La lecci¨®n de dos int¨¦rpretes magistrales
Tenemos entre nosotros a uno de los violinistas clave de la contemporaneidad: Pinchas Zukerman (Tel Aviv, 1948), que, en colaboraci¨®n con el pianista Marc Neikrug, repasan las sonatas de Johannes Brahms para viol¨ªn y viola con piano, un legado de tan honda belleza como maestr¨ªa. Y me parece ejemplar que los dos conciertos en los que sonar¨¢n completas las sonatas en manos de un d¨²o de m¨¢xima categor¨ªa se hayan distribuido con el patrocinio de dos entidades: Iberm¨²sica y Juventudes Musicales de Madrid.
Estamos ante una vuelta a los g¨¦neros de c¨¢mara, como una necesidad de la filarmon¨ªa espa?ola de conocer y asimilar bien el aporte entero de los compositores que han hecho historia, tanto en la m¨²sica de c¨¢mara en todas sus formulaciones como en el sinfonismo familiar desde hace tiempo. En Brahms nos llama la atenci¨®n la unidad ideol¨®gica y estil¨ªstica en todos los g¨¦neros, vivificada por un lirismo de un romanticismo terminal y serenado cuya expresi¨®n melanc¨®lica interioriza en nosotros pasiones y sentimientos, orden y ensue?o, tradici¨®n y evoluci¨®n o, como asever¨® Schonberg, "progreso".
Ciclo Iberm¨²sica
P. Zukerman (viol¨ªn y viola) y M. Neikrug, piano. Auditorio Nacional. Madrid, 8 de abril.
Pinchas Zukerman, seguidor de un estilo y un perfeccionismo que encarna Isaac Stern y sistematiza en sus ense?anzas Iv¨¢n Galami¨¢n (Tabriz, Ir¨¢n, 1902-New York, 1981), el maestro, entre otros muchos, de Perlman, Zukerman, Friedman, Laredo, Rabin, Kiung Wha Chung o Sitkovetski. Estilo que Zukerman hace suyo desde la transparencia del sonido, la armoniosa curva expresiva, la sutileza de acentos y la incorporaci¨®n mesurada de los silencios al discurso musical. En todos los aspectos, Zukerman encuentra unidad, m¨¢s que colaboraci¨®n, en el pianista Mark Neikrug, con el que trabaja desde hace un cuarto de siglo despu¨¦s de haberlo hecho con Daniel Barenboim o en el inolvidable tr¨ªo de ambos con Jacqueline du Pr¨¦.
Ante una audiencia entregada el d¨²o Zukerman-Neikrug dict¨® lecciones de alta musicalidad y no menos elevado dominio virtuos¨ªstico, en el Scherzo de Sonata (1853), la Sonata para viol¨ªn y piano en sol mayor, op. 78, de 1879, y la Sonata para viola o clarinete y piano, op. 120, de 1894, que se corresponden en el tiempo con las romanzas de Die sh?ne Magelone, la Segunda Sinfon¨ªa y la Oda s¨¢fica. Tres calas trascendentes en la creaci¨®n fuera de serie de uno de los genios definidores de la m¨²sica en Alemania. Resumen: tarde de emociones intensas dignas de dos maestros de los que hacen ¨¦poca.
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