"La ¨®pera tiene sentido cuando genera pol¨¦mica", afirma Harry Kupfer

La ¨®pera nunca ser¨¢ un espectaculo inofensivo para el director de escena alem¨¢n Harry Kupfer (Berl¨ªn, 1936). Cuatro d¨¦cadas de incesante actividad en los mejores teatros le han convertido en un cl¨¢sico, y sigue al pie del ca?¨®n defendiendo su compromiso art¨ªstico. "La ¨®pera es teatro musical, y s¨®lo tiene sentido como foco de confrontaci¨®n de ideas, debe obligar a pensar y generar pol¨¦mica", afirma Kupfer, que ultima en el Liceo de Barcelona los ensayos de los dos primeros t¨ªtulos de la tetralog¨ªa de Wagner.

Asegura Harry Kupfer que si al final de una representaci¨®n oper¨ªstica hay p¨²blico a favor y en contra "es se?al de que un montaje funciona". Para muchos teatros montar El anillo del

Nibelungo, la tetralog¨ªa de Wagner, es el m¨¢ximo desaf¨ªo art¨ªstico y t¨¦cnico. El Liceo lo afronta con emoci¨®n y entusiasmo. Y con nervios. Se acercan las fechas de un doble estreno -El

oro del

Rin, pr¨®logo del ciclo, se estrenar¨¢ el 26 de mayo, y tres d¨ªas despu¨¦s se ofrecer¨¢ La

walkiria, primera jornada del monumental festival esc¨¦nico que concluir¨¢ la pr¨®xima temporada con las dos ¨®peras restantes- y el calendario exige engrasar a fondo la maquinaria esc¨¦nica: las dos ¨®peras se alternar¨¢n hasta el 7 de julio con un doble reparto para hacer frente a un total de 19 funciones dirigidas musicalmente por Bertrand de Billy.

Auxiliado por dos asistentes, Kupfer controla los m¨²ltiples ensayos sin perder la calma. Wagner es el pilar de su repertorio y lleva d¨¦cadas profundizando en su obra: en la Komische Oper de Berl¨ªn, como principal director esc¨¦nico desde 1981 hasta el a?o pasado; en el Festival de Bayreuth o en la Deutsche Staatsoper de Berl¨ªn, donde ha montado todas sus ¨®peras bajo la direcci¨®n musical de Daniel Barenboim, incluida la producci¨®n que presenta el Liceo. "Para un teatro, montar la tetralog¨ªa es el reto m¨¢s dif¨ªcil y complejo", asegura.

De su estrecha colaboraci¨®n con Barenboim ha surgido un Wagner m¨¢s humano, m¨¢s pr¨®ximo al espectador actual y m¨¢s controvertido. "Es una lectura humana y pol¨ªtica de una obra monumental que sigue estando vigente. Los conflictos actuales son los mismos que plante¨® Wagner en su ¨¦poca: en su ambici¨®n por el control y el poder, el hombre acabar¨¢ aniquilando el planeta donde vive. El anillo es el s¨ªmbolo del poder, por ¨¦l se mata y se destruye la naturaleza", explica.

Kupfer va directo al grano, no pierde el tiempo en disquisiciones y se explica con claridad meridiana. "En la guerra de Irak la excusa es llevar la democracia, pero lo que se busca es el petr¨®leo, el control y el poder. Wagner reflexiona en su obra sobre el poder, la libertad y la envidia. Por eso es tan pr¨®ximo y actual".

A la hora de trazar paralelismos entre los protagonistas de El anillo y los protagonistas pol¨ªticos del conflicto iraqu¨ª, el director opina que asignar a Bush el papel de Alberich, el rey de los nibelungos que roba el oro del Rin para conseguir el poder, no explicar¨ªa la realidad. "Bush no es tan primitivo como Alberich en su codicia, y tampoco es el ¨²nico responsable. La culpa es del sistema social". Desde el teatro, afirma, no se puede cambiar la realidad. "El teatro no puede cambiar las cosas, pero puede hacer reflexionar, y eso es una buena cosa. Monto las ¨®peras con el pensamiento y el coraz¨®n".