Los pacifistas levantan las acampadas entre el cansancio y las tensiones

Despu¨¦s de 32 d¨ªas acampados en el Pla del Palau, de Barcelona, y mientras comienzan a aflorar el cansancio y las tensiones fruto de tantos d¨ªas de convivencia -en los ¨²ltimos d¨ªas ha habido incluso robos y peleas entre grupos ajenos a la protesta-, los integrantes del campamento contra la guerra en Irak anunciaron ayer que esta tarde desmontar¨¢n las tiendas de campa?a tras leer un manifiesto de despedida.

El portavoz de la acampada, Pau Ors, argumentaba ayer que "ha dejado de tener sentido como forma de ejercer presi¨®n". "Las tiendas fueron una expresi¨®n espont¨¢nea, pero no son un objetivo en s¨ª mismo, sino una forma de protesta pacifista que ahora mismo ya no sirve. Consideramos que podemos protestar por otras v¨ªas", a?ad¨ªa.

Ors desminti¨® que la decisi¨®n de desmontar las tiendas se deba a las visibles muestras de cansancio, a las tensiones que han surgido entre los presentes en la plaza o al miedo a ser objeto de un desalojo policial como el que se produjo en la acampada de la plaza de Sant Jaume el pasado martes.

Lo cierto es que ayer por la tarde quedaban s¨®lo 38 tiendas en pie, menos de la mitad de las que lleg¨® a haber cuando las tropas angloamericanas bombardeaban Irak. Adem¨¢s, la acampada fue escenario de una pelea entre un grupo de personas, aparentemente ajenas a la protesta pacifista, que finaliz¨® cuando alguien llam¨® a la polic¨ªa y se presentaron dos patrullas.

"No puedo creer que desde la misma acampada, desde donde luchamos contra las armas y la prepotencia, alguien sea capaz de llamar a la polic¨ªa", se lamentaba uno de los j¨®venes.Pau Ors reconoce que desde hace unos d¨ªas "ha habido problemas con toxic¨®manos y alcoh¨®licos", que han hecho de la plaza un punto de reuni¨®n, pero niega reiteradamente que esta circunstancia pese en la decisi¨®n de desmontar las tiendas. Tambi¨¦n ha habido robos, como el del tel¨¦fono m¨®vil comunitario de la acampada, algo que no hab¨ªa sucedido hasta hace unos d¨ªas.

"Esto es un lugar p¨²blico y como tal lo frecuenta todo tipo de gente", se?alaba ayer uno de los j¨®venes acampados mientras fregaba los cacharros de la comida en una fuente. "Sin embargo, es verdad que su actitud es pasiva y cuando hay broncas es muy desagradable; adem¨¢s, est¨¢ muy lejos de nuestra lucha por la paz y de nuestro calendario de actividades de protesta", a?ad¨ªa el mismo joven.

Convivencia dif¨ªcil

La decisi¨®n de levantar el campamento se tom¨® el pasado mi¨¦rcoles por la noche durante una tensa asamblea, seg¨²n explicaba ayer por la tarde Roser Blasco: "Mucha gente se march¨® el mismo mi¨¦rcoles, pero han dejado las tiendas y esperan sacarlas ma?ana [por hoy]".

Blasco apunta tambi¨¦n que "muchos de los que acamparon el primer d¨ªa de la guerra se han ido hace semanas", y reconoce que "la convivencia durante tantos d¨ªas en unas circunstancias duras es dif¨ªcil y ha quemado a muchos de los participantes". "Estar en la calle se nos come mucha energ¨ªa y preferimos invertirla en organizar otras actividades antes de quemarla manteniendo la acampada, que ahora mismo no deja de ser un s¨ªmbolo", concluye.

El s¨ªmbolo desaparecer¨¢ esta tarde, aunque en el lugar que ocupan las tiendas se plantar¨¢n flores. La despedida finalizar¨¢ con un concierto. Los integrantes de la acampada tienen intenci¨®n adem¨¢s de mantener el calendario de actividades en el mismo Pla del Palau, que ellos mismos bautizaron d¨ªas atr¨¢s como Pla de la Pau. El futuro de la ¨²ltima acampada, la de la plaza de Francesc Maci¨¤, es todav¨ªa una inc¨®gnita.