El dilema m¨¢s dif¨ªcil de Jackson

Desplomados sobre el banquillo, exhaustos, empapados en l¨¢grimas, impotencia y sudor. Con la t¨ªpica toalla sobre la cara para ocultar su fracaso y amortiguar los dolores. As¨ª acabaron en la noche del pasado jueves su desbocada carrera hacia el cuarto t¨ªtulo consecutivo de la NBA las dos superestrellas de Los ?ngeles Lakers. El alero Kobe Bryant y el p¨ªvot Shaquille O'Neal entrelazaron sus brazos para concederse algo de ¨¢nimo. El jueves pasado, el San Antonio Spurs los elimin¨® de la fase final de la Conferencia Oeste.

Sobre esos dos pilares problem¨¢ticos e indiscutibles, el entrenador en activo m¨¢s laureado de la NBA, Phil Jackson, se ha propuesto el reto de resucitar la franquicia y construir un equipo de verdad. Pero le faltan d¨®lares. Los ?ngeles Lakers poseen seguramente a los dos jugadores m¨¢s desequilibrantes ahora mismo de la NBA. Dos estrellas de las estad¨ªsticas individuales que no est¨¢n acompa?adas por un buen equipo, ni siquiera regular.

El propio Jackson fue consciente de este final de reinado el curso pasado. Pero la victoria, el t¨ªtulo, lo borr¨® todo. El propietario del club, Jerry Buss, se neg¨® entonces a proporcionar a Jackson y al m¨¢nager, Mitch Jupchak, la savia nueva que le pidieron para regenerar el quinteto titular y especialmente el cap¨ªtulo de los suplentes. No quer¨ªa soportar las tasas obligatorias por superar el techo salarial que hab¨ªa rebasado el ejercicio anterior cuando complet¨® los contratos de los propios Jackson, Bryant y O'Neal por encima de la gal¨¢ctica cifra de los 30 millones de d¨®lares por temporada. Argument¨® que los Lakers a¨²n pod¨ªan jugar a vida o muerte otro a?o m¨¢s exprimiendo al tr¨ªo de oro. Han llegado a la recta final, pero estrujados.

Esas hipotecas han agravado seriamente los problemas de salud del entrenador y las lesiones cada vez m¨¢s cr¨®nicas del gigantesco p¨ªvot -Shaq ha jugado infiltrado en su rodilla los encuentros decisivos- y han empujado a un callej¨®n financiero a la entidad para reorientar su futuro. Debe vender o recolocar todo lo posible y comprar muy barato en el draft del 26 de junio.

La infalibilidad de Jackson ha quedado cuestionada al tiempo que su salud lo amenaza con retirarle de los banquillos. Tras padecer la semana pasada una angioplastia que le obtur¨® peligrosamente el bombeo sangu¨ªneo al coraz¨®n, el t¨¦cnico apunt¨® que quer¨ªa tomarse tiempo en su casa de Montana, hasta el verano, para repensar su continuidad como entrenador, ligada por contrato un a?o m¨¢s a los Lakers.

Jackson tiene 57 a?os y un car¨¢cter mesurado y flem¨¢tico, que se ha comprobado casi m¨¢gico para convivir con las figuras m¨¢s egoc¨¦ntricas, pero que le debe de producir mucho estr¨¦s interior. Un estilo con el que lo ha logrado casi todo. Dispone de nueve anillos de campe¨®n -seis con el Chicago Bulls de Michael Jordan y los tres ¨²ltimos con los Lakers- y le faltaba un campeonato m¨¢s para igualar al m¨ªtico Red Auerbach, ex t¨¦cnico del Boston Celtics.

Jackson dice que est¨¢ excitado con la posibilidad de reconstruir la franquicia. Aunque no ser¨¢ desde cero. Shaq, de 31 a?os, tiene a¨²n contrato en vigor y s¨®lo puede cuestion¨¢rsele su futuro por las secuelas de sus recurrentes lesiones. Bryant, de 24, estar¨¢ libre la temporada que viene, pero nada realmente grande se podr¨¢ montar sin ¨¦l. Las especulaciones se disparan sobre sus acompa?antes. El gran problema de los Lakers no es que carezcan de un buen sexto hombre -excedente del que rebosan los Spurs, con Manu Ginobili o Malik Rose-. De los angelinos se cuestionan la veteran¨ªa, las vanidades y los vicios de gente como Robert Horry, Derek Fisher, Rick Fox o Brian Shaw. Y no se comprenden bien las aportaciones esperadas de Stanislav Medvedenko y Jannero Pargo o de los j¨®venes Kareem Rush o Samaki Walker.

Toda la estructura est¨¢ bajo sospecha. Y los fichajes que se persiguen -Hedo Turkoglu, Jermaine O'Neal, Gary Payton, Gilbert Arenas, Elton Brand, Jason Terry, Reggie Miller, Lamar Odom, Michael Olowokandi...- resultan casi imposibles por sus salarios. Hasta el punto de que existen serias posibilidades de que Karl Malone, con casi 40 a?os, recale en Los ?ngeles si baja sus honorarios de los cinco millones de d¨®lares.