Setos de ariz¨®nicas
Igual que 2001 fue un a?o malo para Miki, el protagonista de la ¨²ltima y muy fallida novela de Jos¨¦ Ovejero (hasta ahora un muy estimable narrador), Un mal a?o para Miki es un libro para olvidar. Nada ha salido bien, como nada le sali¨® bien a Miki en 2001: se mat¨® su hijo en un accidente (est¨²pido) de coche, asesinaron (gratuita, brutal e innecesariamente) a su mujer, y todo se le desmoron¨®: las relaciones personales al pasar a ser viudo y las profesionales. Miki no levant¨® cabeza, ese a?o, y arrastr¨® por el sumidero de las equivocaciones a Jos¨¦ Ovejero, al que tampoco nada le ha salido bien con este libro: el t¨ªtulo no es muy acertado, la portada es un horror y los textos de contracubierta flaco servicio le han hecho. Se dice all¨ª que esta novela est¨¢ escrita "con una prosa directa y sin adornos superfluos": se nota, se nota, podr¨ªa decirse recordando aquella an¨¦cdota (creo que del padre de Jos¨¦ Luis de Vilallonga) de Alfonso XIII alardeando de no gastar m¨¢s de cinco minutos en la elecci¨®n de su atuendo: se nota.
UN MAL A?O PARA MIKI
Jos¨¦ Ovejero
Ediciones B. Barcelona, 2003
229 p¨¢ginas. 15,95 euros
Se dice tambi¨¦n en la nota "apresalectores" que se emparenta este libro "no s¨®lo con lo mejor de la literatura actual, sino tambi¨¦n con el lenguaje cinematogr¨¢fico de realizadores como los hermanos Coen". Pues no, ni una cosa ni otra, y punto. Miki, un experto en finanzas, un triunfador en la radio con sus recetas de econom¨ªa a lo claro, un loco de la red, un pionero de todos los avances tecnol¨®gicos, de primera, segunda, tercera generaci¨®n, un emboscado tras los setos de ariz¨®nicas de su chal¨¦ de urbanizaci¨®n rica tiene los pies de barro. La muerte del hijo, en un accidente de nuestra ¨¦poca, supondr¨¢ un corte brutal en su vida y en la de su mujer, anclados ambos en la rutina de la vida en com¨²n. Hasta aqu¨ª todo previsible, pero con material suficiente como para montar una novela: c¨®mo la ausencia del hijo desenmascara la mentira en la que vive una pareja. Hasta aqu¨ª, bien, pero Ovejero decide asesinar gratuitamente a la mujer de Miki y entonces ya todo se desparrama y desbarra y desvar¨ªa. Y ya nada tiene sentido, no la vida de Miki, sino todo el relato. En ese fallido y superficial descenso a los infiernos, todo resulta grotesco e innecesario: los suegros, el amigo de la emisora que le tienta con la televisi¨®n, el detective, etc¨¦tera, y luego est¨¢n las mujeres. En fin, por una vez la ficci¨®n irrumpe en la realidad, y Miki ha contagiado su mal momento al autor. No tengo la menor duda de que Ovejero sabr¨¢ salir de este error, y olvidaremos todos a Miki.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.