Golpe bajo transatl¨¢ntico de Bush a Schr?der

El canciller federal alem¨¢n, el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der, tuvo que apresurarse para regresar de su periplo de casi una semana por el sureste asi¨¢tico y llegar a tiempo a la cita en Berl¨ªn con el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell. El esfuerzo de Schr?der por recuperar el favor de Washington no tuvo recompensa. En la Casa Blanca, el presidente George W. Bush propin¨® al canciller alem¨¢n un golpe bajo transatl¨¢ntico al dar su espaldarazo al primer ministro del land de Hesse, el democristiano Roland Koch, que cada d¨ªa adquiere m¨¢s el perfil de un l¨ªder opositor con ambiciones de llegar a la canciller¨ªa de Berl¨ªn.

Al regreso de Washington, Koch irradiaba satisfacci¨®n al explicar que, en medio de su entrevista con el vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, en la Casa Blanca, de repente se abri¨® la puerta y apareci¨® Bush en persona. El presidente tom¨® asiento y habl¨® 17 minutos con Koch, que en 1999 arrebat¨® el poder en Hesse a los socialdem¨®cratas y este mismo a?o gan¨® las elecciones con mayor¨ªa absoluta.

Koch daba la sensaci¨®n de no querer lavarse nunca m¨¢s la mano que estrech¨® Bush y declar¨® que el presidente de EE UU es un hombre "con el que se puede discutir y debatir", y, en contra de lo que se piensa en Alemania, "informado con detalle y preciso en sus argumentos".

Con su gesto, Bush refuerza a Koch, un pol¨ªtico de la CDU, de 45 a?os, que adquiere una dimensi¨®n en pol¨ªtica exterior que necesitar¨¢ para dar rienda suelta a sus ambiciones de ser el pr¨®ximo candidato democristiano a la canciller¨ªa. Cuando los sondeos sit¨²an a Schr?der en la lona, el gesto de Bush con Koch es una aut¨¦ntica banderilla de fuego y no favorece el restablecimiento de las relaciones entre el presidente de EE UU y el canciller de Alemania.