"Fidel tiene la astucia del delincuente"
A sus 84 a?os, el comandante Huber Matos sigue en la brecha pol¨ªtica y en el idealismo militante. Exactamente el mismo, afirma ¨¦l, que le llev¨® a sublevarse contra el r¨¦gimen de Fulgencio Batista "el mismo d¨ªa de su golpe de Estado" y a abandonar el barco de la revoluci¨®n cubana s¨®lo nueve meses despu¨¦s de tomar Santiago y de su triunfal entrada en La Habana como barbudo, en el mismo jeep que Fidel Castro y Camilo Cienfuegos.
Castro consider¨® traici¨®n la disensi¨®n de este dem¨®crata que era maestro rural y lo encarcel¨® durante 20 a?os. Matos resisti¨® un brutal cautiverio, torturas, vejaciones y una huelga de hambre, pero vivi¨® para contarlo. Y en 1999, 20 a?os despu¨¦s de exiliarse en Costa Rica y luego en Miami, puso en orden su fabulosa memoria y escribi¨® 576 p¨¢ginas escalofriantes, llenas de horror, datos y denuncia, tituladas C¨®mo lleg¨® la noche, que impresionaron en 2001 a un jurado presidido por Jorge Sempr¨²n y obtuvieron el Premio Comillas de Memorias, que convoca Tusquets.
"Ra¨²l Castro es taimado, celoso, intrigador. Una monedita falsa"
"La revoluci¨®n no se hizo para asfixiar al pueblo con una camisa de fuerza"
Ahora, Matos ha venido a Espa?a para presentar su testimonio de la "barbarie estalinista" de Castro: ley¨¦ndolo, parece dudoso que la historia absuelva a Fidel. Mientras este otro "viejo comandante" espera que el f¨¦retro de su enemigo pase ante su puerta, no se est¨¢ quieto: desde hace a?os dirige el CID (Cuba Independiente y Democr¨¢tica), un esbozo de partido pol¨ªtico (alejado, dice, de Mas Canosa), y hoy pide que "el PP y el PSOE lideren un movimiento de pa¨ªses solidarios con el pueblo de Cuba para exigir independencia y soberan¨ªa, democracia pluripartidista, econom¨ªa de libre mercado, derechos humanos y justicia social".
Pregunta. ?Por qu¨¦ tard¨® tanto tiempo en publicar este libro?
Respuesta. Esper¨¦ a que el prestigio de Castro bajara de su cl¨ªmax. Si hubiera querido publicarlo hace cinco o diez a?os, nadie habr¨ªa querido. Primero lo grab¨¦ todo, luego lo escrib¨ª, y esper¨¦ a que dejara de ser un dios. La fuerza de mi testimonio es que tuve el privilegio de conocer muy bien al grupo dirigente y que sal¨ª vivo de unos horrores terribles. Nunca imagin¨¦ que la gestapo de Castro tuviera la cobard¨ªa de torturarme como lo hizo, de ultrajarme, de dejarme desnudo, de alimentarme con una sonda y un l¨ªquido ardiendo cuando hice la huelga de hambre. Aguant¨¦ s¨®lo para dar mi testimonio, y aunque me amenazaron, ah¨ª est¨¢ la verdad. El libro ha entrado en Cuba y ha creado tremendo impacto. Ra¨²l Rivero se atrevi¨® a escribir un art¨ªculo magn¨ªfico sobre ¨¦l, Desde la misma noche, y eso, entre otras cosas, le ha costado la c¨¢rcel.
P. Usted fue encarcelado por traidor a la revoluci¨®n; su libro dice que el traidor fue Fidel.
R. S¨ª, trata de explicar la verdad hist¨®rica al pueblo cubano: que yo nunca fui desleal a mis ideales, que el gran traidor a la revoluci¨®n fue Fidel, y que la tr¨¢gica experiencia que ha vivido Cuba estos 44 a?os se debe a que el curso de las cosas fue torcido por el golpe comunista de Castro. La revoluci¨®n no se hizo para volver a la dictadura, ni para asfixiar al pueblo con una camisa de fuerza, ni para degradarlo a la semiesclavitud, ni para deformar su cultura y obligarlo a mentir por necesidad y miedo. La revoluci¨®n se hizo para restablecer el sistema democr¨¢tico que Batista trunc¨®. Pero hoy el pueblo cubano aprende desde peque?o a odiar a Mart¨ª, a adular al dictador y a callar para prosperar.
P. Seg¨²n dice, Fidel convirti¨® la revoluci¨®n en una prostituta.
R. Cuando lleg¨® al poder, el pa¨ªs era una rep¨²blica joven, pero en modo alguno negativa, al menos no tanto como ahora. Antes de Batista ten¨ªamos una Constituci¨®n, una independencia incipiente pero ilusionante, y un pa¨ªs comprometido con la democracia y el trabajo. Hoy es uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de Am¨¦rica. La gente se tira al mar desesperada, hay odios tremendos y mucha angustia. Ese tirarse al mar es el gran s¨ªntoma del fracaso del sistema: hambre, acoso, persecuci¨®n, hoteles s¨®lo para extranjeros... Las promesas de dignidad, libertad e igualdad han devenido en empobrecimiento, humillaci¨®n y discriminaci¨®n.
P. Pero Castro sigue gritando "libertad o muerte".
R. ?Y fue ¨¦l quien dio muerte a la libertad! Esos detalles dan forma a su traici¨®n, ilustran bien c¨®mo se apart¨® de sus compromisos. A la vuelta del primer viaje a Estados Unidos, el 8 de mayo de 1959, dijo esto: "No estamos ni a la izquierda ni a la derecha, sino un paso adelante de la izquierda, de la derecha y de todos los totalitarismos que cercenan las libertades, que son tan caras a los pueblos". En el 57, en el Manifiesto de Sierra Maestra, se comprometi¨® a recuperar el sistema democr¨¢tico con datos y plazos precisos. Tambi¨¦n apel¨® a una justicia severa para evitar los cr¨ªmenes pol¨ªticos, dijo que los comandantes deb¨ªan ser la reserva moral de la revoluci¨®n y no ocupar puestos p¨²blicos, insisti¨® en el contenido moral de la revuelta... Poco despu¨¦s traicion¨® todo lo prometido, quit¨® al primer ministro, despu¨¦s al presidente, instaur¨® un r¨¦gimen totalitario, y 44 a?os despu¨¦s, ah¨ª sigue, fusilando a tres infelices que quer¨ªan huir.
P. ?Y qu¨¦ significado cree que tiene esta reciente ola de represi¨®n? ?Un coletazo?
R. No creo que se demore mucho ya, pero significa que Castro est¨¢ dispuesto a enfrentarse a la humanidad entera. Sabe muy bien lo que hace. No fusila a tres y encarcela a una docena para defender a 11 millones de cubanos, como ha dicho, sino para decirle al mundo: "En mi pa¨ªs hago lo que me da la gana".
P. ?Una provocaci¨®n a Estados Unidos? Cincuenta a?os despu¨¦s, ?un suicidio para que la historia le absuelva?
R. No quiere ser derrotado, quiere pasar a la historia como el tipo que se faj¨® con el imperialismo y dej¨® un pa¨ªs ocupado. Fidel tiene la astucia del delincuente: amenazar con romper las pocas relaciones que quedan y provocar una intervenci¨®n armada de Estados Unidos para esconder el desastre antes de que le asesinen sus oficiales como le pas¨® a Trujillo.
P. Usted sostiene, sin pruebas, que Camilo Cienfuegos fue asesinado y que el Che fue enviado a morir por Fidel y Ra¨²l Castro, al que dibuja como un Goebbels.
R. Fidel tiene un cartab¨®n para usar a la gente y luego tirarla, sacud¨ªrsela de encima, asesinarla, embarcarla en aventuras o echarlos por la borda. Lo hizo con Aldana, con Ochoa, con Abrantes, que era tan leal que probaba la comida antes que ¨¦l; lo hizo con Robayna y lo seguir¨¢ haciendo. No dudo que los Castro asesinaron a Camilo. Ra¨²l es celoso y mezquino, falso y taimado, rencoroso, acomplejado, intrigador. Una monedita falsa. El mismo 1 de enero de 1959 mand¨® que me robaran el diario de la columna para ocultar mis m¨¦ritos militares, de los cuales, por cierto, no presumo porque siempre detest¨¦ los cuarteles. Camilo discuti¨® con Fidel por primera vez el d¨ªa de mi arresto, y estoy seguro de que fue el momento en que Ra¨²l le dijo que Camilo era muy popular y hab¨ªa que acabar con ¨¦l. Hay indicios suficientes de que lo hicieron. El capit¨¢n que pilotaba el avi¨®n, Fari?a, estuvo a mis ¨®rdenes y era un tipo muy formal: comunicaba al Estado Mayor cualquier peque?a cosa, incluso un cambio de altitud. El avi¨®n desapareci¨® supuestamente en el mar, pero era un vuelo interno, que se hac¨ªa por tierra. Y no hay constancia de que Fari?a comunicara nada por radio. En cuanto a lo del Che, es claro: lo quitaron de enmedio. Lo mandaron a Bolivia, buscaron la manera de que no volviera, cogieron su diario y lo expurgaron. Alg¨²n d¨ªa, espero, se sabr¨¢ toda la verdad.
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