de desacreditar los informes de Blix y presentar a la ONU como un organismo pusil¨¢nime
Si los telefonazos entre presidentes y primeros ministros sobre una nueva resoluci¨®n de la ONU que permita desencadenar la guerra contra Irak es una de las actividades m¨¢s visibles, no se trata, ni mucho menos, de la ¨²nica. Fuentes diplom¨¢ticas dijeron a EL PA?S que el Reino Unido ha propiciado varios encuentros entre embajadores y responsables del servicio de espionaje brit¨¢nico. "Te dicen, en un tono convincente, muy profesional, que a ellos no les importa lo que vaya a decidir el Consejo de Seguridad; que lo ¨²nico que desean es que sepamos la verdad", explic¨® un asistente a una de esas reuniones en Nueva York. "Cuando objetas que uno de los informes brit¨¢nicos aportados en febrero era un montaje en base a documentos antiguos, te aseguran que eso ha sido cosa de la oficina de Tony Blair, no del servicio de inteligencia brit¨¢nico".
La idea es repetir machaconamente conceptos sencillos, breves y contundentes
La campa?a de la Administraci¨®n de Bush -un verdadero bombardeo medi¨¢tico- para presentar la ONU como un organismo pusil¨¢nime est¨¢ dando alg¨²n resultado en los ¨²ltimos sondeos. La Casa Blanca ha lanzado una ofensiva para desacreditar a Hans Blix. Le acusan de haber silenciado en su informe oral, que no escrito, algunos aspectos, como la existencia de aviones iraqu¨ªes no tripulados capaces de lanzar bombas qu¨ªmicas. A pesar de esta campa?a, una encuesta realizada ayer por la cadena CNN, con la pregunta "?A qui¨¦n cree usted m¨¢s: a Bush o a los inspectores?", fue inequ¨ªvoca: la gente cree m¨¢s a los segundos.
El presidente de EE UU, como Aznar, utiliza, tanto ante el Congreso como en sus recientes entrevistas de televisi¨®n, frases que suenan, para utilizar un lenguaje judicial, como hechos probados. Los expertos en comunicaci¨®n sostienen que, aunque pueden ser eficaces, su ¨¦xito depende de la ausencia del principio de contradicci¨®n.
Bush afirm¨® el jueves en una rueda de prensa que los iraqu¨ªes "contin¨²an escondiendo agentes biol¨®gicos y qu¨ªmicos para evitar su detecci¨®n por parte de los inspectores. En ciertos casos, han cambiado de sitio esos materiales de 12 a 14 horas o los han colocado en veh¨ªculos situados en barrios residenciales". El jefe de los inspectores, Hans Blix, desmont¨® el argumento: "Informes de espionaje sostienen que las armas de destrucci¨®n masiva son desplazadas alrededor de Irak mediante camiones y, en particular, dicen que hay unidades m¨®viles de producci¨®n de armas biol¨®gicas. Los iraqu¨ªes aseguran que estas actividades son inexistentes. Tras varias inspecciones, tanto en los lugares declarados como en otros no revelados, se ha podido comprobar que eran talleres m¨®viles y de alimentos, as¨ª como grandes contenedores con equipos de tratamiento de semillas. No se han hallado hasta ahora pruebas de actividades prohibidas".
Seg¨²n Bush, su espionaje sostiene "que los cient¨ªficos iraqu¨ªes contin¨²an siendo amenazados con represalias si cooperan con los inspectores". Blix tiene otra informaci¨®n: "Durante el ¨²ltimo mes, Irak nos ha proporcionado nombres de muchas personas que pueden ser fuentes de informaci¨®n relevantes, en particular gente que tom¨® parte en varias fases de la destrucci¨®n unilateral de armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas y misiles prohibidos en 1991". Irak, dijo, ha autorizado que esas entrevistas se realicen sin presencia de escoltas o magnet¨®fonos. Blix consider¨® que las diez entrevistas celebradas se realizan seg¨²n las exigencias de la ONU.
Bush afirma: "Si [Irak] estuviera desarm¨¢ndose, lo sabr¨ªamos porque lo ver¨ªamos. Las armas ser¨ªan presentadas a los inspectores y el mundo ser¨ªa testigo". Pero es cierto que se han destruido varias decenas de misiles Al Samud 2 en presencia de los inspectores. Y Blix no pudo ser m¨¢s elocuente en este punto: "La destrucci¨®n emprendida constituye una medida sustantiva de desarme, la primera desde mediados de los a?os noventa. No estamos viendo c¨®mo se rompen palillos para los dientes. Se han destruido armas letales".
Bush insisti¨®, una y otra vez, como lo hacen Aznar y la ministra de Exteriores Ana Palacio, en que "Sadam no se est¨¢ desarmando. Es un hecho. No se puede negar", dicen. La idea es que conceptos sencillos, breves y contundentes, repetidos machaconamente, penetran en el cerebro de la gente y son dif¨ªciles de arrancar.
El director general del Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), Mohamed el Baradei, desmont¨® con fuerza algunos de los argumentos de Bush. Seg¨²n ha explicado, los inspectores han realizado 218 inspecciones en 141 lugares. Y tambi¨¦n trabajan junto a los hombres de Blix.
"Una amplia investigaci¨®n y el an¨¢lisis de documentos no han logrado hallar pruebas de que tubos de aluminio de 81 mil¨ªmetros hayan sido utilizados para proyectos distintos a la fabricaci¨®n de cohetes". Seg¨²n la Administraci¨®n de Bush, dichos tubos se usaron para enriquecimiento de uranio como parte del programa nuclear iraqu¨ª. El Baradei dej¨® algunas de las afirmaciones de Bush y Powell al descubierto cuando abord¨® la presunta prueba de cargo facilitada por EE UU a los inspectores, seg¨²n la cual Irak est¨¢ intentando fabricar armas nucleares.
Se trata de unos presuntos contratos firmados entre Irak y N¨ªger. Los documentos fueron aportados por el espionaje brit¨¢nico en diciembre de 2002. Se refieren a una presunta compra de uranio a N¨ªger en febrero de 1999 por parte de Irak. Los inspectores investigaron la veracidad de los documentos. Seg¨²n explico El Baradei, "bas¨¢ndose en un an¨¢lisis meticuloso, el OIEA ha llegado a la conclusi¨®n, con la ayuda de expertos independientes, de que esos documentos -que han sido la base de los informes sobre las compras de uranio entre Irak y N¨ªger- no son aut¨¦nticos. Estas acusaciones concretas son, pues, infundadas".
El desmentido de las afirmaciones de Bush y de Powell, ?supone que los inspectores creen que ya no hay armas de destrucci¨®n masiva en Irak? No. Su informe escrito, distribuido el lunes, incluye la existencia de aviones sin piloto capaces de lanzar bombas prohibidas y apunta actividades en armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas, pero no saca conclusiones. Por eso solicitan m¨¢s tiempo. Con todo, ni Bush ni Powell han podido demostrar a¨²n que Irak suponga un peligro, directo o indirecto, para la seguridad de EE UU ni para sus vecinos en la zona, incluido Israel.
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