Miles de voluntarios salen de Jordania para defender Irak
Una decena de autobuses parte cada d¨ªa desde Amm¨¢n hacia Bagdad
Cada d¨ªa una decena de autobuses sale de la plaza de Hachemita, en el coraz¨®n de Amm¨¢n, en direcci¨®n a Irak, con un pasaje de j¨®venes voluntarios dispuestos a enrolarse en las tropas de Sadam Husein y enfrentarse a los soldados norteamericanos. Desde que el pasado 16 de marzo se iniciara este ¨¦xodo se calcula que m¨¢s de 6.000 personas han atravesado el puesto fronterizo de Al Kareme, que separa Jordania de Irak.
"Vamos a empujar a los soldados extranjeros para que vuelvan sobre sus pasos y regresen a Kuwait, as¨ª Irak ser¨¢ de nuevo nuestro", asegura Osama, un joven iraqu¨ª de apenas 20 a?os mientras sube al autob¨²s, en el que en poco menos de cinco horas y por el m¨®dico precio de siete dinares jordanos (unos 10 d¨®lares) lo dejar¨¢ en el puesto fronterizo de Karame, ya en territorio de Irak.
Osama, anorak negro, pantal¨®n tejano y una enorme mochila llena de alimentos, asegura haber tomado en solitario la decisi¨®n de volver a Bagdad despu¨¦s de haber seguido por la televisi¨®n las im¨¢genes escalofriantes de los bombardeos. En la capital le esperan su madre y sus hermanos, pero sobre todo los compa?eros, que pocos meses atr¨¢s le ayudaron a partir hacia Jordania para ganarse la vida y buscar un empleo. Hasta hace pocos d¨ªas era trabajador clandestino en la construcci¨®n.
"Nuestros hermanos se resisten y luchan valientemente contra el invasor. Han pasado ya nueve d¨ªas y la guerra no ha hecho m¨¢s que empezar. La situaci¨®n se est¨¢ complicando para los norteamericanos", explica, en un ¨²ltimo adi¨®s, mientras aprieta con fuerza la mano de un compa?ero jordano, que le ha acompa?ado hasta la estaci¨®n de autobuses.
Si no hay sobresaltos Osama llegar¨¢ a Bagdad en dos o tres d¨ªas. Todo depende de lo que tarde en encontrar un autob¨²s iraqu¨ª en el otro lado de la frontera. El camino desde all¨ª hasta la capital iraqu¨ª no es largo, apenas 700 kil¨®metros, pero est¨¢ plagado de peligros. La carretera en algunos puntos est¨¢ destrozada y tiene agujeros en el suelo. Son los bombardeos. El punto m¨¢s cr¨ªtico del viaje ser¨¢ el paso de un control de los soldados norteamericanos, a la altura de los aer¨®dromos H2 y H3. El resto es cuesti¨®n de suerte.
Osama no es un caso aislado. Decenas de personas acuden a diario a la Embajada de Irak en Amm¨¢n para poner en orden sus papeles y poder viajar a Bagdad. En la mayor¨ªa de los casos son iraqu¨ªes, que salieron irregularmente de su pa¨ªs tiempo atr¨¢s y que configuran este censo de m¨¢s de 300.000 ilegales. Pero hay tambi¨¦n profesionales c¨®modamente instalados que tratan de volver a Irak para vivir con los suyos estos momentos de angustia.
"Trabajo como m¨¦dico internista en un hospital de Amm¨¢n. Pero quiero ir a Bagdad para ayudar a los heridos", asegura Haida, una shi¨ª de la regi¨®n de Basora, mientras prepara ante una ventanilla, en el interior del consulado, los tr¨¢mites con los que espera regularizar su situaci¨®n o que le dar¨¢ derecho a tener un nuevo pasaporte en regla.
Haida formar¨¢, sin duda, parte de este selecto grupo de viajeros, que tendr¨¢n por 120 d¨®lares acceso a un taxi colectivo. Le esperan 12 horas de trayecto, pr¨¢cticamente sin parar, por una carretera que anta?o la hizo decenas de veces. Es consciente de que quiz¨¢ este viaje no tendr¨¢ retorno. Sin volver el rostro, ha buscado un sitio libre en los asientos de detr¨¢s de un enorme todoterreno de color blanco, matr¨ªcula azul, que lleva pintada en la portezuela el mapa y la bandera de Irak.
Con la misma facilidad que Haida arregla sus papeles, dos j¨®venes franceses, avalados por una carta de una organizaci¨®n no gubernamental parisina que los presenta como futuros escudos humanos, acaban de obtener un visado de entrada a Irak en poco menos de media hora sin pagar ni un solo dinar.
Tambi¨¦n desde Siria decenas de viajeros, entre los que se encuentran numerosos voluntarios, viajan desde Damasco hacia Bagdad. Aseguran que los controles fronterizos son mucho menos estrictos. La actitud permisiva de los funcionarios permite a diario a numerosos palestinos de los campos de refugiados de L¨ªbano viajar hacia Irak para sumarse a las fuerzas de Sadam Husein.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.