Toros santos para despedir la feria

Primero, casi tres horas de festejo. Despu¨¦s, noble, noble y noble, tres veces noble, o m¨¢s, los toros de Capea. Posiblemente m¨¢s que nobles, santos. De una bondad casi exagerada y con las fuerzas en el l¨ªmite. Corrida, pues, para andar c¨®modo, sin agobios, para no sentirse apremiados. Corrida, en fin, para disfrute del torero, pero tambi¨¦n para echar mano del temple. Una virtud, el temple, que de no utilizarla hubiera desmejorado bastante la condici¨®n del toro. Toros, desde luego, que pasaron por el tercio de varas como de puntillas.

A esa bondadosa corrida le a?aden un p¨²blico de la misma condici¨®n, muy amable, y se obtiene un resultado como el de esta ¨²ltima de Fallas. Orejas para todos, unas m¨¢s justificadas que otras, y que nadie ose decir que la tarde no fue divertida. Divertida lo ser¨ªa, posiblemente lo fue, pero emocionante ya es palabra que no cab¨ªa ayer tarde.

La virtud del temple es cualidad innata en Vicente Barrera, lo cual supone que en casos como el de ayer se tiene mucho terreno ganado. Barrera impuso temple en sus dos toros, mucho mimo, mucho cuidado en que los santos toros de Capea no se le vinieran abajo. Y lo consigui¨®. En sus dos toros no hab¨ªa que imponer gobierno alguno, s¨®lo cab¨ªa un trato de suavidad, de dar distancia, de dejarlos respirar entre serie y serie. C¨®modo Barrera y c¨®modos los toros, no exist¨ªa problema alguno. As¨ª en los dos. En el quinto tuvo la virtud a?adida de reparar la renqueante embestida que el toro no hab¨ªa podido disimular con el capote. A placer tore¨® Barrera a sus dos toros.

En corrida tan d¨®cil, tan al l¨ªmite de fuerzas y con p¨²blico tan a favor, Jos¨¦ Calvo se vio ante la oportunidad de su vida. En el tercero, se aclar¨® m¨¢s por el pit¨®n derecho, hasta que el toro fue defini¨¦ndose cuesta abajo. Con el sexto, que se puso punto defensivo por tan poquita chicha, recurri¨® a las cercan¨ªas. Aguant¨® imp¨¢vido y, en un despiste del toro, a¨²n tuvo tiempo para dibujar unos naturales que apuntaban formas muy cl¨¢sicas.

El sobrero de La Dehesilla fue bajo de casta y tambi¨¦n con poca fuerza. La t¨¦cnica de Ponce fue tan superior que la faena acab¨® por no tener nada m¨¢s que el color del torero. El cuarto, bondadoso y todo, no humill¨®. En ¨¦ste tambi¨¦n la t¨¦cnica fue arma decisiva para imponerse. El toro acab¨® por rendirse y sin dejar de mantener su tendencia a llevar la cara a media altura dej¨® que el valenciano se recreara por uno y otro pit¨®n. La faena, un mon¨®logo. S¨®lo hab¨ªa torero. El toro, rendido. El p¨²blico, feliz.

Rejoneo por la ma?ana

Leonardo Hern¨¢ndez, Rui Fernandes, Andy Cartagena y Sergio Gal¨¢n cortaron una oreja cada uno en el festejo de rejoneo matinal. Moura y ?lvaro Montes fueron ovacionados. Se lidiaron toros de Boh¨®rquez, desiguales de juego.