Deudas del f¨²tbol
La Asociaci¨®n de Futbolistas Espa?oles acaba de denunciar la dram¨¢tica situaci¨®n que se vive en las dos divisiones profesionales de la Liga, donde la deuda de los clubes con los jugadores alcanzar¨¢ esta temporada cerca de 45 millones de euros, seg¨²n las estimaciones del sindicato. El informe se?ala que los impagos afectan al 80% de las sociedades de Primera y Segunda Divisi¨®n. La ley obliga a saldar estos d¨¦bitos antes del 31 de julio. En caso contrario, los equipos afectados descender¨¢n a Segunda B.
No es precisamente la responsabilidad lo que define la actuaci¨®n del f¨²tbol espa?ol desde la transformaci¨®n de los clubes en sociedades an¨®nimas. De aquello han pasado 14 a?os, periodo que ha evidenciado las mismas lacras anteriores. El plan pretendi¨® atajar una crisis galopante que ahora se repite punto por punto: las deudas por todos los conceptos, incluidos los incumplimientos con Hacienda, ascienden a 2.000 millones de euros. Tampoco es novedoso el rechazo del f¨²tbol a asumir el precio de su p¨¦sima administraci¨®n. Las respuestas son las mismas de entonces, aunque el escenario sea muy diferente tras el contrato con las televisiones en 1998, que garantizaba a los clubes unos ingresos anuales de 217 millones de euros. La multiplicaci¨®n de los ingresos no ha derivado en la juiciosa administraci¨®n de los recursos que genera el f¨²tbol. Si acaso favoreci¨® el derroche por parte de unos dirigentes que, en los buenos tiempos, defienden el car¨¢cter estrictamente mercantil del negocio y que, en los malos, apelan al profundo calado social del f¨²tbol para solicitar de las instituciones p¨²blicas un marco especial, comprensivo y amigable para sus intereses.
Mientras tanto, la realidad se impone. El f¨²tbol espa?ol est¨¢ al borde del colapso, con un panorama sombr¨ªo en el mercado audiovisual, la gasolinera que ha regado de dinero ese deporte en los ¨²ltimos a?os. La quiebra del grupo alem¨¢n Kirsch, la insolvencia de la ITV brit¨¢nica frente a sus compromisos con la Primera Divisi¨®n inglesa y el resto de categor¨ªas inferiores, el dr¨¢stico recorte en las ofertas de negociaci¨®n con las grandes ligas europeas, sit¨²an al f¨²tbol ante la evidencia de una crisis que sus dirigentes han alimentado con una letal mezcla de ligereza y despilfarro. Ser¨ªa necesario que, por una vez, asumieran sus responsabilidades, cumplieran con sus obligaciones, administraran con mesura y dejaran de echar la culpa al empedrado para justificar el estado de bancarrota que se adivina en el horizonte.
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