Los sellos 'hi-tech' aguzan el ingenio para distribuir sus ritmos

Discogr¨¢ficas especializadas en estilos muy minoritarios, sellos que publican sus referencias en compactos regrabados o recopilatorios que s¨®lo se distribuyen en forma de descargas digitales. Todo vale para hacer llegar la m¨²sica a o¨ªdos del p¨²blico. Son las discogr¨¢ficas hi-tech, y est¨¢n indicando el camino que la industria discogr¨¢fica va a tener que seguir en el futuro: especializaci¨®n, contenidos adicionales y precios democr¨¢ticos.

Vicent Fibla es uno de los m¨²sicos espa?oles con mayor proyecci¨®n en la escena electr¨®nica mundial. Tras publicar en reputados sellos europeos, este treinta?ero afincado en Barcelona se decidi¨® a lanzar su propia discogr¨¢fica, Spa.Rk. De sus referencias tan s¨®lo se imprimen medio millar de copias. "Publicamos ediciones muy limitadas de unas cosas muy concretas para un mercado muy concreto", explica.

La relaci¨®n del sello con los artistas es muy cercana, motivada m¨¢s por afinidades musicales que por intereses econ¨®micos. Cada discogr¨¢fica se define por el estilo de la m¨²sica que publica, un nicho de mercado exiguo, pero que, dado los baj¨ªsimos costes de producci¨®n, es suficiente para mantener la empresa. "Estamos hablando de m¨²sica que no requiere alquilar estudios para ser grabada", explica Fibla. "No se necesitan productores para las mezclas ni todas esas cosas ligadas al rock y al pop. La m¨²sica se hace en ordenador, queda el producto terminado y s¨®lo se necesita una m¨ªnima masterizaci¨®n final. No hay publicidad ni sesiones de fotos".

Pero hay discogr¨¢ficas que han dado un paso m¨¢s en su alejamiento del actual modelo de la industria de la m¨²sica. Son las CDR labels, que como su propio nombre indica editan sus referencias en discos compactos grabados en casa.

Es el caso de Garmonbozia, un peque?o sello CDR con sede en Estocolmo. Hace un a?o su creador, un veintea?ero llamado Axel Willner, decidi¨® hacer unas copias de su m¨²sica experimental para vender durante sus conciertos. La respuesta fue tan buena que una tienda de discos on-line le ofreci¨® la posibilidad de vender su m¨²sica en cualquier parte del mundo. Desde entonces Garmonbozia ha editado cuatro referencias con tiradas que rondan los 100 ejemplares, al precio de dos euros. "La idea es crear un producto barato con buena m¨²sica y portadas muy cuidadas. Es una peque?a revoluci¨®n contra la industria. Adem¨¢s, las referencias CDR son hechas por gente que ha puesto toda su alma en el producto", dice Willner.

Espa?a cuenta con varias discogr¨¢ficas CDR. En Madrid, el sello Plataforma-LTW se ha especializado en los ritmos rotos, la est¨¦tica del error digital y algunas reminiscencias del hip-hop del futuro. Hasta ahora ha editado cuatro referencias en tiradas de unas 100 copias cuidadas al m¨¢ximo. "Nuestra idea era dar a conocer nuestra m¨²sica de una forma colectiva", explica Rec-overflow que, junto con Roberto Bleizes, lanz¨® esta iniciativa a mediados de 2001. Ahora estos madrile?os se han propuesto crear recopilatorios gratuitos s¨®lo disponibles en Internet. El internauta podr¨¢ descargarse las canciones y las im¨¢genes de la portada, para grabarse el compacto e imprimir la car¨¢tula desde su casa. Con ideas tan atractivas ?alguien cree que las discogr¨¢ficas vayan a desaparecer?