El enclave de la Sagrera
Nuevos asentamientos de personas sin techo e inmigrantes ocupan espacios en las v¨ªas de la Sagrera
Unos toldos azules, sujetos con alambres, intentan impedir las miradas. Lo que se ve dentro deja perplejo: montones de escombros, basura, suciedad, una tierra negra y... personas. Se trata de uno de los asentamientos de gente sin techo, inmigrantes, que han proliferado en el ¨¢rea de la Sagrera. Frente a las viejas instalaciones de la estaci¨®n de mercanc¨ªas del Clot, hoy utilizadas por Correos, hay restos de lo que fueron naves y locales de empresas que trabajaban para Renfe.
Ah¨ª se ha instalado un grupo de rumanos. Hombres y mujeres j¨®venes. En un bar cercano comentan que antes hab¨ªa ni?os, pero que los servicios asistenciales se los llevaron. Esa versi¨®n la confirma el concejal de Sant Andreu, Ferran Juli¨¤. Tambi¨¦n cuenta que el distrito ha instado a la propiedad a que adecente el solar. Es evidente que no lo ha hecho.
Los que all¨ª viven no quieren hablar. "Van a una fuente cercana para coger agua", cuenta un vecino. Otra mujer, que vive a dos pasos, en los pisos de empleados de Renfe, prefiere no hablar: "Llevan aqu¨ª unos seis meses y vaya... Pero no quiero tener problemas". No tienen luz y han amontonado ropas y colchones bajo un trozo de techo y dos paredes que apenas les resguardan. En medio de la suciedad, una joven intenta lavar ropa.
La futura zona de la estaci¨®n de la Sagrera -lo que hace a?os fue la Perona, un asentamiento de gitanos que iba desde el puente de Espronceda hasta el del Trabajo- se ha convertido en lugar de refugio, de asentamientos dispersos. Bajo el puente de Espronceda alguien ha reconvertido lo que debi¨® de ser una caseta de servicios en una improvisada y paup¨¦rrima vivienda.
Cualquier construcci¨®n que quede libre junto a la playa de v¨ªas de la Sagrera es susceptible de ser ocupada. El ¨²nico freno a los asentamientos es que exista cierta actividad. Tambi¨¦n se est¨¢n ocupando los pisos que se van vaciando en las viviendas que Renfe ten¨ªa en la zona.
La mayor parte de quienes se han instalado en esta zona son inmigrantes, pero tambi¨¦n hay espa?oles. Hace medio a?o, el distrito de Sant Andreu derruy¨® un edificio de la calle de la Sagrera. Viv¨ªan unas 50 personas, muchas originarias del Magreb, y entre ellas se produjo m¨¢s de un enfrentamiento violento.
Pero hay m¨¢s asentamientos. Junto al puente del Trabajo, en lo que fueron los comedores de los trabajadores de Renfe, tambi¨¦n se han instalado un grupo de inmigrantes y una pareja de espa?oles. El m¨¦todo ha sido r¨¢pido: las construcciones hab¨ªan sido tapiadas, pero alguien rompi¨® los ladrillos, puso una puerta y la cerr¨® con cadenas y un candado. Dentro se ve ropa y enseres.
Antonio Torres, un espa?ol que se afinc¨® en un descampado al otro lado del puente del Trabajo hace 12 a?os, cuenta que por la ma?ana no hay nadie: "Se van a trabajar". "Aqu¨ª tengo todas las comodidades", cuenta. Y las muestra: televisi¨®n, lavadora y una ducha. Se ha fabricado una puerta con somieres y es conocido en todo el barrio.
"Pago luz y agua", asegura. Su vivienda consiste en varias barracas. Una para dormir, otra para cocinar. El fregadero est¨¢ en medio. Gallinas, gallos y conejos est¨¢n enjaulados en otra barraca.
Hasta tiene una oveja que da vueltas entrando y saliendo de la huerta, donde se ven habas, cebollas y ajos alineados en perfecto orden. El trozo de tierra es bastante grande y vecinos de la zona tambi¨¦n plantan unas cuantas lechugas. Sabe que esa ocupaci¨®n durar¨¢ lo que tarde el proyecto de la Sagrera en ponerse en marcha: "Pero lo del AVE va mal. Eso va pa largo".
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