"Nuestro minifundio cer¨¢mico est¨¢ en peligro"
Pregunta. En los ¨²ltimos a?os ha soltado lastre en la empresa en beneficio de sus hijos.
Respuesta. El problema de la sucesi¨®n en las empresas familiares me ha preocupado much¨ªsimo. Para el fundador, la continuidad de la empresa en sus descendientes representa la culminaci¨®n de su obra. Es evidente que lo m¨¢s dif¨ªcil en un empresario es tomar decisiones y los hijos tienen que habituarse a tomarlas por s¨ª mismos y para ello el padre tiene que apartarse.
P. ?Y usted ahora qu¨¦ hace? ?Leer a S¨®focles?
R. Pues s¨ª, entre otras cosas, leer a S¨®focles, que es uno de mis autores preferidos. Debemos a la Grecia cl¨¢sica mucho de lo que hoy es la cultura occidental: democracia, filosof¨ªa, arte, literatura,... Por otra parte, y como curiosidad, le contar¨¦ que los americanos, que todo lo estudian, en el libro El Adi¨®s del H¨¦roe han tipificado los modelos de fundadores que dejan el negocio. Por ejemplo, "El General", que se retira pero que deja el terreno minado para que le tengan que llamar a cada momento. Tambi¨¦n existe "El Monarca", "El Gobernador". Yo intento adoptar el modelo de "El Embajador". Es decir, el padre que queda a disposici¨®n de la empresa para aquellas gestiones que por edad, relaciones o experiencia los propios hijos le pidan que realice personalmente.
"La guerra nos afecta muy mal, y las ventas de cer¨¢mica a otros pa¨ªses est¨¢n bajando"
"La primera exigencia de la globalizaci¨®n es mayor tama?o en las empresas"
P. ?El formato de la empresa familiar encaja en los tiempos que corren?
R. Las empresas familiares son absolutamente mayoritarias en n¨²mero tambi¨¦n en Estados Unidos o Jap¨®n. Por otra parte, es cierto que la globalizaci¨®n, lo primero que exige es tama?o en las empresas. La dimensi¨®n se adquiere por crecimiento vegetativo o tambi¨¦n adquiriendo otras empresas o fusion¨¢ndote. Esta segunda v¨ªa, es un proceso que no se ha desarrollado apenas en el sector cer¨¢mico espa?ol. En cualquier caso, siempre habr¨¢ empresas familiares en el mundo.
P. No hay muchos empresarios de su edad que hayan pasado por la Universidad como usted.
R. Es cierto, y es l¨®gico. En el a?o 50, cuando yo entr¨¦ en la Universidad, en Espa?a todav¨ªa ten¨ªamos cartillas de racionamiento. No soy de familia rica. Mi padre entendi¨® que el mejor patrimonio que pod¨ªa entregar a los hijos ser¨ªa el darles una formaci¨®n lo m¨¢s amplia posible y con enormes sacrificios consigui¨® que todos los hermanos pas¨¢ramos por la Universidad. Mi generaci¨®n vivi¨® tiempos de gran penuria econ¨®mica y de escasez de centros de estudio.
P. No debi¨® ser f¨¢cil para un universitario convertirse en empresario.
R. Estudi¨¦ qu¨ªmica, y eso condiciona un poco. Entr¨¦ a trabajar en la firma Segarra, pero no me encontraba a gusto con el trabajo y, despu¨¦s de casarme, decid¨ª iniciar un negocio de productos qu¨ªmicos para la agricultura. Puedo decir que quiz¨¢s la ¨¦poca en que estuve en esa actividad, de 1959 a 1974, fueron los a?os m¨¢s felices de mi vida.
P. ?Qu¨¦ motiv¨® el salto hacia el sector cer¨¢mico?
R. Cuando surgi¨® la primera crisis del petr¨®leo, pensamos que los precios de los productos que fabric¨¢bamos se iban a disparar de una forma espectacular -como as¨ª fue- y que ello podr¨ªa poner en peligro la estabilidad econ¨®mica de nuestra empresa, porque entonces facilit¨¢bamos los productos al agricultor a lo largo de toda la campa?a y cuando cobraba su cosecha nos pagaba a nosotros. As¨ª que decidimos vender la empresa. En ese momento yo ten¨ªa 42 a?os. Aceptamos un pacto de no concurrencia con los compradores y por ello decidimos entrar en el sector cer¨¢mico, de gran tradici¨®n en nuestra zona, y en el que por entonces se present¨ªa la introducci¨®n de importantes cambios tecnol¨®gicos.
P. Usted suele referirse al cluster cer¨¢mico de Castell¨®n como un minifundio.
R. Es un minifundio. Tenemos alrededor 250 empresas. El tama?o no es el adecuado. Creo que esta crisis que empez¨® el a?o pasado dar¨¢ lugar a procesos de concentraci¨®n de empresas para adquirir mayor tama?o, reducir costos y, en conclusi¨®n, ser m¨¢s eficientes.
P. ?Este minifundio peligra?
R. Exactamente. La producci¨®n cer¨¢mica en el mundo est¨¢ creciendo m¨¢s r¨¢pidamente que el consumo y ello especialmente en los pa¨ªses emergentes. Piense que China, en unos pocos a?os, ha pasado a producir el doble de metros cuadrados que Espa?a e Italia sumadas. Ser¨ªa ideal para Espa?a que las empresas tradicionales alcanzaran un tama?o suficiente que les permitiera adaptarse mejor y aprovechar las ventajas que la globalizaci¨®n pueda representar. Siempre habr¨¢ pa¨ªses que hagan un azulejo o un par de zapatos en mejores condiciones que nosotros. Tengamos universidades de las que salgan j¨®venes muy preparados. La producci¨®n se tendr¨ªa que hacer donde haya m¨¢s ventajas competitivas en materias primas, energ¨ªa o precio de la energ¨ªa y costos laborales. Pero el coraz¨®n del negocio, el dise?o, la I+D+i, las finanzas, el marketing, es decir el coraz¨®n del negocio, el poder de decisi¨®n, deber¨ªa quedar aqu¨ª en Espa?a.
P. Usted siempre se ha significado por defender una Universidad que fuera ¨²til a la sociedad.
R. Creo que es imprescindible que la Universidad cultive valores culturales y humanos como la historia, la filosof¨ªa, el arte... Pero la Universidad tiene que estar con el o¨ªdo muy pegado a la realidad social de su entorno. A veces me pregunto si se tiene conciencia de la responsabilidad social de la Universidad. En nuestra Comunidad las universidades se llevan un porcentaje de los presupuestos de los m¨¢s elevados de Espa?a y entiendo que, en general, est¨¢n bastante bien dotados de medios de todo tipo. Si todo ese capital humano y t¨¦cnico se pusiera al servicio de la sociedad, los resultados ser¨ªan espl¨¦ndidos. Porque, como ning¨²n otro organismo y por la proximidad al ¨¢mbito econ¨®mico en que lleva a cabo sus actividades podr¨ªa aportar muchos elementos positivos al desarrollo de su entorno.
P. ?Esto tiene que surgir de dentro de la Universidad o lo deben de dirigir los ministerios?
R. Las administraciones deber¨¢n poner medios y destinar recursos para este fin, pero, en la implementaci¨®n de los mecanismos que realicen la tarea, la Universidad en conjunci¨®n con la sociedad deber¨¢n ser los actores.
Al hilo de esta idea, quisiera hacer una breve reflexi¨®n sobre nuestra realidad provincial. Nuestra provincia de Castell¨®n tiene basada su prosperidad, fundamentalmente en tres pilares: la industria cer¨¢mica, el turismo y la citricultura. Solemos comparar Castell¨®n con la provincia de M¨®dena, en donde radica el cluster cer¨¢mico italiano. La poblaci¨®n de M¨®dena es de 600.000 habitantes contra los 450.000 de Castell¨®n; aproximadamente el 1,2% de la poblaci¨®n total del pa¨ªs en ambos casos. M¨®dena tiene una renta per c¨¢pita equivalente a 130 -tomando como 100 la media europea- y Castell¨®n tiene 84 frente a la media espa?ola de 78,5.
Esta gran ventaja a favor de M¨®dena se debe a la diversificaci¨®n de su econom¨ªa que, adem¨¢s del sector cer¨¢mico cuenta con industria automovil¨ªstica, industria textil, biotecnolog¨ªa -con un cluster de m¨¢s de 60 empresas- y una agricultura muy variada y rica que da lugar a una importante industria de productos alimenticios. Creo que las universidades de la zona han tenido mucho que ver en esa realidad.
P. ?C¨®mo nos afecta la guerra a los valencianos desde el punto de vista de los negocios?
R. Muy mal. Y por distintos motivos. La nuestra es una comunidad con una clara vocaci¨®n exportadora. Estamos en el 14% del volumen total de la exportaci¨®n espa?ola. Nuestro sector cer¨¢mico exporta el 54% de su producci¨®n. El pr¨®ximo Oriente recibe el 18% de nuestras exportaciones, pero es que otros important¨ªsimos pa¨ªses para la exportaci¨®n espa?ola est¨¢n francamente mal. Estados Unidos ha tenido un ciclo muy largo de prosperidad y ha sido la locomotora de la econom¨ªa mundial, pero los ciclos se agotan. Tradicionalmente, tras el ciclo norteamericano era Europa, encabezada por Alemania, la que tiraba de la econom¨ªa. Y si la econom¨ªa alemana va bien, Europa va bien. Pero esto ya hace tiempo que no es as¨ª. El a?o pasado quebraron 40.000 empresas alemanas y se estima que este a?o las quiebras aumentar¨¢n en un 10%. Tal vez lo m¨¢s significativo es que el canciller Schr?der s¨®lo obtendr¨ªa el 29% de los votos seg¨²n el Instituto Sociol¨®gico alem¨¢n Emnid. Es una indicador del descontento que hay en Alemania por su situaci¨®n econ¨®mica.
P. Con este panorama que usted dibuja y tres cuartas partes del mundo sin recursos para vivir. ?Qu¨¦ le sugiere el horizonte?
R. Un conflicto largo en Irak ser¨ªa muy malo para la econom¨ªa. Los analistas econ¨®micos opinan que si el conflicto fuera corto, la econom¨ªa de Estados Unidos se recuperar¨ªa r¨¢pidamente y con vigor, con lo que de nuevo le permitir¨ªa asumir el papel de locomotora de la econom¨ªa mundial.
P. Entonces, ?se est¨¢ reduciendo la exportaci¨®n?
R. Pues s¨ª. Adem¨¢s de las causas citadas, tambi¨¦n otros destinos importantes de la exportaci¨®n cer¨¢mica est¨¢n registrando un comportamiento deficiente: es el caso de Reino Unido, Irlanda, Portugal, Polonia o Rusia, entre otros.
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