Al borde de lo imposible

El premio -IX Distinci¨®n de la Pe?a Chaquet¨®n- se lo llev¨® la Paquera de Jerez, pero quien pele¨® el cante de verdad fue Juan Moneo El Torta. Es cantaor imprevisible, que canta bien o canta mal, seg¨²n soplen los vientos de su inspiraci¨®n, que anteanoche deb¨ªan soplar de arriba a juzgar por las reiteradas ocasiones en que lanz¨® besos, y quiz¨¢s oraciones al cielo. "Ahora comprendo mejor lo de Madrid al cielo", dijo tras o¨ªr los primeros aplausos a su irregular cante por alegr¨ªas. Y fue a m¨¢s constantemente. En las siguiriyas era casi angustioso verle y o¨ªrle, apurando los tercios y sus posibilidades hasta el borde de lo imposible. Y por buler¨ªas alcanz¨® la genialidad que siempre esperamos de ¨¦l.

Quien fuera a Alcobendas a escuchar a Manuel Agujetas -y seguro que fue mucha gente porque es cantaor que mueve pasiones jondas- se volvi¨® de vac¨ªo. Estaba en precarias condiciones efectivamente, y lleg¨® a pedir perd¨®n al p¨²blico. Hizo malamente cuatro o cinco cantes, cort¨¢ndolos donde le daba la gana, y se meti¨® para dentro. Apenas veinte minutos. A la organizaci¨®n debi¨® parecerle tan sangrante esto que le hizo salir de nuevo. Agujetas cant¨® un fandanguito a todo correr y fin definitivo. Y el p¨²blico aplaudi¨® con generosidad todos estos ires y venires. Hay cosas que no se entienden.

La Paquera se interpret¨® a s¨ª misma con absoluta fidelidad. Su sola presencia en el escenario fue acogida por la audiencia con estent¨®reos clamoreos. Su cante es el grito puro y duro, y a la gente le gustan esos ramalazos de poder¨ªo que avasalla, prescindiendo con frecuencia del micr¨®fono. Un poco por sole¨¢, un poco por tientos, unos cuantos fandangazos (La Paquera dixit) y las buler¨ªas. La cantaora estuvo en su salsa, pase¨¢ndose por el escenario con aires de artiller¨ªa pesada y recibiendo los homenajes.