EE UU estrecha el cerco a Sadam
La incursi¨®n de una veintena de carros de combate y diez veh¨ªculos blindados dur¨® tres horas
Las tropas estadounidenses entraron ayer en Bagdad. Una veintena de carros de combate y 10 veh¨ªculos blindados trazaron, en una incursi¨®n de tres horas, un arco desde el sur hacia el suroeste de la capital. Cuando llegaban a las afueras, seg¨²n las im¨¢genes de la cadena de televisi¨®n Fox, la gente les saludaba, pero a medida que entraban en la ciudad, los carros de combate fueron atacados con granadas y armas ligeras.
El mando militar en Doha afirm¨® que las tropas se mueven "a voluntad". El general Renuart se?al¨® que se quer¨ªa enviar un mensaje al r¨¦gimen iraqu¨ª: "Las tropas de la coalici¨®n est¨¢n ya en Bagdad y podemos demostr¨¢rselo al Gobierno de Irak".
La operaci¨®n de las tropas norteamericanas sobre Bagdad comenz¨® al alba, y entrada la ma?ana una veintena de carros de combate y otros veh¨ªculos acorazados empezaban a rodar por el centro de la capital iraqu¨ª tomando a los defensores de la ciudad por sorpresa. Fueron tres horas de incursi¨®n sobre la capital. Como informaba desde Doha (Qatar) el Comando Central del Ej¨¦rcito de EE UU, las fuerzas norteamericanas iniciaron su penetraci¨®n en Bagdad marchando por la Autopista 1, para atravesar una estrecha curva sobre el r¨ªo Tigris antes de girar y tomar la carretera que conduce al aeropuerto internacional de Bagdad.
Con una sonrisa, el general estadounidense Victor Renuart reiter¨®: "Las tropas se mueven por los lugares seleccionados y en el momento en que fueron seleccionados". El capit¨¢n Frank Thorp reforzaba ante la prensa la declaraci¨®n del general Renuart: "No se trata de una patrulla, son tropas del 5? Regimiento que avanzan sobre Bagdad".
Un vecino del barrio de Yarmuk, junto a la autopista del aeropuerto, comentaba as¨ª la incursi¨®n a la agencia France Presse: "Era un infierno. Hemos estado en medio de un campo de batalla". Un prisionero de la Divisi¨®n Medina de la Guardia Republicana asegur¨® que los soldados iraqu¨ªes que defend¨ªan la capital sufrieron un terrible bombardeo. "Cuando las bombas alcanzaban a los tanques, muchos se metieron en coches", dijo el soldado. "Pero entonces las bombas ca¨ªan sobre los coches. Fue terrible".
Oficiales norteamericanos informaron de que la coalici¨®n perdi¨® un carro de combate durante la incursi¨®n. Seg¨²n un reportero del diario The New York Times que viajaba con las tropas de Estados Unidos, el avance hacia la capital comenz¨® como una misi¨®n de reconocimiento encabezada por una columna de unos treinta veh¨ªculos de la 2? Brigada de la 3? Divisi¨®n de Infanter¨ªa. Un tirador de elite reconoci¨® que era muy dif¨ªcil diferenciar al disparar entre civiles y militares.
Primero se aproximaron al centro de la ciudad. Desde all¨ª, los carros de combate y los veh¨ªculos acorazados giraron al oeste. Se encaminaron hacia el ya tomado aeropuerto de Bagdad para encontrarse con la 1? Brigada de la 3? Divisi¨®n de Infanter¨ªa. Desde el aeropuerto, la columna de carros blindados volvi¨® a girar al sur. Completaron as¨ª un circuito de tres horas que les llev¨® a sus posiciones iniciales al sur de la ciudad. Los soldados norteamericanos pudieron observar signos de una huida apresurada por parte de las fuerzas iraqu¨ªes: Uniformes tirados en trincheras, carros de comabte y piezas de artiller¨ªa abandonados. Las carreteras que conduc¨ªan a Bagdad estaban cubiertas por el humo negro de las bombas ca¨ªdas durante los 17 d¨ªas de contienda.
Mientras tanto, el ministro de Informaci¨®n iraqu¨ª, Mohamad Said al Sahaf, aseguraba que segu¨ªan manteniendo el control del aeropuerto, pero lo desment¨ªa un oficial de EE UU desde esa instalaci¨®n. Al Sahaf ley¨® tambi¨¦n un mensaje del presidente Sadam Husein instando a la poblaci¨®n a luchar y a resistir en las ciudades que "el enemigo ha dejado atr¨¢s para concentrar sus fuerzas sobre Bagdad".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.