"En el Polo Sur se pierde un 13% de memoria por cada a?o que se est¨¢ all¨ª"
Jerri Nielsen (Salem, Ohio, EE UU, 1952) era la m¨¦dica de la base Amundsen-Scott, en el Polo Sur. All¨ª, al principio del largo invierno de 1999, se dio cuenta de que ten¨ªa un bulto en el pecho, se hizo ella misma una biopsia y se medic¨® hasta que, tras varios meses, un avi¨®n pudo llegar al lugar m¨¢s remoto de la Tierra y rescatarla. Sobre ello escribi¨® en 2001 La prisi¨®n de hielo. Hab¨ªa ido a la Ant¨¢rtida "para buscar aventuras" y, aunque conoc¨ªa bien la nieve porque de peque?a vivi¨® en una granja de Ohio, junto a la frontera con Pensilvania, "ahora vivo al sur de Florida". Ha estado en Espa?a para dar una conferencia en el ciclo Ant¨¢rtida, la ¨²ltima frontera, que tiene lugar en el museo madrile?o CosmoCaixa, con motivo de la exposici¨®n sobre el sexto continente. Ahora no practica la medicina porque su especialidad es medicina de urgencia y ahora no podr¨ªa practicarla. "Trabajo como conferenciante y escritora, pero volver¨¦ a la medicina".
"La ausencia de ciclos, de d¨ªa y noche, conduce a una p¨¦rdida sensorial cr¨®nica "
Pregunta. ?Qu¨¦ era lo peor del Polo Sur?
Respuesta. La imposibilidad de pasear. Me encanta explorar, caminar, ir a pueblos peque?os y encontrarme con gente diferente. All¨ª no se puede hacer, hay 41 personas y nada m¨¢s.
P. ?Su experiencia cambi¨® su forma de ver la vida?
R. Todo el mundo cambia tras haber estado all¨ª, en ese entorno pr¨ªstino, primitivo. Despu¨¦s se ve la vida de manera diferente. Todo el mundo pasa experiencias espirituales all¨ª, que han descrito en sus libros los exploradores.
P. ?C¨®mo era un d¨ªa normal de m¨¦dico de la base?
R. No ten¨ªamos un programa muy fijo, as¨ª que algunas personas se acostaban a una hora regular y otros trabajaban dos d¨ªas seguidos y luego dorm¨ªan. Yo era m¨¢s constante; me despertaba, le¨ªa el correo electr¨®nico y luego desayunaba. Despu¨¦s volv¨ªa para limpiar mi peque?o hospital.
P. ?Cu¨¢les eran las enfermedades m¨¢s comunes?
R. Los problemas de odontolog¨ªa. Y tambi¨¦n muchas heridas, porque est¨¢bamos construyendo un nuevo edificio. Y, al principio, muchas infecciones, porque hab¨ªa poca intimidad, poca agua para aseo; ten¨ªamos derecho a dos duchas de dos minutos a la semana. Pasados dos o tres meses se acabaron las infecciones porque los g¨¦rmenes no pueden sobrevivir all¨ª.
P. ?No hay catarros?
R. No, nada de eso. Los hab¨ªa cuando llegaba alguien nuevo. Tambi¨¦n eran comunes los problemas de sue?o y algunos de tipo psiqui¨¢trico, pero no muchos. Y al final de invierno problemas intestinales, como cada a?o.
P. ?Por qu¨¦?
R. Nadie lo sabe, pero ocurre siempre: all¨ª hay algunos problemas de salud que no se sabe por qu¨¦ ocurren. Hay problemas con el sistema endocrino, con las gl¨¢ndulas suprarrenales, el tiroides, el metabolismo del calcio... Suele haber tambi¨¦n hipotermia, por el fr¨ªo, y problemas de hipoxia, por la altura. Y p¨¦rdida de memoria, algo muy habitual; se suele perder el 13% de la memoria cada a?o que se est¨¢ all¨ª, pero nadie sabe por qu¨¦ ocurre. Se han hecho estudios al nivel del mar, por la marina de EE UU, pero nadie sabe en realidad por qu¨¦ sucede. Adem¨¢s, la ausencia de ciclos, de d¨ªa y noche, conduce a una p¨¦rdida sensorial cr¨®nica. Nunca pasa nada, cada d¨ªa es como el anterior, as¨ª que hacemos fiestas, para provocar cambios. Los que viven all¨ª sue?an con cocinar, sobre todo verduras frescas y pescado.
P. ?Usted investigaba?
R. No, era s¨®lo m¨¦dica y dentista, y eso que s¨®lo hab¨ªa tenido cinco horas de formaci¨®n odontol¨®gica. Un d¨ªa lleg¨® a la consulta una chica que no ten¨ªa miedo a nada, que hab¨ªa paseado sola por ?frica y era muy valiente, pero ten¨ªa un diente mal y lleg¨® temblando; yo ten¨ªa m¨¢s miedo que ella, as¨ª que le dije "?te dan miedo los dentistas? Pues no te preocupes, yo no lo soy".
P. ?Tuvo problemas al volver?
R. Muchos tienen problemas mentales a la vuelta, pero como mi experiencia era extrema, con quimioterapia y todo eso, pensando si morir¨ªa por el c¨¢ncer, mi caso era muy particular. Son habituales los problemas de no acordarse de las palabras o ser incapaz de hacer c¨¢lculos sencillos. En mi caso no s¨¦ si era por haber estado all¨ª o por la quimioterapia.
P. ?Qu¨¦ cambios ha provocado su caso en la pr¨¢ctica m¨¦dica all¨ª?
R. Ahora siempre hay dos personas en el servicio m¨¦dico y el sistema de telemedicina es m¨¢s elaborado. Estamos conectados a EEUU por ordenador, con c¨¢maras pueden mostrar lo que pasa, pero sigue siendo un problema el hecho de que tan al sur no hay un sat¨¦lite constante y hay que cogerlo en la l¨ªnea del horizonte y a veces desaparece.
P. ?Volver¨ªa?
R. Me encantar¨ªa volver, pero ahora quiero hacer algo diferente con mi vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.