Un hombre tranquilo
Mike Weir, el ganador del Masters de Augusta de golf, es un zurdo canadiense poco acostumbrado a hacer ruido
No todos los r¨¦cords del golf pertenecen al estadounidense Tiger Woods. Mike Weir, por ejemplo, bati¨® el pasado domingo unos cuantos. Al derrotar al norteamericano Len Mattiace en el desempate del Masters de Augusta, se convirti¨® en el primer canadiense vencedor de un torneo del Grand Slam, en el primer zurdo que se impone en el grande inaugural de la temporada -el neozeland¨¦s Bob Charles gan¨® el Open Brit¨¢nico en 1963- y en el primer triunfador del Masters con un solo bogey. Como premio: un cheque por 1.080.000 euros y una chaqueta verde de tejido acr¨ªlico. "No ten¨ªa ninguna en el armario", brome¨® Weir, de 32 a?os; "no me viene mal".
Mattiace, el sorprendente vencido, que hab¨ªa entrado en la lucha por el t¨ªtulo con un eagle en el hoyo 13 de la ¨²ltima vuelta y sali¨® de ella con un doble bogey en la muerte s¨²bita, escribe con la izquierda, coge el vaso con la izquierda y juega al f¨²tbol con la izquierda, pero al golf lo hace de derechas.
Weir saca con la izquierda en el tenis, pero despu¨¦s se cambia la raqueta a la derecha; escribe con la derecha y se dedica al golf con la zurda. Adquiri¨® ese h¨¢bito de ni?o y no estaba seguro de que fuera bueno llevar la contraria en un deporte dise?ado para los diestros -hasta los primeros a?os 80, los zurdos ten¨¢in dificultades para encontrar material a su estilo-. As¨ª que a los 13 a?os escribi¨® una carta al estadounidense Jack Nicklaus, el dios del golf, pregunt¨¢ndole si deb¨ªa cambiar su swing.
"Jack fue muy amable", recuerda Weir; "me respondi¨® y me dijo que no; que mantuviera mi swing natural. Todav¨ªa tengo guardada su carta en mi oficina. Habl¨¦ el otro d¨ªa con ¨¦l y cre¨ªa acordarse de aquello".
En esa ¨¦poca, Weir, nacido el 12 de mayo de 1970 en la regi¨®n de Ontario, a una hora de Detroit, dedicaba, como la mayor¨ªa de los muchachos canadienses, tres partes del a?o al hockey sobre hielo y la cuarta, el verano, al golf. "Mi padre me instal¨® una red en el garaje y all¨ª me pasaba el d¨ªa tirando bolas. Luego me iba con ¨¦l, de ra¨ªces escocesas, a pescar pelotas en el estanque del club local. Cuando ten¨ªamos bastantes, nos ¨ªbamos a tirarlas al lago Hur¨®n", explica.
Weir habla bajito y suave. Parece de cristal: fr¨¢gil y delicado. Pero tiene una fuerza interior y una determinaci¨®n sobresalientes. Es la personificaci¨®n de la calma y la tranquilidad: "Quiz¨¢ haya heredado ese car¨¢cter de mi padre. Cuando estaba en el campo jug¨¢ndome el Masters, le vi tan... as¨ª que parec¨ªa ido. Eso hizo que me tranquilizara".
Cuando no tiene a su padre a mano; o a su mujer, Bricia; o a sus hijas, de cinco y tres a?os, Weir, estudiante en la universidad mormona de Brigham Young, residente en Utah y profesional desde 1992, se rodea de su equipo: un m¨¢nager, un entrenador, un psic¨®logo personal..., el m¨ªnimo para sobrevivir.
O... para algo m¨¢s. El t¨ªmido jugador que en su primera partida con Woods dio unos desastrosos 80 golpes, ha aprendido tanto que ya es el l¨ªder del a?o por ganancias. Y tambi¨¦n tiene ya una chaqueta verde en el ropero.
Clasificaci¨®n: 1. M. Weir (Can.), 281 golpes (7 bajo par). 2. L. Mattiace (EE UU), 281 (derrotado en el primer hoyo del desempate). 3. Ph. Mickelson (EE UU), 283. 4. J. Furyk (EE UU), 284. 5. J. Maggert (EE UU), 286. 6. E. Els (SA) y V. Singh (Fiyi), 287. 9. J. M. Olaz¨¢bal, 288. 16. T. Woods (EE UU), 290. 30. S. Garc¨ªa, 294.
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