Los barceloneses empiezan a familiarizarse con los productos de comercio justo

Tres corporaciones se reparten el 83% del mercado mundial de cacao, el mismo n¨²mero de compa?¨ªas que compran, venden distribuyen y fijan el precio del 85% del t¨¦ que se bebe en el planeta. Son s¨®lo dos cifras que para muchos evidencian la necesidad de abrir nuevas v¨ªas de comercio que permitan a los agricultores, tanto del primer como del tercer mundo, vender sus productos a un precio razonable que les garantice la supervivencia y el bienestar.

Para demostrar que este objetivo es posible y que los productos resultantes no tienen por qu¨¦ ser mucho m¨¢s caros que los que nos llegan a trav¨¦s de las grandes multinacionales, siete ONG han organizado durante todo el fin de semana la Fiesta del Comercio Justo de Barcelona. La capital catalana se ha sumado as¨ª a una iniciativa que tambi¨¦n han celebrado otras 16 poblaciones de Catalu?a. "Se trata de concienciar a la gente de que pueden comprarse productos como caf¨¦, cacao, galletas e incluso ropa con garant¨ªas de que sus productores han recibido unos ingresos dignos y que el producto es de buena calidad ", explicaba ayer Nina Gonz¨¢lez, coordinadora de la fiesta en Barcelona.

Dos grandes carpas instaladas en la plaza de Catalunya han recibido varios miles de visitantes durante todo el fin de semana. Curiosos, compradores habituales de estos productos y tambi¨¦n esc¨¦pticos han podido conocer de primera mano por qu¨¦ el caf¨¦, que hoy vale en origen el 70% menos que hace tres a?os, se ha seguido encareciendo para el consumidor final europeo o americano. Interm¨®n-Oxfam, uno de los organizadores de la Fiesta del Comercio Justo, asegura que esta ca¨ªda del precio del caf¨¦ ha beneficiado a multinacionales como Nestl¨¦ o Kraft Suchard, que en 2002 aumentaron sus beneficios el 13% y el 80% con respecto a 2001. En estos momentos s¨®lo el 1% de lo que vale una taza de caf¨¦ va a parar al bolsillo del recolector.

Por esta raz¨®n, el caf¨¦ ha sido uno de los productos estrella de la fiesta de este fin de semana. Pagando un poco m¨¢s por cada paquete, el consumidor puede tener la certeza de que sus productores, en su mayor parte peque?as cooperativas, se han ahorrado intermediarios y cobran por su trabajo un salario digno.

Ayer eran muchos los que tomaban un caf¨¦ justo en la carpa de la plaza de Catalunya. "Muchos preguntan si tiene la misma calidad que el que se compra en el supermercado", explicaba Aselina Baez, una de las voluntarias de la organizaci¨®n. "Claro que la tiene, incluso m¨¢s. Comprando este caf¨¦ puedes saber qui¨¦n lo ha producido y de d¨®nde viene exactamente. ?Puede alguna multinacional decir lo mismo?".