Elliott advierte contra "una fortaleza europea ensimismada"
John H. Elliot (Reading, 1930) habla de la importancia de estudiar los grandes personajes que han marcado la historia con un estilo sencillo, muy claro. "S¨ª, s¨ª, una visi¨®n grande pero sin grandilocuencia", dice mientras esboza una sonrisa en una de las salas del Col.legi Rector Peset de Valencia. El historiador, reiteradamente premiado en Espa?a, nombrado sir por Isabel II, visita Valencia, donde presentar¨¢ el lunes el libro Espa?a en Europa. Se trata de una compilaci¨®n, coordinada por el profesor Rafael Ben¨ªtez y editada por la Universitat de Val¨¨ncia, que re¨²ne su discurso de investidura como honoris casua y varios art¨ªculos.
El libro pone de manifiesto que si Spain is different no lo es tanto como dice el t¨®pico. "Cada pa¨ªs tiene sus diferencias y no hay que exagerar las semblanzas, pero la historiograf¨ªa espa?ola siempre ha padecido de excepcionalismo. Cuando vine en los a?os 50 a Espa?a vi ciertas semejanzas en la historia con Gran Breta?a. Y tambi¨¦n pasa, por ejemplo, con Richelieu y el Conde-Duque de Olivares, que ten¨ªan problemas similares". "Intento ponerlo todo en el contexto europeo", a?ade.
"En parte tiene raz¨®n Rumsfeld, aunque dicho de manera brutal, con lo de la vieja Europa"
Elliott se declara europe¨ªsta, pero tambi¨¦n atlantista. "Siempre he tenido miedo de una fortaleza europea ensimismada. Por eso Gran Breta?a y Espa?a con su tradici¨®n atl¨¢ntica tienen un papel muy importante para dar una visi¨®n de lo que est¨¢ pasando fuera, una visi¨®n m¨¢s mundial. Espero tambi¨¦n que sean, junto a los pa¨ªses de Este, una especie de contrapeso para conservar la diversidad, que es la clave del ¨¦xito de la civilizaci¨®n europea. No quiero una Europa centralizada, dominada por los bur¨®cratas, que extingue la diversidad regional y nacional". La conversaci¨®n ya ha derivado hacia la guerra de Irak, que ha supuesto un "choque" para Europa, sobre cuya construcci¨®n el autor de El Conde-Duque de Olivares o El mundo hisp¨¢nico: civilizaci¨®n e imperio tiene muchas dudas por el papel de Bruselas y del eje franco-alem¨¢n. "En parte tiene raz¨®n Rumsfeld, aunque lo ha dicho de manera brutal, con lo de la vieja Europa".
Su objeto de estudio es el pasado, pero recuerda que "un historiador siempre tiene que ser consciente de lo que est¨¢ pasando en el mundo actual". En la actualidad, hay una guerra que divide a los intelectuales ingleses como en otras partes, como pasa en "las mismas familias inglesas". "En el fondo creo que al final result¨® necesaria la intervenci¨®n. Pero es muy dif¨ªcil elegir una opci¨®n. No hay que simplificar. Hay que ver qu¨¦ entra?a m¨¢s riesgo: hacer algo o no hacer nada".
Defensor de la metodolog¨ªa de la historia comparada, Elliott rechaza por "absurda" la comparaci¨®n entre Husein y Hitler, pero apunta el "peligro" de los peque?os estados que toman su propio camino, como Irak o Corea del Norte, y no son fiables.
Elliott emplea con asiduidad el t¨¦rmino opci¨®n y lo aplica a su objeto de estudio. Considera "fascinante" analizar por qu¨¦ una sociedad opt¨® por un camino y no otro. "Por ejemplo, se habla mucho de la trayectoria de los pa¨ªses europeos en los siglos XVII, XVIII o XIX del estado soberano centralizado, pero hab¨ªa otra opci¨®n: la monarqu¨ªa austriaca, de un pluralismo y pactismo que tal vez responde mejor a las necesidades del siglo XXI". En este sentido, destaca el reconocimiento del pluralismo en la pen¨ªnsula ib¨¦rica tras la muerte de Franco. Un pluralismo que puede ser "mod¨¦lico" para pa¨ªses como Gran Breta?a, que "est¨¢ devolviendo poder a Escocia y Pa¨ªs de Gales".
En cuanto al pasado de Espa?a, se entusiasma relatando los caminos por recorrer como el estudio de la dimensi¨®n atl¨¢ntica de Espa?a; el estudio de, por ejemplo, Palafox, virrey de M¨¦xico, que traslad¨® la organizaci¨®n pol¨ªtica de su natal Corona de Arag¨®n. Elliott considera que la historiograf¨ªa francesa de los Annales, dominante despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, centraba el inter¨¦s en la sociedad y la econom¨ªa y se echaba de menos la pol¨ªtica y el poder. "Hay peligro de perdernos en los detalles", agrega.
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