El Everest de Sorenstam
Crece la expectaci¨®n en torno a la golfista sueca la v¨ªspera del Colonial
Cuatrocientos periodistas no son moco de pavo. Es una cantidad de personal que ni siquiera Tiger Woods, el rey de los grand slams, ha sido capaz de convocar. Annika Sorenstam tambi¨¦n es mucho. Es la mejor jugadora del mundo, tiene 32 a?os, es sueca y ha decidido participar en un torneo del circuito americano del golf en el que normalmente s¨®lo juegan hombres. As¨ª que al lado de eso, ni los 400 periodistas que la avasallaron en la conferencia de prensa pueden sonar a mucho. "De hecho", le dijo, "quiero presi¨®n, disfruto con la presi¨®n. No hay nada que me guste m¨¢s que jugar los domingos por la tarde con la obligaci¨®n de tener que hacerlo perfecto precisamente ah¨ª y entonces. S¨®lo que en el desaf¨ªo en el que me he embarcado, la presi¨®n comenzar¨¢ ya en el primer hoyo del primer d¨ªa, del jueves".
Y no ser¨¢n lo peor los periodistas que no la dejan ni respirar, las c¨¢maras que vigilan cada uno de sus gestos, que seguir¨¢n todos sus movimientos, el compa?ero masculino que intentar¨¢ ahorrarse las sonrisitas de superioridad, como Sergio Garc¨ªa, con quien practic¨® el mi¨¦rcoles, que le quer¨ªa prestar su wedge para el segundo golpe despu¨¦s de que la sueca no alcanzar¨¢ el green de un par 3 con la madera 4. Adem¨¢s de eso, Sorenstam tendr¨¢ que lidiar con el p¨²blico. Ser¨¢n miles los que sigan su partido desde las 8.58 de la ma?ana hoy junto a dos novatos norteamericanos, Dean Wilson y Aaron Barber.
Pero ante ello, ella, con la sonrisa y el ¨¢nimo que se le supone a los conquistadores, responde segura. "?sta ser¨¢ mi ascensi¨®n al Everest", dijo, en afortunado recordatorio de que esta semana se festeja el 50? aniversario de la primera conquista de la cima m¨¢s alta del mundo por sir Edmund Hillary. "Creo que me he estado preparando durante a?os para este momento. Me siento como alguien que no tiene nada que perder. Nadie espera nada de m¨ª, pero yo espero jugar bien".
A su alrededor, el mundo del golf es un hervidero. Se cruzan apuestas, se organizan debates. "Por lo menos se est¨¢ hablando del golf femenino m¨¢s que nunca, aunque es triste que para llamar la atenci¨®n haya tenido que ocurr¨ªrsele a una jugadora desafiar al sector masculino de su deporte", se?al¨® la tenista Billie Jean King, pionera de la lucha por la igualdad de las mujeres deportistas que jug¨® hace 30 a?os un partido de tenis contra un hombre al que gan¨®. Entonces se hablaba de batalla de los sexos.
Todos los sectores, desde los m¨¢s recalcitrantes, abanderados por Vijay Singh, quien renunci¨® a jugar en el torneo, hasta los que m¨¢s apoyan la decisi¨®n de Sorenstam, encabezados por Tiger Woods, quien ha llamado a la sueca tres veces la pasada semana para darle ¨¢nimos, coinciden en un punto: si Sorenstam logra pasar el corte ser¨¢ un gran ¨¦xito.
El torneo se juega en Fort Worth (Tejas), en el club Colonial, un campo de 6.300 metros, unos 500 metros m¨¢s largo de lo que acostumbran a ser los campos del circuito femenino. Sorenstam jug¨® una ronda de pr¨¢cticas el martes -aunque interrumpida por la lluvia: lleg¨® al campo a las 6.30 y no sali¨® hasta las cinco de la tarde- y los especialistas que la siguieron describen a una jugadora muy regular y segura que aunque no practic¨® apenas con el putt mostr¨® capacidad para acabar en el par del campo, lo que pr¨¢cticamente le asegurar¨ªa el paso del corte del viernes, que el a?o pasado se fij¨® en +3. Sorenstam no sufri¨® ni en lo m¨¢s temible del recorrido, los hoyos tres, cuatro y cinco, un tr¨ªo conocido como la doble H, la horrible herradura, por el giro que hacen en un rinc¨®n del campo. Y termin¨® diciendo: "Viendo lo que me espera, m¨¢s me vale jugar bien".
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