La 'misteriosa' cara oculta de la Luna
A?O 2022. UNA NAVE ESPACIAL, la Spacecore 1, en ¨®rbita alrededor de la Tierra, sufre una inexplicable p¨¦rdida de potencia y se precipita hacia la cara oculta de la Luna. Pronto, los at¨®nitos tripulantes de la nave descubren que no est¨¢n solos: ni m¨¢s ni menos que una lanzadera espacial de la NASA, la Discovery 18 (sic), desaparecida en el a?o 1992 al sobrevolar el tri¨¢ngulo de las Bermudas, parece haber encontrado destino en tan desolado paraje.
Paulatinamente, la tripulaci¨®n de la Spacecore 1 resulta diezmada por el mism¨ªsimo diablo, embarcado en su singular cruzada contra la humanidad, que se vale de un presunto t¨²nel espacial que comunica el tri¨¢ngulo de las Bermudas con la cara oculta de la Luna para atrapar a sus presas. Esta trama surrealista que roza lo esperp¨¦ntico corresponde al filme de serie B The Dark Side of the Moon (1990), dirigido por D. J. Webster, estrenado con t¨ªtulos alternativos como Parasite o Something is Waiting. T¨ªpico subproducto nacido a la sombra de la incomparable Alien, el octavo pasajero (1979), ha servido de simiente para el reciente filme Horizonte final (Event Horizon, 1997).
Los buenos amantes del cielo nocturno saben que la Luna nos ofrece siempre la misma cara (aunque distintas fases). Se trata de un magn¨ªfico ejemplo de sincronismo orbital en el que el periodo de rotaci¨®n (tiempo que tarda en completar una vuelta alrededor de su eje, o d¨ªa lunar) coincide exactamente con su periodo de traslaci¨®n alrededor de la Tierra.
Dicho de otro modo, podemos apreciar, noche tras noche, los mismos accidentes geogr¨¢ficos en la superficie lunar (cr¨¢teres, cordilleras...), mientras que la otra mitad no resulta visible desde la Tierra. De hecho, el primer atisbo de la cara oculta de la Luna se lo debemos a la nave espacial sovi¨¦tica Luna 3, que el 4 de octubre de 1959 (ojo al dato, ?10 a?os antes del tan cuestionado alunizaje del Apolo XI!) envi¨® las primeras im¨¢genes de esos ignotos parajes tras circunvalar la Luna. Dicho sea de paso, la denominaci¨®n inglesa "dark side of the Moon" result¨® ser completamente err¨®nea, dado que esta regi¨®n est¨¢ tambi¨¦n al alcance de los rayos del Sol.
Se requieren grandes dosis de casualidad para que un cuerpo rote sobre su eje exactamente el mismo tiempo que invierte en su movimiento de traslaci¨®n alrededor de la Tierra. Una peque?a diferencia entre ambos periodos terminar¨ªa por mostrarnos la totalidad del globo lunar, cosa que no sucede.
?Se trata de f¨ªsica o azar? Su origen se debe a las fuerzas de marea que Tierra y Luna se ejercen mutuamente. En esencia, la porci¨®n m¨¢s cercana de la Luna experimenta un tir¨®n gravitatorio (de origen terrestre) m¨¢s intenso, al ser la fuerza de gravedad inversamente proporcional al cuadrado de la distancia.
Estas diferencias de gravedad entre la cara visible y la oculta causan cierta deformaci¨®n en la geometr¨ªa esf¨¦rica de la Luna, que la tornan m¨¢s bien elipsoidal, y son responsables de la sincronizaci¨®n entre el periodo de rotaci¨®n lunar y el de traslaci¨®n alrededor de la Tierra.
Existen, empero, otros efectos notables: uno de ellos es el progresivo alejamiento de la Luna, idea propuesta ya por George Darwin (hijo del famoso naturalista ingl¨¦s) y que los astronautas del Apolo XII se encargaron de comprobar: para ello, ubicaron un conjunto de reflectores sobre la superficie de nuestro sat¨¦lite; midiendo cuidadosamente el tiempo que tarda un haz de rayos l¨¢ser en recorrer la distancia Tierra-Luna, impactar y rebotar en los reflectores y retornar a nuestro planeta, pudo comprobarse que, efectivamente, la Luna se aleja de la Tierra unos cuatro cent¨ªmetros por a?o. Circunstancia que, a su vez, lleva a un progresivo alargamiento del d¨ªa terrestre. Negro futuro nos aguarda. Sin rom¨¢ntica Luna que contemplar y con un d¨ªa m¨¢s largo, alguno empezar¨¢ a tramar un incremento de la jornada laboral...
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