Un empate coherente

El Athletic empat¨® frente al Villarreal y deja en el aire qui¨¦n ocupar¨¢ la plaza europea que queda por decidir y que por el momento ostenta. Y el conjunto castellonense compuls¨® matem¨¢ticamente su presencia un a?o m¨¢s en Primera. El resultado final dej¨® satisfechos a unos y a otros, siendo el resultado m¨¢s o menos coherente con lo acontecido durante los 90 minutos del encuentro. El Athletic fue de m¨¢s a menos y en el ¨²ltimo tercio del encuentro se abraz¨® al punto conseguido de manera trabajada frente a un rival que no perdi¨® la cara en ning¨²n momento, que porf¨ªo con rabia por decantar el marcador.

El Athletic sali¨® al c¨¦sped del Madrigal agresivo y vertical, metido de lleno en harina. Dos aproximaciones en los dos primeros minutos del encuentro, mostraban las intenciones ambiciosas del grupo que dirige Heynckes. Sin embargo, se top¨® con el Villarreal, un equipo con capacidad de inventar y desequilibrar, como as¨ª sucedi¨®. El Vasco Arruabarrena se meti¨® hasta la cocina del Athletic y su centro atr¨¢s fue convertido en gol por V¨ªctor, que gan¨® la posici¨®n de remate trazando una diagonal perfecta desde su posici¨®n inicial, en el carril del ocho.

El Athletic no se achant¨® con el gol en contra y el Villarreal se encontraba c¨®modo y en posici¨®n de contestar a su rival. As¨ª que el encuentro se revitaliz¨® m¨¢s si cabe. El partido estaba vivo, el cuero iba de un ¨¢rea a otra en un caos ordenado, precioso para el espectador.

Y de uno de los ataques del Athletic lleg¨® el empate, tras aprovechar Etxeberria un rechace de Reina tras disparo a bocajarro de Urzaiz, que, por cierto, tuvo un duelo del que saltaron chispas con Ballesteros.

El conformismo, el juego horizontal y especulativo parec¨ªa no tener hueco ayer, y tras el descanso, todo sigui¨® igual, tan incierto y abierto como en la presentaci¨®n y el nudo. L¨®gicamente, baj¨® la intensidad, el calor y el cansancio hizo mella en los jugadores cada menos l¨²cidos y alegres. El partido estaba en el aire, a la espera del acierto propio o del error ajeno.

Atascado el marcador y cada vez m¨¢s espeso el juego, los entrenadores movieron ficha. Jupp Heyckens introdujo a Javi Gonz¨¢lez por Luis Prieto, un cambio de cromos ligeramente m¨¢s ofensivo desde el lateral como punto de partida. Y Floro cambi¨® a De Nigris por Palermo. Esto suced¨ªa en el periodo cr¨ªtico para el Athletic, en los momentos que el Villarreal se mostr¨® m¨¢s valiente y decidido en la b¨²squeda de los tres puntos. Y aqu¨ª apareci¨® Aranzubia para ganarse el pan al atajar un zapatazo de Farin¨®s y detener una incursi¨®n al ¨¢rea de Jorge L¨®pez, as¨ª como las excursiones de Belletti por la banda derecha, que llevaban de cabeza al sistema defensivo vasco.

Entonces el Athletic pens¨® que con lo conquistado era suficiente, que dado lo visto, un punto no era un mal bot¨ªn. Se agarr¨® al resultado, escondi¨® lo que pudo el bal¨®n y solvent¨® no sin apuros y con el acierto de Aranzubia las acometidas del Villarreal. Un punto para la salvaci¨®n de unos y el sue?o europeo de otros.