Una apolog¨ªa de la violaci¨®n

?ltimamente estamos asistiendo a un debate p¨²blico a prop¨®sito del libro Todas putas. Muchas personas nos hemos ofendido ante su contenido, aunque se diga que es un libro de cuentos, una historia que se produce en la ficci¨®n. Si bien, y m¨¢s all¨¢ de que la ficci¨®n tambi¨¦n educa e interviene en el desarrollo intelectual y emocional de las personas, nuestro esc¨¢ndalo se ha acentuado ante las valoraciones posteriores, la del autor, argumentando su misoginia, y la de la editora, cont¨¢ndonos que as¨ª son los hombres y que con este libro ella defiende a las mujeres.

La cr¨ªtica de esta publicaci¨®n est¨¢ relacionada con sus contenidos, puesto que en el texto se hace apolog¨ªa de la violencia de g¨¦nero, y esto nos produce rechazo, al igual que sucede con la violencia terrorista y racista, pero la cr¨ªtica es m¨¢s contundente ante la paradoja de que quien es responsable de la edici¨®n de un libro de estas caracter¨ªsticas tambi¨¦n lo es de las pol¨ªticas de igualdad y del Instituto de la Mujer.

Es nuestra obligaci¨®n exigir a quienes ostentan cargos institucionales que sean coherentes con sus responsabilidades y defiendan en todas sus actuaciones el derecho a la igualdad de mujeres y hombres. Coherencia y cumplimiento de la legalidad es algo que la ciudadan¨ªa nos exige a las personas que estamos en pol¨ªtica.

Este suceso dice mucho de la forma de hacer pol¨ªtica del se?or Zaplana, un ministro que ha utilizado las pol¨ªticas de igualdad y contra la violencia de g¨¦nero para buscar titulares en medios de comunicaci¨®n. Su manera de mirar hacia otro lado ante un hecho tan grave como ¨¦ste s¨®lo ha generado dudas.

No sabemos si piensa, como ha dicho M¨ªriam Tey, que publicaciones como ¨¦sta "defienden a las mujeres". Si comparte esas ideas, creo que Eduardo Zaplana no es digno de ser titular de Trabajo y Asuntos Sociales del Gobierno. Si no las comparte, al no cesar a la todav¨ªa directora del Instituto de la Mujer, est¨¢ incumpliendo sus responsabilidades.