Los cat¨®licos recuperan sus tradiciones
Siriacos, caldeos y otros cristianos reanudan sus ceremonias a la espera de que el nuevo orden respete su religi¨®n
Perfectamente endomingados, caldeos, siriacos y otros cristianos de rito cat¨®lico celebraron ayer el Domingo de Resurrecci¨®n en Bagdad. Minor¨ªa en trance de desaparici¨®n (han pasado del 10% al 3% de la poblaci¨®n durante los 12 a?os de embargo), los cristianos de Irak afrontan la nueva actualidad con preocupaci¨®n. "Esperamos m¨¢s garant¨ªas de las que ten¨ªamos con Sadam Husein", declara con firmeza el cardenal Fernando Forlani.
El nuncio del Vaticano no concede entrevistas, pero se hizo eco de los temores de la comunidad cristiana en una larga "conversaci¨®n amistosa" con los enviados del peri¨®dico griego Ta Nea y de este diario. "Los siriacos y los caldeos son los habitantes originales de este pa¨ªs", explica Forlani elevando el tono de voz, "no son invasores o hijos de colonizadores. Por tanto, tienen derecho a vivir aqu¨ª con todas las garant¨ªas. Las tuvieron del r¨¦gimen anterior y no esperamos menos ahora".
Forlani sabe que la situaci¨®n distaba de ser ideal. "Hab¨ªa libertad de culto pero no libertad de religi¨®n", precisa para dejar claro que no se permit¨ªa que un musulm¨¢n se hiciera cristiano y s¨ª se animaba a lo contrario. El representante del Vaticano, el ¨²nico embajador europeo que ha permanecido en Irak toda la guerra, no oculta su enfado porque las fuerzas de ocupaci¨®n hayan permitido el saqueo del Museo Arqueol¨®gico. "Los caldeos y los siriacos est¨¢n hundidos psicol¨®gicamente. Se ha destruido su pasado", denuncia Forlani. "?C¨®mo ha podido permitirlo EE UU? ?Acaso no lo entendieron?, porque ser¨ªa terrible que hubiera sido intencionado y no pueden decir que no sab¨ªan que exist¨ªa ese riesgo porque ya pas¨® en 1991".
"Para nosotros, Sadam era mejor", confiesa Nabil Hermes Hanna, pr¨®spero hombre de negocios caldeo y propietario de uno de los restaurantes m¨¢s caros de Bagdad. "Al menos, respetaba nuestra identidad como minor¨ªa, ahora no sabemos qu¨¦ va a pasar con todos esos extremistas chi¨ªes; en cualquier momento puede venir un loco y pegarme un tiro porque sirvo bebidas alcoh¨®licas". "Vamos a esperar y si las cosas empeoran cerraremos y nos iremos fuera", concluye.
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