El cartero nunca llama
M¨¢s de 1.200 viviendas de la zona norte de Ja¨¦n no cuentan con reparto de correo
![Gin¨¦s Donaire](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F45927f5a-76bf-4d88-b9b5-89aa721d4adb.png?auth=339c3297f4a00c8a0c3e1e9bc1cbe388192fd0235045d73758ba6652e101beff&width=100&height=100&smart=true)
Harto de esperar que el Ayuntamiento coloque el r¨®tulo con el nombre de su calle, Andr¨¦s, que prefiere no facilitar su apellido, ha pegado junto a su puerta un cartel bautizando a la v¨ªa como la del pintor Cerezo Moreno. ?Y el n¨²mero? Por la ubicaci¨®n pens¨® que podr¨ªa ser el cuatro, y as¨ª lo ha reflejado en el mismo cartel, una simple folio que, debido a las circunstancias, ha tomado rango de m¨¢xima autenticidad. Unos metros m¨¢s arriba, sus vecinos han seguido sus pasos y han colocado los n¨²meros de las casas como buenamente han podido, de la manera m¨¢s artesanal posible. Poco trascendente resulta eso cuando lo importante para estos vecinos de la zona norte de expansi¨®n de Ja¨¦n es que sus casas consten de alg¨²n modo en las diferentes instituciones que ahora las ignoran.
Una de ellas es Correos, que, seg¨²n denunci¨® esta semana UGT, tiene sin atender a unas 1.200 viviendas de esta zona de la prolongaci¨®n del bulevar de la capital jiennense. El sindicato responsabiliza de esta situaci¨®n tanto a Correos (que tiene por cubrir unas 150 vacantes en esta provincia) como al Ayuntamiento de la capital, en este caso por no asignar los n¨²meros y nombres a las calles de nueva apertura. Ante semejante panorama, a los vecinos no les queda m¨¢s remedio que recoger su correspondencia en la oficina central de Correos, en la otra punta de la ciudad.
Andr¨¦s no ha acusado todav¨ªa en exceso las consecuencias de no disponer de reparto de correo, puesto que apenas lleva un mes viviendo en esta barriada. Sin embargo, la semana pasada se person¨® en el Ayuntamiento para pedir un certificado de empadronamiento para poder escolarizar a su hijo, y cual fue su sorpresa al comprobar que nadie conoc¨ªa la existencia de su calle. "Tenemos que estar explic¨¢ndole al propio Ayuntamiento d¨®nde est¨¢ nuestra casa, es incre¨ªble", dice.
Su vecina Pilar, que vive unos metros m¨¢s arriba, ha optado por desviar toda la correspondencia a la casa de su hija. Despu¨¦s de un a?o viviendo en la zona, muchos vecinos han visto c¨®mo resultaban in¨²tiles sus reclamaciones. "El Ayuntamiento y Correos se echan la pelota unos a otros, y nadie nos da soluciones", dice Pilar, que como Andr¨¦s y otros vecinos pide ser identificada s¨®lo por el nombre de pila.
Mar¨ªa del Mar, otra vecina de la supuesta calle Rafael Hidalgo de Caviedes (en los planos de su casa se dice que su calle es la n¨²mero uno, sin m¨¢s) ha tenido peor suerte con el servicio de Correos, pues no hace mucho le lleg¨® fuera de plazo una notificaci¨®n de Hacienda, y todo porque tuvo que recogerla en el apartado de desconocidos de la oficina central de Correos.
As¨ª las cosas, los vecinos han optado por colocar sus propios carteles para avisar al menos a los operarios de la luz, el gas y otros servicios b¨¢sicos que necesitan contratar al estrenar sus casas. La misma mala suerte tienen con Telef¨®nica, que todav¨ªa no les ha conectado la l¨ªnea, y les obliga a funcionar con m¨®viles. "Cuando viene alguien tenemos que quedar con ellos en la gasolinera o en alg¨²n punto conocido para que puedan llegar hasta aqu¨ª, porque la mayor¨ªa acaban perdi¨¦ndose", asegura Juan Luis, un perito de una de las m¨²ltiples construcciones que se est¨¢n levantando en esta zona que alberga, fundamentalmente, a vecinos de alto poder adquisitivo.
Desde la asociaci¨®n vecinal Expansi¨®n Norte, su presidente, Jos¨¦ Francisco Ortega, lamenta esta situaci¨®n de "abandono", y reconoce que es una t¨®nica que se mantiene desde los mismos or¨ªgenes del barrio. En otras manzanas pr¨®ximas Correos ha acabado prestando servicio despu¨¦s de numerosas reclamaciones de los vecinos, muchos de los cuales recib¨ªan el correo apenas dos d¨ªas a la semana pese a que, en estos casos, la excusa no era la falta de rotulaci¨®n de las calles.
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