La ley del territorio se atasca

La tantas veces anunciada ley de ordenaci¨®n del territorio se atasca. El ex presidente de la Generalitat Eduardo Zaplana ya prometi¨® su aprobaci¨®n en oto?o de 1998, pero el texto no lleg¨® a la mesa del Consell hasta enero de 2002 y su aprobaci¨®n se retras¨® hasta octubre, con lo que las Cortes ya no tuvieron tiempo de tramitar una ley muy criticada desde la oposici¨®n y los ecologistas. Estos ¨²ltimos, para empezar, han discutido la necesidad de una nueva norma cuando la vigente, de 1989, podr¨ªa ser v¨¢lida si se hubiera aplicado con rigor y elaborado un modelo territorial definitivo.

La ordenaci¨®n en el litoral y las modificaciones que afectan al suelo no urbanizable han centrado las cr¨ªticas al modelo del PP, que pregona que pretende un desarrollo sostenible que vertebre la Comunidad Valenciana y mejore su competitividad. En esa l¨ªnea, el Consell anunci¨® que prohibir¨ªa reclasificar suelo en una franja de 500 metros desde la l¨ªnea de costa hasta que se redactara un plan territorial integral, pero ni ha logrado la sanci¨®n de la norma en las Cortes ni ha aceptado la petici¨®n de adelantar una moratoria en la construcci¨®n defendida por los socialistas. Mientras, promotores, constructores y alcaldes han manifestado su resistencia a frenar proyectos que urbanizan millones de metros cuadrados en el litoral. Al margen de que el anuncio de la medida haya alentado la especulaci¨®n o no, lo cierto es que el 65% del litoral est¨¢ urbanizado y otro 16% pendiente de llenarse de cemento.

En cuanto al suelo no urbanizable, la nueva ley derogar¨ªa la actual y su articulado ha levantado las protestas de los ecologistas, que advierten que su interpretaci¨®n es tan abierta que permitir¨¢ construir en humedales, zonas inundables y hasta en suelo no urbanizable protegido.

El retraso de la ley tambi¨¦n deja en el camino otro proyecto lanzado por Zaplana, la llamada Ruta Azul, la reordenaci¨®n de la franja costera entre Sagunto y Valencia. Los ambiciosos planes para esta zona estrat¨¦gica quedan a la espera de que se tramite la ley, o se redacte otra nueva. Y que se debata en profundidad, como piden expertos en el territorio, sobre el papel de las ciudades, sus accesos, las necesarias correciones medioambientales, se discuta tambi¨¦n el papel del mundo rural... Para conseguir una ley que aclare conceptos y objetivos desde unas directrices generalistas que no le permitan envejecer frente a una realidad cambiante, al menos no antes de que se apruebe.