Daredevil: un superh¨¦roe invidente
MATT MURDOCK, UN JOVEN SO?ADOR, hijo de un boxeador en horas bajas, aspira a un futuro mejor. Cuando su padre resulta asesinado por no dejarse vencer voluntariamente en una contienda ama?ada, Matt jura vengarse e inicia su particular cruzada contra el crimen. Embutido en un traje carmes¨ª, su principal arma resulta, cuando menos, parad¨®jica: un bast¨®n de ciego.
S¨ª, Matt Murdock encarna a un superh¨¦roe invidente, un justiciero que perdi¨® la vista en un fatal accidente, al colisionar con unos bidones que conten¨ªan sustancias qu¨ªmicas peligrosas -gui?o al peligro bioterrorista, tan manido estos d¨ªas-. ?ste es, a grandes rasgos, el original argumento de la en¨¦sima adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de ese elenco de superh¨¦roes que habita la galaxia Marvel: se trata, esta vez, de Daredevil (2003), dirigida por Mark Steven Johnson, personaje nacido de la pluma del genial Stan Lee (padre de Spiderman, Estela Plateada y otros superh¨¦roes urbanos) a mediados de la d¨¦cada de los sesenta, cuyas gestas y aventuras fueron publicadas en Espa?a bajo el nombre de Dan Defensor.
Daredevil aporta ciertas notas de inter¨¦s a la de por s¨ª extensa galer¨ªa de superh¨¦roes, en un alarde de correcci¨®n pol¨ªtica: ni m¨¢s ni menos que un superh¨¦roe con minusval¨ªas f¨ªsicas, que compensa su falta de visi¨®n con una sorprendente hipersensibilizaci¨®n del resto de los sentidos (aparentemente potenciados por el mismo agente qu¨ªmico que le caus¨® la ceguera permanente).
Su empe?o por vengar la muerte de su padre le lleva a forjarse un destino prometedor como abogado de los pobres y se convierte en el prototipo de h¨¦roe con doble identidad: defensor de los inocentes de d¨ªa, justiciero de los imp¨ªos de noche.
El filme combina interesantes im¨¢genes (la visi¨®n de una Nueva York fantasmag¨®rica, contemplada a vista de p¨¢jaro, recuerda y posiblemente homenajea a la Gotham City de Batman, en la adaptaci¨®n dirigida por el singular Tim Barton) con espectaculares secuencias de acci¨®n.
Sin duda, uno de los aspectos visualmente m¨¢s logrados del filme es la especial habilidad que exhibe el sorprendente Daredevil (literalmente temerario, en ingl¨¦s) para visualizar obst¨¢culos, edificios o personas.
Animales como los delfines, las marsopas y los murci¨¦lagos han desarrollado de forma natural mecanismos que hacen uso de las propiedades de las ondas sonoras para localizar objetos: emiten ultrasonidos (es decir, sonidos de alta frecuencia), que, al ser reflejados por los objetos que los rodean, les permiten determinar su ubicaci¨®n, su forma y, posiblemente, su naturaleza. As¨ª, los murci¨¦lagos son pr¨¢cticamente ciegos (algo que quiz¨¢ nos lleve a reconsiderar el sobrenombre de este superh¨¦roe: ?no hubiera sido mejor llamarlo Batman?), pero vuelan sorteando todo tipo de obst¨¢culos, a la vez que consiguen localizar peque?os insectos (la base de su dieta) mediante la emisi¨®n de sonidos de unos 120.000 hercios.
Dado que las ondas s¨®lo pueden ser perturbadas por objetos de dimensiones comparables o superiores a su longitud de onda, el tama?o m¨ªnimo de los objetos que pueden detectar estos animales es del orden de unos tres mil¨ªmetros. Cierta clase de delfines, las afalinas, detectan invariablemente en el agua, por un m¨¦todo similar, objetos de pocos mil¨ªmetros de tama?o situados a distancias de varias decenas de metros. Un dispositivo artificial que remeda el sistema de ecolocalizaci¨®n utilizado por los delfines es el llamado sonar (acr¨®nimo de sound navigation and ranging, navegaci¨®n y localizaci¨®n por sonido), de amplio uso en la navegaci¨®n.
Claro que uno se cuestiona el uso (y la viabilidad) que el bueno de Daredevil hace de un mecanismo parecido en el filme: ni m¨¢s ni menos que comprobar si la dulce Elektra Natchios (Jennifer Garner) es una mujer atractiva... Para ello, aprovecha una repentina tormenta y el sonido que produce el impacto de cientos de peque?as gotas de agua en el rostro de su partenaire para contemplar su rostro angelical, con todo lujo de detalles (y de resoluci¨®n)... ?As¨ª cualquiera!
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