Gus van Sant gana la Palma de Oro

El m¨¢s c¨¦lebre francotirador del cine independiente de EE UU, Gus van Sant, gan¨® anoche la Palma de Oro -adem¨¢s del Premio al mejor director- por su formidable, en los bordes de lo genial, filme fuera de norma Elefante, que es un experimento formal extraordinariamente aventurado, casi temerario, pero de desconcertante precisi¨®n. En ¨¦l emprende una dif¨ªcil y apasionante averiguaci¨®n, mediante una inmersi¨®n de la c¨¢mara dentro de los mecanismos del comportamiento que desencadenaron la espantosa matanza, por dos compa?eros suyos, de m¨¢s de una decena de muchachos estudiantes de la escuela Columbine, en los alrededores de Denver, Colorado, en 1999.

Es un premio comprometido, que desconcertar¨¢ e irritar¨¢ a muchos, pero que tiene el valor impagable de alentar la busca, cada d¨ªa m¨¢s imprescindible, de nuevos techos de la expresi¨®n cinematogr¨¢fica. Se trata de una descarga de originalidad y energ¨ªa formalmente revolucionaria, que hace saltar las rutinas y da rienda suelta a la probada, pero hoy adormecida, capacidad de mutaci¨®n del lenguaje del cine, que da s¨ªntomas de encontrarse estancado en caminos ya recorridos e incluso trillados. De ah¨ª que se eche de menos, junto a este notable filme renovador, el del dan¨¦s Lars von Trier, Dogville, que fue injustamente silenciada por el jurado, que en compensaci¨®n supo distinguir las calidades, inusuales en el cine convencional, que hay en el filme turco Lejano, de Nuri Bilge Ceylan, que ha obtenido el Gran Premio del Jurado.

La pel¨ªcula Dogville, de Lars von Trier, fue injustamente silenciada por el jurado

Fue justo -aunque a costa del olvido de la grave, honda y compleja creaci¨®n que hace el estadounidense Tim Robbins en Mystic River- el Premio de interpretaci¨®n masculina a los dos protagonista de Lejano, Muzaffer ?zdemir y Mehmet Emin Toprak. Pero en cambio parece excesiva su r¨¦plica femenina a la canadiense Marie-Jos¨¦e Croze, por su -ciertamente bueno, pero es dudoso que el mejor- trabajo en Las invasiones b¨¢rbaras, de Denys Arcand, que tambi¨¦n gan¨® sin convencer el Premio al mejor gui¨®n. Muy convincentes, en cambio, fueron el Premio del Jurado a la iran¨ª Samira Makhmalbaf por su poema afgano A cinq heures de l ? apr¨¨s-midi y el Premio C¨¢mara de Oro a la ¨®pera prima al dan¨¦s Christoffer Boe por Reconstruction.

El jurado que concedi¨® estos premios fue presidido por el director de teatro y cine franc¨¦s Patrice Ch¨¦reau y lo formaban la actriz estadounidense Meg Ryan, el guionista y director bosnio Danis Tanovic, el actor y director chino Jiang Wen, la actriz hind¨² Aishwarya Rai, el actor franc¨¦s Jean Rochefort, la actriz francesa Karin Viard, el escritor italiano Erri de Luca y el director estadounidense Steven Soderbergh.

Los premios esenciales, destinados a Gus van Sant y Denys Arcand, coinciden con las encuestas realizadas ayer por la tarde entre cin¨¦filos y periodistas acreditados por el Canal + de Francia, que as¨ª lo puso de manifiesto poco antes de su retransmisi¨®n en directo de la lectura del palmar¨¦s. Los filmes favoritos eran hacen unos d¨ªas otros, pero la opini¨®n ambiental cambi¨® de signo el s¨¢bado, y ayer, domingo, cristaliz¨® en un vaticinio certero como el que daba como ganadores a los actores turcos, uno de los cuales, Mehmet Emin Toprak muri¨® en un accidente de tr¨¢fico cuando viajaba a Cannes a recibir su premio.

Tras la entrega de galardones se dio a conocer, en un avanzado sistema de proyecci¨®n num¨¦rica -con copia admirable restaurada fotograma a fotograma por un equipo de ¨²ltima generaci¨®n de reconstrucci¨®n digital de im¨¢genes- Tiempos modernos, la ¨²ltima aparici¨®n en la pantalla, en 1936, del legendario personaje del vagabundo Charlot, que se convirti¨® y a su vez convirti¨® a su creador, el brit¨¢nico Charles Chaplin, en uno de los artistas cumbre de este tiempo, creador de una obra cuyo alcance sobrepasa las fronteras del cine y forma parte del ramillete de gloriosos signos identificadores del siglo XX.

Homenaje a Chaplin

Con la proyecci¨®n anoche de Tiempos modernos culmin¨® la serie de actos -presididos por algunos de los hijos y nietos del cineasta: Michael, Geraldine, Carmen, George, Annie y Dolores Chaplin- que el festival ha convertido los d¨ªas pasados en reclamo central de un mensaje de vivificaci¨®n de la memoria del cine cl¨¢sico a trav¨¦s del rescate de la portentosa obra de Charles Chaplin. Estos actos comenzaron con la proyecci¨®n de dos preciosos documentos, uno muy minucioso, de casi dos horas y media de duraci¨®n, realizado por el historiador estadounidense Richard Schikel y titulado Charlie: vida y arte de Charles Chaplin; y otro de 26 minutos titulado Chaplin hoy, que es un trabajo anal¨ªtico que pone de relieve la vigencia plena del artista londinense, realizado por tres documentalistas eminentes, el franc¨¦s Philippe Truffaut y los belgas, ganadores en 1999 de la Palma de Oro de este festival con su Rosetta, Luc y Jean-Pierre Dardenne.

Es el arranque de una ambiciosa reconstrucci¨®n de la obra completa de Chaplin, emprendida por el productor franc¨¦s Marin Karmitz, que distribuir¨¢ lo esencial de esa obra en selectos circuitos de exhibici¨®n de todo el mundo, de forma paralela con la edici¨®n en DVD de todo el Cat¨¢logo Chaplin, que ha sido adquirido por Karmitz, en palabras suyas, "con objeto de que uno de los artistas mayores del siglo XX tenga de una vez por todas el lugar que le pertenece en el cine y as¨ª dar a conocer a las generaciones j¨®venes una obra fundacional del cine cuya modernidad nos deja estupefactos".

Basta su empuj¨®n a este rescate de Chaplin para cargar de sentido a esta 56? edici¨®n del festival de La Croisette, que a causa de sus pronunciados altibajos se ha mostrado este a?o algo insegura y balbuciente, sin la redondez y firmeza de criterios selectivos de los a?os precedentes. Finaliz¨® anoche probablemente una edici¨®n de transici¨®n, de salto de filmes de cineastas consagrados - cuyo pulso creador comienza a estancarse, a hacerse reiterativo y ya sabido- a aventuras imaginativas de cineastas abiertos al futuro y que pugnan por abrirse paso y hacerse con un lugar entre los arist¨®cratas de su oficio, cosa que dif¨ªcilmente puede alcanzar sin el espaldarazo bautismal de este todopoderoso festival, convertido ya en supremo suceso cinematogr¨¢fico mundial, que hace y deshace jerarqu¨ªas a su antojo y que a veces, como ha ocurrido este a?o, incurre en errores may¨²sculos, que s¨®lo el tiempo corregir¨¢.