Un modelo a seguir
Cuando la bronca es con tanta frecuencia la nota dominante de las relaciones entre el Gobierno y el resto de las fuerzas parlamentarias, un destello de sentido com¨²n ha iluminado la escena pol¨ªtica espa?ola. La aprobaci¨®n de la Ley de Cohesi¨®n y Calidad del Sistema Sanitario con el respaldo de todos los grupos parlamentarios y la abstenci¨®n de Coalici¨®n Canaria (por motivos todav¨ªa subsanables en el Senado), demuestra que cuando hay voluntad de di¨¢logo el deseable consenso es posible. Esto era especialmente importante en una ley que afecta a la sanidad p¨²blica espa?ola, uno de los pilares del Estado de bienestar y un instrumento esencial de equidad.
En el poco tiempo que lleva en el cargo, la ministra de Sanidad, Ana Pastor, ha demostrado una capacidad de di¨¢logo encomiable, y ello ha permitido subsanar las reticencias que el proyecto hab¨ªa despertado en las comunidades aut¨®nomas -incluidas algunas gobernadas por el PP- y en los partidos de la oposici¨®n. Las reticencias estaban justificadas porque la transferencia de la sanidad a la decena de comunidades que a¨²n no la ten¨ªan, a partir de 2002, provoc¨® disfuncionalidades graves. La principal, el riesgo de consolidaci¨®n de un mecanismo perverso por el que la Administraci¨®n central tomar¨ªa las decisiones de las prestaciones a garantizar en el sistema p¨²blico, sin asegurar a las comunidades aut¨®nomas los recursos financieros necesarios para ello.
El consenso ha dado como resultado que, de las m¨¢s de quinientas enmiendas presentadas al proyecto, apenas han llegado al pleno del Congreso unas decenas, lo que ha permitido mejorar sustancialmente el contenido de la ley y ha asegurado adem¨¢s su perdurabilidad, algo muy importante en una cuesti¨®n de tanta trascendencia. La nueva ley refuerza la naturaleza p¨²blica del sistema y consolida el Consejo Interterritorial de Salud como organismo colegiado de toma de decisiones; garantiza una financiaci¨®n adecuada a las nuevas prestaciones que se vayan incorporando, y hace especial ¨¦nfasis en la equidad territorial.
M¨¢s all¨¢ de la cobertura de la asistencia a los desplazados, el fondo de cohesi¨®n previsto en la ley puede ser un eficaz instrumento para corregir los posibles desequilibrios que, por razones diversas, pueden producirse entre las diferentes comunidades aut¨®nomas. Finalmente, los cambios introducidos en la regulaci¨®n de la Alta Inspecci¨®n han mejorado el perfil de esta instituci¨®n que muchas comunidades auton¨®mas ve¨ªan como un posible ariete de injerencia de la Administraci¨®n central en sus competencias, aunque en este caso s¨®lo la pr¨¢ctica permitir¨¢ disipar totalmente las reticencias.
El conjunto, pues, es m¨¢s que satisfactorio y permite esperar que sirva de modelo para la gran cuesti¨®n pendiente de la sanidad espa?ola, la pol¨ªtica farmac¨¦utica. Se trata de una asignatura pendiente de suma trascendencia, con enormes intereses en juego que no siempre act¨²an en pro del bien colectivo. Urge un marco legal que garantice el uso racional de los medicamentos y ponga orden en un sector que precisa de una revisi¨®n en profundidad.
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