Polic¨ªa muncipal de Sevilla
El pasado d¨ªa 11 de abril, Viernes de Dolores, comet¨ª el error de tocar un instrumento de percusi¨®n a unas horas en las que los vecinos de una plaza del casco antiguo de Sevilla ten¨ªan el derecho a descansar.
Con el firme prop¨®sito de enmienda, me gustar¨ªa relatar lo que pas¨®: decidimos tomar una copita en una plaza del centro, donde unos conocidos estaban tocando un caj¨®n flamenco. La m¨²sica es una de mis grandes debilidades. Nos dejaron tocar un ratito. Tras 10 minutos de samba llegaron tres coches de la Polic¨ªa Local. Lo que entonces ocurri¨® basa mi protesta: al bajar del coche el primer polic¨ªa se dirigi¨® a mi haciendo ostensibles gestos con la mano; tras obedecer su llamada, me llam¨® la atenci¨®n el no recibir respuesta a mis "buenas noches" y, en cambio, obtener un seco "Dame tu carn¨¦ anda...", unido a una mirada de desprecio; tras darle el DNI y comentarle que sent¨ªa lo hecho la respuesta fue literalmente que c¨®mo que lo sent¨ªa si yo lo ¨²nico en que pensaba era en hacer lo que me sal¨ªa de la ... (no me parece necesario reproducir la chabacaner¨ªa del agente). Tom¨® nota de mis datos personales y me dijo que no me fuera muy lejos ya que me ten¨ªan que tener localizado. No entend¨ª la raz¨®n por la que no pod¨ªa cambiar de lugar con plena libertad. Tras un rato, los agentes se fueron.
Esta experiencia, aunque desagradable, puede parecer no demasiado dura, pero otra que tuve ya hace un par de a?os refuerza mi idea.
Una noche circulaba en mi moto cuando comet¨ª la imprudencia de pasar por un sem¨¢foro en rojo al ver que no hab¨ªa nadie cruzando. Al momento o¨ª una sirena justo detr¨¢s de mi y vi c¨®mo el patrulla se colocaba a mi altura y me empezaba a cerrarme contra la acera, con el consiguiente peligro que ello supone. El copiloto del patrulla me dec¨ªa: "?O te paras o te tiro, o te paras o te tiro!". Tras pararme y recuperarme del susto, firm¨¦ la multa y la pagu¨¦ unos d¨ªas despu¨¦s reconociendo mi error y pagando por ello. Pero: ?era todo aquello necesario? ?no hubiera bastado con una sanci¨®n y acaso un leve reproche? ?Es razonable y justo estar a punto de pagar con mi vida el cometer una infracci¨®n...?
Mi actitud en uno y otro caso no fue la correcta y lo reconozco, pero, ?merezco por eso sufrir el comportamiento de unos funcionarios del Ayuntamiento cuya motivaci¨®n principal, m¨¢s que mantener el orden, parece provocar una situaci¨®n desagradable con su actitud barriobajera? ?Es ¨¦sta la Polic¨ªa Local que queremos?
S¨¦ que todo arranca de errores m¨ªos y asumo sus consecuencias razonablemente, pero, ?debo por ello de ser tratado como un delincuente com¨²n y menospreciado por alguien que llevando esa actitud demuestra mucha menos educaci¨®n que yo?
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