La ambigua posici¨®n de Turqu¨ªa irrita a EE UU y a Europa
B¨¦lgica amenaza con obstaculizar su adhesi¨®n a la UE si las tropas turcas entran en Irak
La confusa pol¨ªtica de Turqu¨ªa, fruto de una lucha de poder a cuatro bandas -el Gobierno, el Parlamento, el Ej¨¦rcito y la opini¨®n p¨²blica-, irrita a tirios y troyanos, a partidarios de la guerra contra Irak, como EE UU, y a opositores, como B¨¦lgica y Alemania. El ministro de Exteriores belga, Louis Michel, se sum¨® ayer a Alemania y advirti¨® a Turqu¨ªa contra una entrada de sus soldados en Irak. Si lo hacen, avis¨®, su entrada en la UE ser¨ªa "impensable".
Lo parad¨®jico es que EE UU tambi¨¦n est¨¢ que trina por el poco apoyo que recibe de Turqu¨ªa en su guerra contra Irak. Faruk Logoglu, embajador turco en Washington, reconoci¨® ayer que las relaciones entre EE UU y Turqu¨ªa atraviesan "un periodo dif¨ªcil". Los analistas independientes de ambos pa¨ªses emplearon f¨®rmulas m¨¢s pr¨®ximas a la inminencia de un divorcio. "Jam¨¢s he visto una situaci¨®n tan mala entre los dos pa¨ªses", declar¨® Henny Barkey, ex funcionario del departamento de Estado y especialista en asuntos turcos de la Universidad de Lehig. La prensa de Estambul y Ankara habl¨® de "da?os irreparables".
Tanto EE UU como Turqu¨ªa han cometido errores de bulto. El primero daba por supuesta la incondicional colaboraci¨®n contra Irak de su mejor aliado musulm¨¢n en Oriente Pr¨®ximo, y se indign¨® al encontrarse con reparos. La arrogancia y el mercantilismo -la ya retirada oferta de una ayuda econ¨®mica de 30.000 millones de d¨®lares- con la que EE UU trat¨® a los turcos hiri¨® muchos sentimientos. Y fue una de las causas del rechazo del Parlamento, el 1 de marzo, al despliegue en territorio turco de 62.000 soldados norteamericanos para abrir un segundo frente contra Irak por el norte.
Pero Turqu¨ªa ha ido de contradicci¨®n en contradicci¨®n. El Gobierno islamista del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) regate¨® con Washington ese despliegue y termin¨® acept¨¢ndolo, para encontrarse con que un cuarto de su grupo parlamentario lo rechazaba el 1 de marzo. Despu¨¦s, con retraso, el Parlamento aprob¨® la autorizaci¨®n para que aviones de EE UU sobrevolaran territorio turco, pero con la condici¨®n de que tropas turcas entren en Irak.
Washington cre¨ªa tener dos cartas ganadoras en Ankara: los generales, que constituyen el poder en la sombra y son tradicionalmente pronorteamericanos, y Recep Tayyp Erdogan, el l¨ªder del AKP, al que Bush recibi¨® en Washington al poco de la victoria electoral de su partido, y al que deseaba poner como ejemplo de islamista moderado y dem¨®crata. Ninguna ha funcionado.
A los generales les obsesiona impedir que los kurdos iraqu¨ªes proclamen su independencia tras la ca¨ªda de Sadam y sirvan de ejemplo para los aplastados kurdos de Turqu¨ªa. Bush, Powell y Donald Rumsfeld han expresado su rotunda oposici¨®n a la intervenci¨®n turca. Podr¨ªa complicarles la guerra en el norte de Irak.
B¨¦lgica y Alemania amenazan ahora con nuevos problemas para la candidatura turca a la UE. Adem¨¢s de su biso?ez en pol¨ªtica exterior, Erdogan tiene dos graves problemas internos. Uno es que el 90% de los turcos se opone a la guerra contra Irak y eso dificulta los apoyos a EE UU. El otro son los generales, que se consideran depositarios del legado laico de Ataturk y desconf¨ªan del AKP.
Los generales le est¨¢n poniendo zancadillas a Erdogan, empezando por su voluntad intervencionista en el norte de Irak. La prensa en Turqu¨ªa empieza a sugerir que poodr¨ªa estar prepar¨¢ndose un golpe de Estado.
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