"?Gracias por venir! ?Tendremos ahora d¨®lares?"
Centenares de j¨®venes desertores del Ej¨¦rcito celebran la entrada de los 'marines' de EE UU en un pueblo del sur de Irak
Centenares de iraqu¨ªes recibieron ayer la entrada de los marines norteamericanos en la ciudad de Aziziyah, a unos 80 kil¨®metros al sureste de Bagdad, ofreci¨¦ndoles refrescos y cigarrillos y haciendo el gesto de cortar el cuello a los retratos de Sadam Husein colgados por las calles.
Los marines entraron en la ciudad con la intenci¨®n de acabar con las bolsas de resistencia que la vanguardia de las fuerzas norteamericanas hab¨ªan dejado atr¨¢s en su avance hacia Bagdad. Sin embargo, se encontraron con centenares de hombres j¨®venes, aparentemente desertores del Ej¨¦rcito, que celebraban su llegada. Seg¨²n los residentes, los miembros del partido Baaz hab¨ªan abandonado la ciudad. La muchedumbre preguntaba a los soldados en un rudimentario ingl¨¦s si ven¨ªan a liberar Irak o a apoderarse del petr¨®leo, como ha repetido la propaganda del r¨¦gimen. La multitud celebr¨® con un "?hurra!" la respuesta de un marine que les dijo que ven¨ªan a liberarlos. "?Gracias por venir!; ahora no tengo que servir en el Ej¨¦rcito", dijo Taha Ahmed, de 35 a?os. "Nosotros hemos desertado, no queremos luchar m¨¢s, estamos cansados de guerra", a?adi¨®.
Los marines, que aceptaron los refrescos y declinaron aceptar los cigarrillos, estaban un tanto perplejos por el recibimiento. Uno de ellos, vestido con su uniforme de protecci¨®n contra armas qu¨ªmicas bajo un sol inclemente, coment¨®: "Esto es bastante mejor que tener que dispararles".
Todas las fuerzas militares y miembros del Baaz hab¨ªan abandonado Aziziyah dos d¨ªas antes. Sus oficinas fueron saqueadas y quemadas inmediatamente por los residentes locales, seg¨²n Sirown, de 21 a?os, que estaba a¨²n demasiado asustado para decir su apellido. Sirown hab¨ªa llegado a este pueblo huyendo de las bombas desde Bagdad. Su amigo Al¨ª, de 27 a?os, afirm¨®: "La gente ahora est¨¢ feliz. Antes no se pod¨ªa hablar porque los del partido Baaz te mataban". Y, acto seguido, pregunt¨®: "?Ahora tendremos nuevo dinero o tendremos d¨®lares?".
La gente no par¨® de hacer preguntas a los soldados sobre cu¨¢nto tiempo pensaban quedarse en Irak, sobre si iban a tener democracia o agua limpia pronto e incluso si Sadam Husein segu¨ªa al mando en Bagdad.
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