Cogida grave de Antonio Ferrera
Antonio Ferrera quiso burlar las alambradas y qued¨® preso en ellas. Era en el quinto toro, colorado de capa y astifino, serio el de La Dehesilla. Ya con el capote midi¨® su terreno y tambi¨¦n el del torero. Esper¨® en banderillas, haciendo caso omiso de la provocaci¨®n tan descarada como alegre de Ferrera, que se dej¨® querer mucho para cumplir un tercio m¨¢s trabajado que brillante.
En la muleta, el colorado toro de La Dehesilla dispuso de una arrancada fiera, de oleada, que Ferrera salv¨® en principio con seguridad y serenidad. La guerra entre toro y torero, no obstante, estaba declarada. Faena, pues, de cara o cruz. De apuesta o de retirada. Imposible utilizar recursos art¨ªsticos, Ferrera le dio una oportunidad al drama. Se meti¨® en un terreno minado, cuyo due?o no admit¨ªa intrusos, y el toro, que nunca escondi¨® su interior, no le perdon¨®. La moneda cay¨® de cruz y al valiente Ferrera, herido, se lo llevaron a la enfermer¨ªa.
La Dehesilla / Espl¨¢, Ferrera, El Fandi
Seis toros de La Dehesilla, bien presentados, agresivos de cara, justos de fuerzas, sin entrega en varas y desiguales de juego.
Luis Francisco Espl¨¢: m¨¢s de media (ovaci¨®n); pinchazo y tres descabellos (silencio). Antonio Ferrera: estocada (oreja); cogido, mat¨® el toro Espl¨¢ de dos pinchazos y entera (oreja). El Fandi: dos pinchazos y casi media (saludos); media desprendida (oreja).
Enfermer¨ªa: Ferrera fue asistido de una cornada en la cara posterior del tercio superior del muslo izquierdo con dos trayectorias, una de 15 cent¨ªmetros que llega al isqui¨®n, y otra de 20 cent¨ªmetros que atraviesa la masa de los abductores, que produce diversos destrozos musculares sin lesionar el paquete vascular. Pron¨®stico grave.
Plaza de Valencia, 18 de marzo. 10? de feria. Casi lleno.
Antes de esa arriesgada apuesta que Ferrera perdi¨®, se trabaj¨® a un segundo toro distra¨ªdo y sin raza. Cumpli¨® un buen tercio de banderillas, sin excesivo aparato, m¨¢s bien sobrio. Sin raza y muy distra¨ªdo el toro, que sal¨ªa de la muleta embobado, dej¨® que Ferrera se acomodara con ¨¦l. Los muletazos por el lado derecho quedaban como m¨¢s s¨®lidos, aunque sin llegar a cumplir con todo el recorrido. Por el izquierdo, sin embargo, se desacoplaban toro y torero. Con todo, el gobierno de esa faena fue del torero.
De los seis toros de La Dehesilla, el tercero tuvo un pronto de inter¨¦s indiscutible. Con velocidad de b¨®lido se emple¨® en banderillas, para que El Fandi plasmara sin reservas un par de poder a poder, emocionante. Un par por los adentros, jugando de t¨² a t¨² con el toro y d¨¢ndole a elegir las ventajas tuvo un plus de riesgo. A ese toro, de buen pit¨®n izquierdo pero corto y algo distra¨ªdo por el derecho, lo consinti¨® El Fandi. La faena carg¨® sus mejores momentos en el toreo por naturales, en donde el torero se relami¨®. Los hubo largos, profundos, muy embebido el toro en la muleta. Tuvo intensidad cada secuencia con la mano izquierda. Y buen toreo.
En el flojo sexto, El Fandi arm¨® un alboroto en banderillas. El espect¨¢culo y el riesgo caminaron juntos. Fue un tercio encendido, vibrante, con un par al viol¨ªn muy sincronizado en su reuni¨®n con el toro. Mas el flojo astado cort¨® alas al imparable torero. Toro sin entrega y corto, igual a muletazos sin su final natural, inacabados.
Luis Francisco Espl¨¢ fue el contraste a la ofensiva juvenil de sus compa?eros. Sin perder compostura, tampoco torer¨ªa, Espl¨¢ cumpli¨® con su papel de veterano maestro cuya lid ya pertenece a otra historia. Tampoco tuvo dos toros con los que lucir su car¨¢cter. Su primero, de fuerzas muy justas, embisti¨® a golpes. Faena de oficio, burocr¨¢tica, de poco eco en la gente.
El cuarto, que escarb¨® en banderillas y al que le costaba un mundo tomar la muleta, no iba a comprometer al alicantino a estas alturas de su carrera. Y, claro, firm¨® un tr¨¢mite en esa faena.
En cartel de matadores-banderilleros, el segundo tercio era cita tan esperada como obligada. Los tres primeros toros fueron compartidos por la terna, con la impresi¨®n de que en el c¨®mputo general hubo empate. En los otros tres, apostaron al riesgo cada uno de ellos. Espl¨¢ no redonde¨® al clavar; Ferrari y Fandi se dieron un banquete al que invitaron a disfrutar a la gente.
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