La vida nueva de S¨¢nchez Mazas
La novela de Javier Cercas y la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de David Trueba rescatan del olvido la figura del escritor falangista
Mi padre era un hombre generoso, aunque se le trace de ego¨ªsta, y lo era sobre todo en cuesti¨®n de dinero. Le¨ªa hasta la madrugada y se levantaba hacia el mediod¨ªa. Una ma?ana, mi hermano Rafael le despert¨® para pedirle dinero. Con su timidez habitual le dijo: dame cinco duros, y mi padre le contest¨®: toma 500 pesetas. A un padre no se le despierta por cinco duros". ?ste es uno de los recuerdos que relata de su padre, Rafael S¨¢nchez Mazas, el menor de sus cinco hijos, Chicho S¨¢nchez Ferlosio.
?ste lo define como un hombre callejero, simp¨¢tico, divertido, egoc¨¦ntrico y muy aficionado a los juegos. Mezclaba cierto desprecio por la fama con un punto de esnobismo. Su m¨¢s que probable falta de valor hac¨ªa que tuviera "m¨¢s de asesor del pr¨ªncipe que de h¨¦roe ¨¦pico", escribe Patxo Unzueta en su libro Bilbao (Destino). Era adem¨¢s S¨¢nchez Mazas un notable escritor reconocido por otros escritores del bando contrario, fascinado por la cultura cl¨¢sica, l¨ªder espiritual de la Falange, pol¨ªtico y ministro con Franco. Y pr¨¢cticamente un desconocido hasta ahora para la inmensa mayor¨ªa.
"Como ministro no fue un desastre; ni bueno ni malo, sencillamente no fue"
La novela Soldados de Salamina, de Javier Cercas, y su adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica, de David Trueba, han recuperado a este protagonista de la historia reciente de Espa?a. La biograf¨ªa de S¨¢nchez Mazas conten¨ªa un episodio verdaderamente digno de ser llevado a la ficci¨®n: primero, logr¨® escapar de un fusilamiento y, despu¨¦s, un soldado del pelot¨®n le perdon¨® la vida. Pero su intensa vida personal y pol¨ªtica y su variada obra literaria a?aden mucho m¨¢s. Son un resumen de las contradicciones del siglo pasado espa?ol.
A S¨¢nchez Mazas, que naci¨® y muri¨® en Madrid (1894-1966), siempre se le ha considerado un escritor bilba¨ªno. Lleg¨® a Bilbao muy peque?o, con su madre, Rosario Mazas Orbegozo, una escritora que regresaba a su ciudad natal tras haberse quedado viuda con 26 a?os.
Siendo casi un adolescente empieza a escribir versos. All¨ª vivi¨® varios a?os, donde lleg¨® a ser un intelectual org¨¢nico de la burgues¨ªa vasca m¨¢s conservadora. El recuerdo de esa ciudad le marcar¨¢ para siempre. Y no sin una acusada nostalgia que quedar¨ªa reflejada en su novela La vida nueva de Pedrito de And¨ªa (1951), donde retrata el mundo de la influyente oligarqu¨ªa de Neguri.
Jon Juaristi, impresionado por su lectura y por el universo ling¨¹¨ªstico que crea en esta obra, dir¨ªa: "A ¨¦l le debo la revelaci¨®n del arte verbal, y la del fundamento ¨¦tico de la literatura. La de que, a fin de cuentas, el escritor s¨®lo tiene una patria: la patria del lenguaje".
Andr¨¦s Trapiello habla de la complejidad del personaje de S¨¢nchez Mazas y de una especie de fatalidad po¨¦tica, de estar en un sitio y querer estar en otro. O de su punto vanidoso. Da el paso para ser acad¨¦mico y nunca lee el discurso de ingreso. "Esa complejidad la trasladar¨ªa a su poes¨ªa", observa Trapiello. "Es una poes¨ªa que no est¨¢ de moda, simplemente por esto creo que los editores se muestran remisos a editarla. Pero, lo he dicho muchas veces, encuentro que algunos de sus poemas son los m¨¢s hermosos que se han escrito en el siglo XX en la poes¨ªa espa?ola".
Con Manuel Aznar (abuelo del presidente del Gobierno), el autor inici¨® su carrera period¨ªstica, que luego le llev¨® a Roma, en 1922, como corresponsal de Abc. Hab¨ªa publicado ya un bello libro, Peque?as memorias de Tar¨ªn (1915). La cultura italiana le fascina, all¨ª se casa con Liliana Ferlosio y ser¨¢ testigo privilegiado del triunfo del fascismo.
"Cuando vuelve de Italia tiene la biograf¨ªa m¨¢s amplia de todo el grupo fundacional de la Falange", relata Gregorio Mor¨¢n en su libro Los espa?oles que dejaron de serlo (Planeta). Con el carn¨¦ n¨²mero 4 de la Falange, "ser¨¢ Rafael el inspirador de casi toda la simbolog¨ªa falangista, con sus po¨¦ticas y relamidas im¨¢genes que hac¨ªan las veces de ideario pol¨ªtico. Porque como poeta estaba m¨¢s lleno de voluntad que de ¨¦xito".
Como mentor intelectual del movimiento falangista, pre¨¢mbulo de la guerra civil, Javier Cercas sostiene en Soldados de Salamina que S¨¢nchez Mazas "durante los a?os veinte y treinta hab¨ªa trabajado como casi nadie para que su pa¨ªs se sumergiera en una salvaje org¨ªa de sangre". Otras voces, como la de Eduardo Haro Tecglen, que le trat¨® con frecuencia, rechazan esta idea. En todo caso, el escritor acabar¨ªa distanci¨¢ndose de la Falange "horrorizado por los fusilamientos", explica el hijo menor.
Pero Franco le nombr¨® ministro sin cartera (1939-1940). Al tirano "enseguida le vio su verdadero rostro", dice su hijo. Entre ellos manten¨ªan una fr¨ªa distancia. Franco, que quiso canjear al escritor durante la Guerra Civil, cosa que S¨¢nchez Mazas conoc¨ªa, iniciaba sus conversaciones con ¨¦l por el lado cultural. El escritor "le cortaba tajante", dice su hijo, y consigui¨® de Franco la conmutaci¨®n de algunas penas de muerte, como la de otro poeta y amigo, Miguel Hern¨¢ndez. Despu¨¦s, una mezcla de desprecio y de indolencia hizo que pronto dejara de acudir a los consejos. "Como ministro no fue un desastre; ni bueno ni malo, sencillamente no fue", resume Mor¨¢n.
?C¨®mo se explica que un intelectual brillante, conservador de talante liberal engrosara, como tantos otros, y abrazara idearios falangistas o fascistas? Cercas subraya que no es ins¨®lito, ni ¨²nico en Espa?a. "Son gente aterrorizada por la revoluci¨®n rusa proletaria del 17, que les parece que iba a acabar con la sociedad occidental. Tambi¨¦n sienten nostalgia del antiguo r¨¦gimen, de la sociedad jerarquizada, de la religi¨®n. Y el fascismo es una ideolog¨ªa de choque. No hay que olvidar que ten¨ªa un componente nacionalista (la patria) y socialista, de preocupaci¨®n por los problemas sociales".
El autor de otra gran novela, Rosa Kruger (in¨¦dita hasta 1984) y de Sonetos de un verano antiguo y otros poemas se retir¨® a Coria (C¨¢ceres). Laureano Garc¨ªa Camis¨®n (m¨¦dico de Alfonso XII), a quien su familia hab¨ªa adoptado, dej¨® unas tierras y un viejo palacio que permitieron a S¨¢nchez Mazas vivir de las rentas y acabar su vida como la hab¨ªa empezado, escribiendo y devorando libros.
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