Agassi se muestra intratable
El estadounidense, de 32 a?os, no da opciones a Moy¨¤, al que super¨® en dos mangas
Siempre en la sombra, Steffi Graf esboz¨® una sentida sonrisa y levant¨® un brazo en se?al de triunfo cuando su marido, Andre Agassi, se proclam¨® ayer campe¨®n del torneo de Cayo Vizca¨ªno. Con el otro, sosten¨ªa al hijo de ambos, Jaden Gil, de un a?o y medio. Fue el sexto t¨ªtulo del estadounidense, en un torneo que le coron¨® ya en 1990 como el ganador m¨¢s joven y que ayer le ratific¨® como el campe¨®n m¨¢s veterano, con 32 a?os. "Al menos en eso superas a Steffi", le comentaron con cierta iron¨ªa en la misma pista al de Las Vegas, recordando que la alemana cerr¨® su carrera con s¨®lo cinco victorias en Miami.Los dos puntales fundamentales que sostienen la vida de Agassi no le fallaron tampoco esta vez. Tal vez pasaron desapercibidos para el gran p¨²blico -no para las c¨¢maras de televisi¨®n-, porque Graf busca siempre el anonimato en cualquier pista en la que juegue su marido. Sin embargo, en el mismo momento en que Agassi concluy¨® su victoria sobre el espa?ol Carlos Moy¨¤ por 6-3, 6-3 tras 62 minutos de juego, busc¨® con la mirada la complicidad de su familia, que suele acompa?arle a todas partes del mundo.
Probablemente, sin este aliciente insustituible Agassi no ser¨ªa ahora el inconmensurable jugador que sigue siendo. Pocos tenistas encuentran a los 32 a?os la motivaci¨®n suficiente para seguir manteni¨¦ndose en la ¨¦lite del tenis y aspirar incluso al liderato mundial, que ahora mantiene intocable el australiano Lleyton Hewitt. Pero Agassi ha encontrado en Steffi y en Jaden Gil un motivo muy especial para seguir luchando. Y en eso est¨¢. No quiere ni o¨ªr hablar de retirada y, con el apoyo de su amigo y preparador f¨ªsico Gil Reyes, mantiene un nivel de condici¨®n f¨ªsica extraordinario, mucho mejor que el de la mayor¨ªa de rivales del circuito. El a?o pasado, decidi¨® cambiar de entrenador, dio el cese a Brad Gilbert -con quien hab¨ªa trabajado en sus mejores a?os- y opt¨® por incorporar a su equipo al ex t¨¦cnico de Hewitt, el australiano Darren Cahill. "Cre¨ª que pod¨ªa aportarme mucho", razon¨® Agassi, "porque como entrenador de mi mayor rival deb¨ªa conocer profundamente mi juego".
Y era verdad. La prueba se produjo en el Grand Slam, donde Agassi alcanz¨® la final del Open de Estados Unidos, el pasado mes de septiembre, y gan¨® el Open de Australia hace s¨®lo tres meses. El nivel de juego que est¨¢ desplegando este a?o no tiene nada que envidiar al de aquella brillante etapa en la que, siendo todav¨ªa un jugador rompedor con su melena rubia y sus equipajes de llamativos colores, comenz¨® a forjar su leyenda con los t¨ªtulos de Wimbledon -le obligaron a ir de blanco- el Open de EE UU y su primer Open de Australia. En lo que lleva de temporada, Agassi ha ganado 18 partidos y ha sufrido una sola derrota (en primera ronda de Scotssdale).
A los t¨ªtulos del Open de Australia y de San Jos¨¦ agreg¨® ayer el de Cayo Vizca¨ªno, considerado el quinto Grand Slam por su formato de dos semanas con cuadros masculino y femenino y por la calidad de su organizaci¨®n. Y lo hizo de una forma brillante, convirtiendo en in¨²tiles todos los esfuerzos de Carlos Moy¨¤ para abrirse camino. El mallorqu¨ªn, en un momento plet¨®rico de forma, agot¨® su paciencia y sus ideas frente a Agassi. Le atac¨® desde el fondo con su poderoso drive, trat¨® de presionarle en la red, busc¨® angulaciones inveros¨ªmiles y s¨®lo su saque le abandon¨® en ocasiones.
Pero todo eso no fue suficiente. A lo ¨²nico que le llev¨® fue a mantenerse en el partido en los primeros juegos, y a disponer de dos bolas para romper el servicio en la segunda manga que pod¨ªan llevar al mallorqu¨ªn a empatar a cuatro juegos. Sin embargo, Agassi salv¨® aquella situaci¨®n y concluy¨® el partido ganando en blanco el saque de Moy¨¤. "Esta vez apenas me dio opciones", se?al¨® el mallorqu¨ªn, satisfecho por haber llegado a la final. "Pero era mi primera final aqu¨ª. Espero repetir el pr¨®ximo a?o y ganar".
Moy¨¤, de 26 a?os y quinto mundial, asume ahora, con su nueva camiseta sin mangas, su media melena morena y su tatuaje en el brazo derecho, el rol de jugador transgresor que caracteriz¨® a Agassi en sus primeros a?os en el circuito. El estadounidense se ha vuelto m¨¢s conservador. Se averg¨¹enza incluso de la imagen que vendi¨® en sus primeros a?os. Pero, hay aspectos en los que no ha cambiado: la ambici¨®n que siempre le ha caracterizado, la agresividad en el juego y su incuestionable calidad. Ha madurado. Tiene su vida encarrilada, ha formado su familia y se siente feliz. Y as¨ª resulta intratable.
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