Terra M¨ªtica, el icono de una forma de gobernar
El parque Benidorm, argumento de confrontaci¨®n pol¨ªtica
Terra M¨ªtica ha resultado ser la esencia y a la vez el decorado fastuoso de una forma de gobernar. El parque tem¨¢tico de Benidorm es como una reproducci¨®n en cart¨®n piedra de la
gesti¨®n de Eduardo Zaplana. Es un icono del Consell del PP, un ejemplo pl¨¢stico y oportuno para entender c¨®mo se ha gobernado este territorio en los ¨²ltimos ocho a?os y qu¨¦ frutos ha cosechado ese gobierno que ahora se examina.
El paralelismo entre esa forma de gobernar y la insignia de los grandes proyectos del gobierno conservador no estriba s¨®lo en que la Generalitat est¨¦ tanto o m¨¢s endeudada -proporcionalmente- que Terra M¨ªtica -el parque perdi¨® 34,4 millones 2002 y 38,8 en 2001-, tambi¨¦n y sobre todo radica esa similitud en la rentabilidad social que se haya podido extraer de esa deuda en un ciclo econ¨®mico propicio a la expansi¨®n y en una etapa en la que el sol y playa no ha bastado, como producto tur¨ªstico, para competir con destinos emergentes. Y es ah¨ª, en la rentabilidad de la inversi¨®n, donde en la legislatura que ahora termina ha estallado un argumento de confrontaci¨®n pol¨ªtica de primer orden.
Terra M¨ªtica, desde que se ide¨® en 1995 sobre un monte que luego fue intencionadamente quemado y reclasificado hasta hoy, cuando la estadounidense Paramount Parks trata de tornar al negro n¨²meros hasta ahora rojos, ha sido un formidable campo de batalla pol¨ªtica. El intervencionismo pol¨ªtico en las cajas de ahorro -CAM y Bancaixa son accionistas de peso en el parque- y el clientelismo empresarial al partido en el poder -grandes empresas valencianas participan en el complejo de ocio- son premisas que corroboran el paralelismo.
La oposici¨®n tiene claro que el despilfarro ha sido may¨²sculo en el parque y ha denunciado "amiguismo" en las contrataciones y gastos suntuosos del ex director general, Miguel Navarro. El Consell, sin embargo, sostiene que es el gran proyecto que necesitaba la Comunidad. Y mientras tanto, cansados de esperar beneficios, algunos accionistas privados han decidido salir de la sociedad.
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