Una lupa sobre la gesti¨®n urban¨ªstica del PA

La campa?a electoral ha puesto en el ojo del hurac¨¢n la gesti¨®n urban¨ªstica del Partido Andalucista (PA) en Sevilla, una competencia que se ha reservado con celo en los ¨²ltimos 12 a?os con tres alcaldes de diferente color pol¨ªtico. En este tiempo, las sospechas se han centrado en determinadas recalificaciones de terrenos, que, supuestamente, han beneficiado a empresarios situados en la ¨®rbita del PA. En la campa?a, el primero en arremeter contra el "urbanismo sospechoso", sin citar al PA, fue el alcalde y candidato socialista, Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn. Y sigui¨® IU, que pidi¨® "un pacto social y pol¨ªtico frente a la especulaci¨®n", que identific¨® con el PA.

Un PA que ha preferido hacer o¨ªdos sordos a estas acusaciones y que se ha limitado a lanzar la advertencia de que ya llegar¨¢ el lunes poselectoral, convencido de que una vez m¨¢s tendr¨¢ la llave del gobierno municipal. Su candidato, Jos¨¦ N¨²?ez, que fue delegado de Urbanismo desde 1991 a 1994, N¨²?ez ha replicado pidiendo que se prueben pruebas contra alguna actuaci¨®n suya.

La mayor¨ªa de las sospechas urban¨ªsticas se concentran en el bienio 1998-1999, cuando expiraba el gobierno de coalici¨®n PP-PA en el Ayuntamiento. En esa ¨¦poca, la Gerencia de Urbanismo firm¨® varias recalificaciones de suelo industrial a residencial que beneficiaron a un pu?ado de empresas. Entre otras recalificaciones, est¨¢n las de los terrenos de Uralita, los de Coca-Cola o Landis.

Una de las claves para entender por qu¨¦ se recrudece y airea ahora esta pol¨¦mica, cuando desde hace tiempo se viene hablando en voz baja de las supuestas irregularidades en el urbanismo, es que, en los pr¨®ximos cuatros a?os, Sevilla va a definir qu¨¦ modelo de ciudad quiere para el siglo XXI. El futuro gobierno tiene que aprobar y poner en marcha el nuevo Plan General de Ordenaci¨®n Urbana (PGOU) de Sevilla, el documento que definir¨¢ c¨®mo y por d¨®nde va a crecer la ciudad.

Y en la mente de todos est¨¢ Tablada, una bolsa de suelo r¨²stico de 386 hect¨¢reas en la que las posiciones se han polarizado: PSOE e IU se han comprometido a construir un gigantesco parque equipado, mientras que el PP cree que en esa zona cabe todo, incluido viviendas. El PA se ha posicionado en favor del parque en el Ayuntamiento, aunque socialistas e IU mantienen incertidumbres sobre las intenciones futuras de los andalucistas.

Los socialistas entienden que determinados poderes f¨¢cticos de la ciudad est¨¢n promoviendo un acercamiento entre el PP y el PA para el futuro gobierno municipal, y que la base de este pacto ser¨ªa Tablada, que en el avance del PGOU est¨¢ calificado como zona verde. "Tablada es la madre de todo", destaca un dirigente socialista. Populares y andalucistas niegan que tengan perfilado un pacto para los pr¨®ximos cuatro a?os. "El que nos puede acercar es Monteseir¨ªn con sus cr¨ªticas al PA", afirma un dirigente del PP.

En este momento, Tablada es propiedad de un grupo de empresas, que compraron el terreno a las cajas de Sevilla, El Monte y San Fernando, por unos 83 millones de euros. Previamente, las cajas hab¨ªan pagado 30 millones, en una subasta, por este suelo, que era del Ministerio de Defensa. Esto se produjo en la etapa en que los anteriores presidentes de las entidades (Isidoro Beneroso y Juan Manuel L¨®pez Benjumea) se embarcaron en diferentes operaciones inmobiliarias, por lo que fueron amonestados por el Banco de Espa?a.

Los actuales propietarios de Tablada est¨¢n haciendo todo lo posible para cambiar la voluntad del actual equipo municipal sobre este terreno, para lo que no han dudado en contratar a prestigiosos arquitectos y presentar sus proyectos como una panacea para determinados problemas de la ciudad, como la vivienda.

"En estos momentos nos estamos jugando que la ciudad siga en manos de un grupo de empresas para que se enriquezcan u orientar el urbanismo", afirma un dirigente de IU. En esta idea de orientar el urbanismo coincide un promotor inmobiliario, que prefiere guardar el anonimato. "La mayor¨ªa de las empresas tiene un sabor amargo con la gesti¨®n del PA. Lo que queremos es transparencia y seguridad jur¨ªdica", asegura un destacado promotor.