Cita en el 'Mercat del dilluns'
Los candidatos coincidieron en el tradicional mercado callejero de Castell¨®n
"Se puede mirar y se puede tocar", gritaba ayer uno de los vendedores del callejero Mercat del dilluns de Castell¨®n. El ambulante hablaba de collares, pulseras y anillos, pero pod¨ªa hacerse referido a cualquiera de los candidatos a la alcald¨ªa de la capital de La Plana que ayer se pasearon por las atiborradas y calurosas callejuelas que separan los puestos. Los candidatos se dejaron besar, tocar, preguntar e, incluso, agasajar con piropos.
Camisetas, zapatos, sujetadores, pijamas, colchas, botones, jarrones, baratijas y cazuelas. Fruta, verdura, salazones, golosinas y pi?ones. En el mercado del lunes de Castell¨®n puede encontrarse casi de todo. Pero s¨®lo uno de los candidatos "hizo gasto". Fue el cabeza de lista del Bloc Nacionalista Valencia, Antoni Porcar, que adquiri¨® unas semillas de "flores de colores", ni rosas, ni claveles. Entre los acompa?antes, s¨ª hubo m¨¢s compras, como la del concejal popular Ximo Torres, que se hizo con una bolsa de hermosas cerezas.
"?Qu¨¦ es esto, un casamiento?", exclam¨® sorprendida una de las vendedoras
El s¨¦quito que acompa?¨® al candidato popular, Jos¨¦ Luis Gimeno, reparti¨® informaci¨®n y papeletas, aunque tuvo m¨¢s ¨¦xito Ignacio Sub¨ªas, del PSPV, que adem¨¢s ofrec¨ªa claveles rojos, globos y caramelos. As¨ª, anduvo rodeado de decenas de supuestos futuros votantes que agradecieron el detalle socialista.
Algunos llegaron m¨¢s preparados que otros. Gimeno se desprendi¨® de chaqueta y corbata. Sub¨ªas lleg¨® en mangas de camisa y Porcar, con la chaqueta puesta.
Los candidatos encontraron, entre los compradores y vendedores del mercado, m¨¢s receptibilidad que de costumbre. Es decir, de la costumbre que marca que, cada cuatro a?os, se ha de acudir al siempre transitado Mercat del dilluns como punto inexcusable de campa?a. En cualquier caso, seg¨²n los allegados a los cabezas de lista, el mercado no es un lugar "f¨¢cil", porque la gente va a lo que va. Las bolsas, el cambio, el peso, la ganga. Los compradores, a buscar el mejor producto al mejor precio y los vendedores, a captar a los anteriores y a que nadie "despiste" mercanc¨ªa de sus paraetas.
Pese a que todos los "alcaldables" aprovecharon para hablar de sus proyectos y de su pol¨ªtica de mercados, los comentarios de algunos de los ambulantes desvelaron la escasa "alegr¨ªa" y curiosidad que provoc¨® la visita. "?Qu¨¦ es esto, un casamiento?", exclam¨® sorprendida una de las vendedoras. "Ya est¨¢n aqu¨ª, como siempre que hay elecciones", a?adi¨® otro. "El Gobierno que hay ahora es del PP, no?", preguntaba un tercero, mientras una mujer, clavel en mano, consultaba con su acompa?ante: "?Sub¨ªas para qu¨¦ se presenta?".
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