El fiscal acusa a un jefe policial de acoso sexual a una agente
El inspector, de San Sebasti¨¢n, afronta una petici¨®n de m¨¢s de dos a?os de c¨¢rcel
A la joven R. I. F. le gusta su trabajo de polic¨ªa nacional, pero no su vivencia en una comisar¨ªa de San Sebasti¨¢n. Desde el primer d¨ªa sufri¨® all¨ª el acoso sexual y los comentarios vejatorios de su jefe. As¨ª lo denunci¨® ayer en la Audiencia Provincial de Guip¨²zcoa, durante el juicio contra su presunto acosador, A. J. R., quien neg¨® las acusaciones. El fiscal pide para ¨¦l 20 fines de semana de arresto por un delito de acoso sexual y dos a?os de prisi¨®n e inhabilitaci¨®n por lesiones.
La agente del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa se incorpor¨® en marzo de 1999 a la Unidad de Intervenci¨®n de San Sebasti¨¢n, cuyo jefe era el inspector A. J. R. La joven, ahora destinada en Vigo, relat¨® que, desde el primer momento, el acusado tuvo "un comportamiento excesivo" con ella, halagando su vestimenta y olor.
Pasadas unas semanas, comenzaron los "requerimientos sexuales". "Me dijo que hab¨ªa logrado el traslado a San Sebasti¨¢n gracias a ¨¦l y que eso se lo ten¨ªa que pagar acost¨¢ndome con ¨¦l", explic¨® R. I. F., para a?adir que, ante su negativa, el imputado le inst¨® a que le practicara sexo oral.
"Me prometi¨® que si me comportaba como ¨¦l deseaba, disfrutar¨ªa de m¨¢s permisos y dietas y me ayudar¨ªa a ascender", declar¨® la joven, quien asegur¨® que A. J. R. la llamaba asiduamente por tel¨¦fono para "comer, cenar y tomar copas fuera de servicio", a lo que ella pon¨ªa "mil excusas". La agente afirm¨® incluso que su jefe lleg¨® a amenazarla con perjudicar a su novio, tambi¨¦n polic¨ªa, si no acced¨ªa a sus requerimientos sexuales.
La joven, visiblemente afectada, apunt¨® algunos de los comentarios humillantes que el acusado hizo hacia su persona delante de otros compa?eros, como "¨¦sta, a cuatro patas, tiene que estar de vicio". Record¨® asimismo el d¨ªa en que su jefe, durante una comida con otros agentes, le propin¨® "una palmada en el culo". Varios polic¨ªas citados como testigos ratificaron las acusaciones de R. I. F.
Silencio y traslado
La agente notific¨® la situaci¨®n a sus superiores en enero de 2000. ?stos, seg¨²n declar¨®, le ofrecieron trasladarla a Asturias, su tierra natal, y "silenciarlo todo", pero ella se opuso. Posteriormente denunci¨® los hechos en el juzgado, a ra¨ªz de lo cual fue objeto de "persecuci¨®n y represalias". "En cuatro d¨ªas me abrieron tres expedientes", dijo la joven, quien a¨²n permanece en tratamiento psicol¨®gico.
El acusado neg¨® las imputaciones y asegur¨® que su trato con la joven fue "normal". "Jam¨¢s le propuse relaciones", declar¨® A. J. R., para quien la acusaci¨®n particular demanda 11 a?os de c¨¢rcel y 10 de inhabilitaci¨®n.
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