Analistas de corbatas
Hacer pron¨®sticos y contrastar sus resultados con la realidad es tarea ardua a la que nos acostumbra cada cita electoral. Pues s¨®lo el olvido esconde los pron¨®sticos err¨®neos y la perspectiva da alas a los explicadores de la realidad. De ah¨ª que muchos economistas den por buena aquella m¨¢xima seg¨²n la cual reconocen no saber predecir el futuro, pero analizan como nadie el pasado. Algo que podr¨ªa aplicarse tambi¨¦n a los historiadores, soci¨®logos y todos cuantos hacemos de la moderaci¨®n una metodolog¨ªa de an¨¢lisis.
Los analistas hacen c¨¢balas sobre los resultados electorales del pasado domingo enfatizando los errores del principal partido de la oposici¨®n (falta de liderazgo y de programa, radicalizaci¨®n del voto, desilusi¨®n...) y, sin embargo, como viene siendo habitual desde 1995 pocos ojos se detienen en la realidad del gobierno.
El profesor Justo Serna, en un ejercicio de prestidigitaci¨®n pol¨ªtica parece abrir una senda anal¨ªtica, pero al primer atajo se desv¨ªa para ofrecernos unas explicaciones m¨¢s propias de la ficci¨®n que refleja Vicente Verd¨² en su reciente e interesante ensayo El estilo del mundo que del rigor que exigen los ocho a?os de gobierno popular.
Afirma Serna, entrecomillando a Robert K. Merton, que "Si los individuos definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias" y a?ade que "no s¨®lo es verdad lo que es verdad, sino tambi¨¦n lo que la gente define o le definen como tal, siempre que lo acepte, al menos en el sentido de que aquello en lo que acabamos creyendo produce consecuencias sociales, con independencia de que sea falso o no". Primer error. La verdad como ente un¨ªvoco y formado en la superestructura de la que depende la realidad es mucho m¨¢s compleja de lo que se razona en dicho art¨ªculo.
Veamos un ejemplo. En nuestra Comunidad el d¨¦ficit de plazas residenciales para personas mayores era un hecho en 1995 y contin¨²a siendo una realidad en el 2003. Tal enunciado no admite discusi¨®n. Sin embargo, el hecho de que en 1995 existiesen 7.200 plazas y en 2003 haya 16.000 entra a formar parte de la misma realidad. ?Cu¨¢l es por tanto la diferencia ante una misma realidad aparentemente contradictoria?
En el primer caso, afirmamos una realidad abstracta, intangible, estad¨ªstica y en palabras de Verd¨², "emocional". En el segundo caso, sin embargo, la realidad es palpable, tangible, exenta de capacidad emocional. Ahora bien, ?es vistosa, teatralizable y hollywoodiense? Much¨ªsimo menos en cualquier caso que una Expo de Sevilla por poner un ejemplo ef¨ªmero.
Otro error. Se afirma que "la raz¨®n b¨¢sica del triunfo electoral (de Francisco Camps) es la inmensa, la gigantesca, la desorbitada, la minuciosa y la reiterada campa?a de fabricaci¨®n de realidad, de prestidigitaci¨®n y de imagen". El socialismo actual sostiene su verdad en el canon de la manipulaci¨®n. Considera al individuo un ser moldeable, de tarifa plana y con incapacidad para la decisi¨®n. Hace cincuenta a?os, proclamaban a pies juntillas la capacidad del estado por mantener individuos deprimidos con el fin de que era m¨¢s f¨¢cil manipular al ciudadano deca¨ªdo que al alegre. Hoy, medio siglo despu¨¦s, se postula lo contrario: que el ciudadano entretenido, feliz, alegre o hiperactivo es mucho m¨¢s manejable.
En ambos casos, se exime al individuo de la capacidad decisoria y con ella de su inter¨¦s l¨®gico por analizar y tomar decisiones. ?Cu¨¢l es el resultado ante tama?o posicionamiento? El ser humano camina irremediablemente hacia la sima que lo conducir¨¢ a la p¨¦rdida de voluntad. Y, por tanto, es preciso salvarlo y sacarlo de la senda err¨®nea si antes no cae del caballo camino de Tarso. ?Salv¨¦moslo, pues! ?Cu¨¢ntos salvadores nos ofrecieron durante el siglo pasado una felicidad para el pueblo, sin contar con los individuos, que acab¨® en tragedia?
Por tanto, una vez m¨¢s parece retroceder el an¨¢lisis a un mundo dividido en bloques que aunque desaparecido en 1989 con la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn, algunos contin¨²an considerando v¨¢lido para sus estrategias. Y de nuevo el exempla cl¨¢sico puede reforzar nuestro hilo argumental. El ser humano es un ser emotivo que ya no quiere ser espectador sino que exige su protagonismo como actor y cliente, y de ah¨ª que, al contrario de lo que afirma el profesor Serna, el elector acarree el m¨¢ximo de informaci¨®n posible para su decisi¨®n (informaci¨®n que abraza desde el car¨¢cter, la forma de ser o el curr¨ªculo hasta la informaci¨®n relativa a las propuestas pol¨ªticas).
En el ¨²ltimo debate electoral en el canal auton¨®mico entre los principales representantes de los partidos pol¨ªticos llam¨® m¨¢s la atenci¨®n de muchos comentaristas la corbata de Pla o la p¨¦rdida de punch de Rib¨® que sus respectivas propuestas. ?Significa ello que a falta de contraste de programas solo cab¨ªa fijarse en las emociones?
No en balde, y por fijarnos en los esl¨®ganes que tan de actualidad est¨¢n como im¨¢genes del sentimiento, quiero hacer patente una ¨²ltima apreciaci¨®n: el todos y todas socialista hace referencia a la masa, al conjunto, mientras que los populares hemos optado Por las personas, por el ser humano como referente enriquecedor en el que la suma de personas es mucho m¨¢s rica que el conjunto.
A fuerza de cuestionar lo que denominan "fabricaci¨®n de la realidad", no hacen otra cosa que rebatir el principio fundamental de la democracia que no es otro que la soberan¨ªa popular.
Es, en su conjunto, un punto de vista m¨¢s irracional, emotivo e incluso sentimental que pragm¨¢tico. Un punto de vista que aparte de descargar la responsabilidad en el otro, trata de obviar la voluntariedad reflexiva del ser humano. Considerar otros ¨¢mbitos de an¨¢lisis es una tarea l¨ªcita y cercana a la pol¨ªtica de ficci¨®n, m¨¢s propios de las justificaciones que de la realidad palpable. Y aunque las sensaciones marcan en muchos casos el ritmo pol¨ªtico, ser¨ªa imposible mantener una lucha infructuosa contra los molinos de viento. Esta vez s¨ª, reales.
Rafael Blasco es consejero de Bienestar Social.
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